Durante las últimas horas, el empresario sudafricano, Elon Musk, se transformó en el accionista mayoritario de la red social. El naturalizado canadiense compró el 9,2% de las acciones de Twitter y su valor se disparó un 26%. De esta forma, desembarcó en este medio social y generó polémicas por sus tweets de los últimos años.
De acuerdo con los reportes del mercado, la inversión del CEO de Tesla significó el desembolso de 2.890 millones de dólares. Dicha decisión generó un impacto inmediato, tanto por la suba del valor de las acciones como por su reciente encuesta realizada en Twitter. El propietario de 50 años consultó a sus seguidores sí sentían que la red social respetaba su libertad de expresión.
Ante este sondeo, el 70% de les votantes indicó que no existía un cumplimiento efectivo. La encuesta fue el 25 de marzo, unos días más tarde Musk anunció la compra de la compañía. No obstante, este no es el único cuestionamiento hacia la figura del empresario. Su vínculo con Twitter data de hace varios años y las críticas están presentes.
El poseedor de una fortuna cercana a los 221 mil millones de dólares, de acuerdo con la Revista Forbes, publicó tweets bastante polémicos. Su uso de la red social implicó beneficios económicos para su empresa por lo que la relación con los demás accionistas de Twitter es compleja.
¿Por qué es peligrosa su influencia?
El empresario nacido en Pretoria, Sudáfrica, es el director ejecutivo de Tesla y también dueño de SpaceX, una fábrica de naves aeroespaciales. Además, superó a Jeff Bezos, propietario de Amazon, como la persona más rica del mundo. En las últimas horas, adquirió Twitter, compañía con la cual está en conflicto desde el 2018.
Hace casi cuatro años, Musk confirmó a través de esta red, que contaba con “financiación asegurada” para retirar a Tesla de la bolsa; él debía abonar 420 dólares por acción. Sin embargo, la información era errónea y el valor de la empresa aumentó en forma exponencial. En consecuencia, su decisión le trajo varios problemas.
Tras llegar a un acuerdo con la Comisión de Valores de Estados Unidos, se implantaron controles a los tweets del empresario. Además, debió abonar una multa y abandonó la presidencia de Tesla, aunque aún permanece como CEO. Su infracción significó un delito por manipulación de valores y conflicto de interés.
En este contexto, se produjo su desembarco en Twitter. No obstante, no es la única polémica alrededor del multimillonario. También fue muy crítico con la posibilidad de transformar la foto de perfil de la red social en un NFT, un token o ficha criptográfica. Asimismo, utilizó esta vía de comunicación para reivindicar el golpe de Estado en Bolivia en 2019.
Detrás de su posteo, permanece su firme deseo de explotar litio en esta zona para conformar un proyecto junto a Jair Bolsonaro. El objetivo era montar una fábrica de autos eléctricos de Tesla en Brasil, por este motivo, tomó partido por la golpista, Jeanine Áñez.
Su vínculo con Donald Trump
Elon Musk mantiene una excelente relación con el ex presidente de Estados Unidos, a quien apoyó en las elecciones. El CEO publicó en Twitter la frase: “Tenés que tomar la pastilla roja”, una clara alusión a los colores del partido de Donald Trump durante su campaña.
Además, el entonces mandatario apoyó al fundador de Tesla cuando, pese a las restricciones impuestas en California, proponía abrir las fábricas en plena pandemia. Durante su gobierno, Trump también aportó 25 mil millones de dólares a SpaceX como parte de un financiamiento de la NASA.