Cualquier fecha es válida, sobre todo si es San Valentín. La cuestión es que un objeto que se adquiere en una ferretería y se utiliza para asegurar un equipaje también se usa como símbolo para sellar una relación de pareja. La moda de los candados del amor inició en varios países de Europa y se trasladó a Buenos Aires, en el dique tres de Puerto Madero. Cientos de personas cuelgan cerrojos del amor, con sus nombres grabados, en las cuerdas del acceso al Puente de la Mujer, junto a la vitrina de la imagen de la Virgen de San Nicolás.
Diversos lugares del mundo tienen esta costumbre: hay candados en el Puente de Brooklyn en Nueva York, en la Gran Muralla China, cerca del Millennium Bridge de Londres, en los puentes de Estocolmo y en el Pont des Arts de París.
Candados del amor: atando un sentimiento
¿Los candados reflejan un símbolo de amor? Para indagar más sobre el tema, Nota al Pie dialogó con Agustina Palazzesi, licenciada en Sociología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). “Es un fenómeno bastante reciente, el concepto se refiere a un acto de querer perpetuar un amor y que éste sea eterno”, sostuvo Palazzesi y agregó: “El problema es que las películas o todas las formas culturales a través de la cuales aprendemos lo que es el amor, nos dicen: ‘fueron felices para siempre’ pero no nos explican cómo lo hicieron y empieza a haber un choque; se intenta tener estabilidad recurriendo a estos rituales”.
Aunque no se conoce cuándo comenzó la práctica de los candados del amor en Buenos Aires, Puerto Madero se llena de visitantes de todos lados y edades que dejan sus candados de colores y tiran las llaves, con la ilusión de que su relación dure toda la vida.
¿Una unión eterna?
La socióloga recalcó que la problemática radica al intentar anclarse a ese amor, cerrar el candado y tirar la llave, sin darnos cuenta lo que pasa en la relación. “¿Qué implica tirar la llave? ¿No poder abrirnos a crecer? ¿O dejar estar con una persona con la que quizás la estás pasando muy mal?”, se preguntó.
La figura del candado está vinculada con la seguridad, la protección y como todo, tiene sus aspectos buenos y malos. “Quienes realizan este acto, cuando cierran la llave y la tiran, reflejan supuestamente que el amor es para siempre pase lo que pase. Muchas veces con el amor no alcanza y hay que decir: Hasta acá”, expresó Palazzesi y recordó que el problema del amor romántico es que muchas veces se basa en una cultura patriarcal, lo que genera ciertas desigualdades.
¿Cómo nace la historia de los candados del amor?
El boom por los candados surgió en 2006, luego de la publicación de la novela para adolescentes Tengo ganas de ti, del italiano Federico Moccia. En ese texto, la pareja protagonista cerró un candado sobre una de las farolas del puente Milvio, para arrojar luego las llaves a las aguas del Tiber, cuya adaptación cinematográfica en 2012 se convirtió en un éxito de taquilla.
Pero la tradición nació mucho antes, durante la Primera Guerra Mundial, cuando una maestra rusa llamada Nada, de la ciudad de Vrnjacka Banja, se enamoró de un oficial serbio, Relja, que tuvo que ir a la guerra en Grecia. Nada esperó que su amado volviera para reencontrarse en un pequeño puente, pero los planes del soldado eran diferentes. Él se enamoró de otra chica que conoció en el frente de batalla, la relación concluyó pero la maestra no pudo superarlo.
Un ritual peligroso
La otra cara de la moneda es que los cerrojos del amor ocasionaron gravísimos problemas edilicios. Cada año, kilos de estas cerraduras son extraídas por representar un peligro para las estructuras.
Dos personas de mantenimiento de la Corporación Puerto Madero dijeron a Télam que una de sus tareas es retirar los candados cada tanto porque “hacen que las eslingas se aflojen y deformen”.
Por otra parte, el asesor técnico del Consejo Profesional de Ingeniería Civil, Raúl Barreneche, acotó que “una carga adicional no prevista en una eslinga”, como las que forman la baranda de contención del dique, “puede soltar el amarre” porque “empieza a hacer esfuerzo y se deforma”.
En 2015, las autoridades municipales en París sacaron los candados del Pont des Arts, tras el colapso de una reja de 200 kilos. Se consideró que el peso de aproximadamente 50 toneladas de los candados amenazaba la estructura, que figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Se retiraron los candados y se reemplazaron las rejas por paneles de vidrio, evitando que aparezcan otros nuevos.
Al rescate de los puentes
El ritual de los candados logró que en 2014 se creara “No love locks”, un movimiento francés cuyo slogan es “Liberá tu amor, salvemos nuestros puentes”.
Lisa Taylor Huff nació en Estados Unidos, fue escritora, bloguera y una de las cofundadoras de “No love locks”. En el sitio oficial del movimiento, sus seguidores expresaron su gratitud:
“Comenzamos ‘No Love Locks’ porque queríamos hacer algo para ayudar a preservar la belleza y la historia de la ciudad que amamos. Felizmente, Lisa pudo presenciar y celebrar la eliminación de los candados de su amado Pont des Arts”.
Pero la lucha no ha terminado. Todavía hay muchos otros puentes y sitios alrededor de París en peligro de extinción por los candados del amor y solo cuando la ciudad prohíba esta práctica, los sitios patrimoniales de París podrán ser rehabilitados, restaurados y preservados para las generaciones futuras.