Corrientes homenajeó a Aníbal Maldonado, el reconocido artista chamamecero, actor, acordeonista y compositor. Después de su fallecimiento ocurrido el pasado 5 de febrero, en las escalinatas del Teatro Vera se llevó adelante el reconocimiento de su carrera. El acto fue organizado por el Instituto de Cultura de la provincia y contó con la presencia de distintos artistas, amigos, familiares y, como no podía ser de otra forma, con chamamé.
“Estos escenarios nos sirven para recordar a los artistas que nos dejaron, y la mejor manera que tenemos para recordar a un artista es sobre un escenario, con las luces, el público y la música”, dijo Gabriel Romero, presidente del Instituto de Cultura. Del homenaje también participaron artistas como Ariel Báez, del grupo Los Alonsitos, y Coquimarola.
Una vida de artista
“No puedo venir sin mi esmoquin; que como decía mi papá son las botas, la bombacha y el pañuelo”, expresó Benjamín Maldonado Michel, hijo del artista al referirse a su padre. Habló de él como artista y como padre. Lo hizo a través de un video que fue proyectado en dicho homenaje, ya que no se encuentra residiendo en el país. “Papá era mi amigo, mi consejero, mi compañero de ruta”, dijo el joven al recordarlo.
Agregó que “yo disfruté mucho de mi padre en este último tiempo. Era un ejemplo, me enseñó desde lo más simple hasta lo más complejo”. Respecto a los comienzos de su carrera relató que con el tiempo su padre forjó una amistad con Coquimarola, Bruno Mendoza y Cacho Espíndola, con quienes compartió aventuras, escenarios y música.
Aníbal Maldonado era el menor de sus hermanos, “y a la edad de diez, once años, agarraban algún instrumento y se iban a tocar por ahí”, compartió el hijo del homenajeado. El recorrido por los escenarios hizo que a su paso se encontrará con Los Hermanos Barrios y es junto a Avelino Flores, con quien, a partir de 1964, graba sus primeras canciones.
“Los primeros discos no los compró ni su mamá”, bromeó Maldonado Michel cuando relató que su padre estaba a punto de emprender en otro rubro. “Y eso que en esos discos ya estaban incluidos los temas más conocidos como Buen Día Mburucuya”, reflexionó.
Más tarde, en 1970, Aníbal Maldonado conforma su propio conjunto y graba su primer disco bajo la dirección de Chango Farías Gómez. Finalmente realiza colaboraciones junto a Ramona Galarza, que en realidad “se trató de una colaboración artística que duró 40 años. Ramona me adopta como un hijo y yo a ella como una segunda madre”, aseguró Maldonado hijo.
La historia detrás de las canciones
Ariel Báez, integrante del grupo Los Alonsitos, recordó al artista y destacó la importancia y el rol que Maldonado tiene en su vida. “En un momento un grupo de chicos de unos siete años empezaban a cantar y a tocar bastante mal, y nos cruzamos con Aníbal, que era y es un artista, pero sobre todas las cosas una gran persona”, aseguró.
Báez dijo que lo que más caracterizaba a Maldonado era su generosidad y la posibilidad que le brindaba a nuevos artistas al abrirle las puertas del ambiente. “Tenía algo que dentro del ambiente de los músicos no es tan común. Aún cuando ya tenía un camino artístico importante abría caminos para los nuevos, paro los chicos que no tenían espacios donde cantar ni tocar”, expresó.
Es así que surgen Los Alonsitos, porque “es Aníbal quien nos lleva a La Embajada de la Flor que era un programa de radio de chamamé, el más escuchado”. Contó, además, que es allí, antes de salir al aire, cuando los bautizan con el nombre que los identifica como grupo en homenaje a Raúl Alonso.
Desde entonces, y hace 37 años, Los Alonsitos “tenemos un sentimiento de gratitud hacia él, su familia, su hijo. Porque sabemos que han sido fundamentales para nosotros, lo llevamos en el corazón y estamos agradecidos”, dijo emocionado Báez. “Desde ese 3 de mayo de 1985 vinieron muchas alegrías y nos une una gran amistad, por eso, desde dónde quieras estar, compartimos tu música”, finalizó Ariel.
Una despedida a lo grande
La última vez que Maldonado se subió a un escenario lo hizo en la última edición de la Fiesta Nacional del Chamamé, en enero pasado. “Me da una cierta satisfacción saber que pudo estar en la fiesta. Se despidió de su público y siempre lo vamos a recordar con ese gran histrionismo que lo caracterizaba”, dijo Eduardo Sívori, director escénico de la Fiesta Nacional del Chamamé.
Por su parte, “Coquimarola” lo recordó asegurando que “tuvimos una linda amistad. Gracias a Dios lo recuerdo con mucho cariño, con mucho afecto. Si Dios lo llamó será por algo. Todo tiene un principio y un final, pero Aníbal lo cubrió con mucha calidad y afecto”, dijo el artista.
Agregó que “nosotros comenzamos desde muy chicos, vivíamos en el mismo barrio y participábamos de los actos escolares juntos”. Así, su amistad se fortaleció entre instrumentos, escenarios y música. “Recorrimos muchos lugares en donde querían que tocáramos, pero también tocamos en dónde no nos querían escuchar”, recordó Coquimarola, apelando a los buenos momentos vividos con Maldonado.