Corrientes permanece en una situación crítica debido a que continúan activos importantes focos de incendios en el interior provincial. Hasta el momento, más del 9% del territorio fue consumido por el fuego. La ayuda proviene de diversos sectores: brigadistas, bomberes, hidrantes y múltiples campañas solidarias se unen al combate contra el fuego.
En medio de entredichos entre el gobierno provincial y el Nacional, la provincia continúa perdiendo recursos ecológicos. Declarada recientemente como “zona de desastre ecológico y ambiental”, se registraron algunas lluvias que, ante la magnitud de la crisis, continúan siendo escasas. Sin embargo, es oportuno analizar los antecedentes de esta catástrofe y los múltiples factores a tener en cuenta.
En este sentido, Nota al Pie dialogó con Emilio Spataro, Licenciado en Gestión Ambiental, quien se refirió al contexto actual y las múltiples implicancias que intervienen en esta situación. El sector productivo, las políticas públicas ambientales, y el cambio climático.
¿Es posible calcular el daño generado por los incendios?
Recién ahora vamos a poder evaluar la magnitud del daño por la extensión del mismo. Pero teniendo en cuenta la cuantificación que realizó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sabemos que es una superficie muy importante. Además, hay que analizar la severidad del incendio y, por la intensidad que tuvieron varios de los focos, se prevé que van a ser bastantes severos los impactos.
¿Hay responsables en esta catástrofe?
Bueno, la visión política del gobierno de Corrientes respecto a las cuestiones ambientales, es la principal responsable de esta tragedia.
¿Cuál es esa visión?
Es un gobierno provincial que ha basado su política ambiental en las áreas protegidas y en la reintroducción de la fauna silvestre. Lo cual está muy bien, pero no alcanza como política general para toda la provincia. No tiene una política ambiental para todo el territorio, todo lo contrario. Combatió y se opuso a la sanción de la Ley de Humedales y a la implementación de leyes ya sancionadas, por ejemplo, el ordenamiento territorial de bosques nativos, que está vencido hace más de cinco años en la provincia y no hay procesos de actualización.
¿Cuál es la política que rige en las áreas no protegidas?
El gobierno provincial tiene la decisión de que en aquellas áreas que no son parques y reservas, haya un uso intensivo del territorio principalmente a través del modelo forestal. Durante años se las dejó hacer y deshacer a las empresas forestales, en su mayoría extranjeras, propiedad de fondos de inversión.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, que se planten pinos y eucaliptos hasta el borde de las lagunas. Esto hizo que las lagunas se secaran y se siguiera plantando sobre ellas. Y, de esa manera, desaparecieron muchísimas lagunas, malezales y bañados. Es decir, humedales que en este contexto de cambio climático hubiesen ayudado a que no tuviésemos los incendios que tenemos y hubieran actuado, también, como cortafuegos ante los focos de incendios.
El cambio climático, la bajante del Río Paraná y otros factores también se suman a esta compleja situación, ¿no?
Sí, y la información estaba a disposición del gobierno nacional como provincial porque no es nueva la situación. Hay un monitoreo ambiental permanente por parte de los organismos del Estado. Ya llevamos 2 años de una sequía prolongada que ha implicado la bajante histórica del Paraná, es decir, esta situación no es nueva, hubo otros incendios fuertes en el país producto de esta sequía en el delta, en la Patagonia y ante ello no se tomó ningún recaudo.
Si bien el contexto general es por la falta de lluvias, que está acentuado por el cambio climático, no hay una política de adaptación, y parte de esta habituación es que los sectores económicos dejen de destruir los ambientes naturales de la provincia que son importantes.
¿Era posible anticiparse a esta situación?
Se tenía las alertas de incendio y no se gestionó para tomar medidas que podrían haber evitado y reducido el impacto de los fuegos. Y, además, una vez que empezaron los focos de incendios a principio de enero, se llamó a la “Asamblea Provincial Basta de Quemas”, la integran ecologistas, bomberes y distintes ciudadanes que alertaron al gobierno que estaba habiendo cada vez más focos y que eran cada vez más intensos. Fueron rechazados y tildados como molestos por manifestarse en la Fiesta Nacional del Chamamé. Hubo protestas que trataban de advertir que había una situación de riesgo, entonces dejaron que un mes los fuegos se extendieran y llegáramos a esta magnitud.
Todo esto demuestra la importancia de contar con la Ley de Humedales…
Sí, y los sectores económicos no quieren dejar de destruir humedales y por eso se oponen a la ley. Lo han hecho explícitamente la Sociedad Rural, la Sociedad Correntina de plantadores de arroz, la Asociación Forestal de Argentina han hecho explícito su oposición a la sanción de la Ley de Humedales, como se habían opuesto también a la ley de bosques, a la creación de áreas protegidas, de la ley de fuego.
Boicotean la creación de herramientas de protección ambiental para todo el territorio porque quieren seguir haciendo esto. Muchos de los focos es evidente que responden a una intencionalidad de apropiarse de áreas naturales, que se encuentran en las estancias. En el caso de los humedales, están secos por la falta de lluvias y, entonces, con el fuego terminan de destruirlo y de esa manera poder ampliar el área de pasturas y de forestaciones, esto si bien está prohibido por la ley, ocurre, y es parte de la realidad.