El pasado miércoles, en Colombia, Gustavo Petro anunció como compañera de fórmula a la activista ambiental Francia Márquez. La lideresa social, días atrás, le pidió a Petro que no ceda ante las presiones para evitar su candidatura. Fue la segunda precandidata más votada del frente Pacto Histórico. A su vez, se ubicó como la tercera con más votos de todo el arco político colombiano.
“Nuestra tarea en el mandato constitucional como vicepresidenta será cerrar las brechas de desigualdad e inequidad en los territorios excluidos”, sostuvo la flamante candidata a vicepresidenta de Colombia. En este sentido, Márquez agregó: “Queremos que como colombianos todos podamos vivir sabroso en este país”.
Historia de una luchadora
Francia Márquez Mina nació el 1 de diciembre de 1981 en la vereda de Yolombo, departamento del Cauca. Desde adolescente, su militancia estuvo enfocada en el resguardo del medio ambiente como así también en la defensa de los DDHH, especialmente de las comunidades afrodescendientes. Luego de graduarse como Técnica Agropecuaria en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Márquez decidió estudiar Derecho en la Universidad de Santiago de Cali. Título que finalmente obtuvo en el año 2020.
La candidata a vicepresidenta, en su juventud, estuvo presente en la lucha de su comunidad frente a las consecuencias negativas que traería el proceso de desviación del Río Ovejas a la Represa Salvajina. También hizo una férrea defensa del territorio de la comunidad ancestral de La Toma. En ese momento, el gobierno colombiano otorgó títulos de explotación minera a empresas multinacionales, sin el consentimiento previo de les habitantes que allí vivían.
Márquez es activista en la Organización Proceso de Comunidades Negras. Este movimiento trabaja para fortalecer los procesos organizativos de las comunidades afrodescendientes, especialmente en el norte del Cauca, pero también en todo el país. De esta manera, también formó parte de la conformación de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca y las iniciativas de lucha que desde ese espacio se organizaron.
Desde el 2010 al 2013, fue presidenta de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes de Yolombó. Desde este espacio organizó la Movilización de Mujeres Negras por el Cuidado de la Vida y los Territorios ancestrales. Donde marcharon hasta Bogotá para defender los derechos de las mujeres y el pueblo afrodescendiente.
En el 2015 recibió el Premio Nacional a la defensa de los DDHH en Colombia. En 2016 formó parte de los diálogos para la Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC en La Habana. Luego, en el 2018, recibió el equivalente al Premio Nobel del Medioambiente, el Premio Goldman Environmental Prize. Además, al año siguiente, según la BBC, ingresó en el top 100 de las mujeres más influyentes del mundo.
Una elección trascendental en la historia colombiana
Las próximas elecciones en Colombia están fijadas para el 29 de mayo. Las mismas tienen una trascendencia e importancia histórica no solo para el país cafetero sino que, a su vez, para toda la región de Latinoamérica. El frente Pacto Histórico se encuentra como favorito luego de una gran elección en las pasadas primarias interpartidistas.
La encuesta más reciente de cara a las elecciones presidenciales, realizada por el Centro Nacional de Consultoría, sitúa a Petro con un 32 % de los votos, seguido del conservador Federico Gutierrez con un 23 %. Rodolfo Hernandez, un candidato independiente, junto a Sergio Fajardo, se encuentran ambos con un 10 % de intención de voto. Detrás de ellos se encuentran Ingrid Betancourt (3 %), Enrique Gomez (1 %) y Luis Perez (0,5 %). Según la consulta, alcanzan a un 13% del electorado aún no se han decido.
La izquierda colombiana, encolumnada detrás de la fórmula Petro – Márquez, tiene la histórica oportunidad de alcanzar el gobierno. Esto daría un giro a las políticas neoliberales que marcan a Colombia desde hace décadas con el uribismo. En las recientes elecciones legislativas, el Pacto Histórico logró alcanzar un total de 41 escaños. Esto supera ampliamente el mejor desempeño del progresismo colombiano en el 2006 cuando había conquistado 17 bancas en el Parlamento.