Baltasar de Cisneros, tras consultar y recibir la aprobación de Julian de Leyva en la propuesta de realizar un cabildo abierto; tomó la decisión de convocar a los militares en el Fuerte de Buenos Aires. En la reunión realizada en la noche del 20 de mayo de 1810, la respuesta fue negativa.
La cúpula militar del Regimiento de Patricios, comandada por Cornelio Saavedra, había decidido retirar su apoyo al virrey, dejándolo en la cornisa.
El argumento esgrimido por Saavedra era lógico: al no haber una Junta Central en España que respondiese al rey abdicado Fernando VII, no habría ningún motivo para apoyar política y públicamente a Cisneros.
Finalmente, y ante el petitorio propuesto por una comisión realizada por Juan Castelli y Martin Rodriguez, el virrey decide finalmente cesar en su cargo, al haber perdido su poder de decisión y el respaldo militar.
El cabildo abierto estaba en camino y, al día siguiente, el proceso de realizarse se aceleraría.