El 13 de mayo el Ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, anunció que a partir del mes próximo las cuotas de los créditos hipotecarios otorgados en UVA y que se ajustan por inflación, no podrán superar el 35% de los ingresos del tomador del crédito.
¿Qué significa esto? La cuota mensual que debe pagar cada persona que accedió a uno de estos créditos, no debe representar un valor que supere el 35% de su sueldo. En caso de que eso suceda, las entidades bancarias deberán ofrecer una alternativa.
Ante esta nueva medida, muches deudores de estos créditos hicieron conocer su desacuerdo. “Los HipotecadosUVA, PrendariosUVA y PersonalesUVA venimos hace tres años pidiendo la extinción de la fórmula UVA, el ajuste por inflación es salvaje y ya no tenemos resto para seguir afrontando el pago de las cuotas”, afirmó Mariela, perteneciente al colectivo AntiUVAs Agrupados.
Créditos UVA: los puntos clave
Para entender la situación en la que se encuentran les deudores de los préstamos, es necesario conocer cuáles fueron las condiciones en las que los adquirieron hace algunos años. El economista Fabian Medina habló con Nota al Pie e ilustró algunos de los puntos clave.
“En 2016, el gobierno anterior permitió una nueva forma de crédito habilitando una indexación que estaba prohibida desde el 2002”, explicó Medina. El sistema incluía a los créditos hipotecarios (para la construcción), prendarios (para la compra de automóviles) y personales.
La cuestión principal recae en la indexación del costo de la deuda. El monto para pagar se actualiza según crece la inflación. “Este es un buen sistema para países con una inflación anual de cuatro o cinco por ciento” declaró el economista, “no como acá donde tenés un promedio del 35% anual en los últimos dos años”.
A comparación de su valor en el 2016, hoy el costo de los préstamos prácticamente se cuadruplicó. “Quién pidió por dos millones de pesos hoy está debiendo seis o siete millones. La cuota pasó de ser de 20 mil pesos a 70 mil”, ejemplificó el economista Fabián Medina. “Aunque tengas dos personas trabajando en un hogar, que ganen un promedio de 45 mil pesos cada una, solo te quedan 20 mil para vivir”.
Una deuda eterna
Mariela, del colectivo AntiUvas Agrupados, declaró que “cuando tomamos el crédito el UVA la cuota valía 14 mil, hoy ya pasó los 70 mil pesos”. Ante la suba de la inflación y la depreciación de los salarios, la mujer explicó que “el tope del 35 % a la cuota representa casi un tercio del sueldo de un laburante”.
“La gente que no puede pagar no lo hace o se endeuda con otras cosas para poder ponerse al día”, confesó. Explicó que como cada hipotecade debe negociar la situación particular con su entidad bancaria, se divide y diluye el reclamo, que pierde la fuerza del colectivo.
Por su parte, Fabián Medina expuso que quienes no pueden pagar tienen diferentes opciones. Si no superan el tope del 35% impuesto por el gobierno, se reprograma la deuda. “Si vos lo tenés a 20 años, te lo extienden a 25”, ejemplificó. “Nunca terminás de pagarlo, te dan un plan adicional al préstamo, o sea que en vez de tener un crédito vas a tener dos”. La opción extrema es el remate.
Posibles soluciones
Tanto Mariela como Medina coincidieron en que el sistema de los créditos UVA debe presentar cambios para no colapsar. El principal pedido es “no a la indexación”. “La solución es desindexar, los bancos ya ganaron”, reclamó Mariela. “Estamos pagando una cuota que ya no podemos abonar”.
Medina, por su parte, propuso acciones claves para remediar el problema, a partir de las últimas medidas tomadas. En el 2020 un decreto daba tiempo hasta marzo de 2021 con los valores congelados. Desde el pasado abril volvía a actualizarse la cuota, y le daba tiempo a les deudores y bancos para reprogramar los créditos hasta el 31 de julio de 2022.
“Lo que necesitan les deudores es una suspensión directa de la actualización hasta esa fecha”, aseguró el economista. Así las personas obtendrían tranquilidad y previsibilidad en su vida económica. Luego, Medina planteó una salida consensuada entre les deudores y los bancos para ingresar en un sistema hipotecario común a 15 años. “Hoy el sistema es impagable”, concluyó el economista.