El Día Mundial de la Felicidad se celebra desde el año 2013. Fue instaurado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en junio de 2012. El objetivo de esta fecha es reconocer la importancia del bienestar en la vida de las personas como una necesidad fundamental para poder ser feliz.
La historia que da origen a este día nació en Bután, un reino budista en el borde oriental del Himalaya, en el que al principio de los años 70 se creó el índice de la Felicidad Nacional Bruta (FNB) en lugar del conocido Producto Bruto Interno (PBI) que utilizan la mayoría de los países para medir su economía interna.
El cálculo del índice de la FNB es un instrumento de medición para saber la felicidad de un país. Se basa en cuatro pilares y nueve áreas que se evalúan cada dos años en una encuesta realizada a los habitantes de Bután.
Sin embargo, la felicidad es tan subjetiva como la cantidad de personas que habitan el planeta, pero algo en lo que todes seguramente puedan coincidir es que para alcanzar la felicidad individual existe una relación directa con la necesidad de terminar con las desigualdades económicas y la violencia a nivel mundial.
¿Qué es la felicidad?
Tanto en la filosofía como en el día a día de las personas la idea de felicidad cambia según quien enuncia su definición. Los filósofos de todos los tiempos dejaron una gran diversidad de reflexiones sobre esta cuestión trascendental.
La mirada occidental de la felicidad se enfocó en señalar que esta consiste en el crecimiento personal y es fruto de la satisfacción conseguida a través de pequeños logros individuales.
En cambio, la filosofía oriental puso el acento en que la felicidad consiste en vivir el presente, porque vivir pensando en el pasado o el futuro solo causa ansiedad, estrés, y no permite disfrutar la verdadera existencia. Según Buda “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.”
La felicidad en las redes sociales
El mundo de las redes sociales es quizás uno de los principales espacios de construcción ficticia de felicidad, pero también el mismo lugar desde el que se levantan las más ácidas críticas.
En las redes abundan las publicaciones de gente sonriente, mostrando viajes paradisíacos; ostentosos consumos y vínculos amorosos dignos de una película de Disney que crean la sensación a primera vista de una felicidad absoluta. La pregunta obligada ante el aluvión de imágenes felices es: ¿cuánto hay de realidad y cuánto de solo pose para la foto?
En este sentido tal vez sean los humorísticos y sagaces memes que circulan una posible respuesta a esta pregunta.
Más allá de cuán feliz o no pueda ser una persona, si se trata del presente o el futuro, algo en lo que todes pueden acordar es que solo en un mundo inclusivo y solidario se podrá lograr la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.