Cualquiera que espere que Spencer sea una pelรญcula biogrรกfica estรกndar de la Princesa de Gales se sentirรก muy decepcionado. Pero basta con contextualizar a la pelรญcula dentro del cuerpo de trabajo del cineasta chileno Pablo Larraรญn, para presentir que, la pelรญcula protagonizada por Kristen Stewart, nunca iba a ser un recuento convencional de la historia de Diana.
La tarjeta de tรญtulo de apertura la describe como ยซUna fรกbula de una tragedia realยป, una forma interesante de reconocer que la pelรญcula no es del todo precisa desde el punto de vista histรณrico. Mรกs allรก de esto, los objetivos de la pelรญcula coinciden con los de una pelรญcula biogrรกfica: sigue comprometida en confrontar las duras verdades de una trรกgica experiencia vivida.
Pero en la pantalla, Spencer, que relata la desintegraciรณn mental de Diana de Gales durante las celebraciones navideรฑas de 1991, es decididamente anti biogrรกfica. Larraรญn y el guionista Stephen Knight utilizan los hechos que rodean la tensa vida de Diana solo como un accesorio para la narrativa. Evitan preguntar ยซยฟquiรฉn era ella?ยป a favor de examinar las devastaciones emocionales que se produjeron al ser despojada de cualquier agencia por ser miembro de la familia real.
Aquรญ no hay futuro. Pasado y presente son la misma cosa
No hay mucho en la trama de Spencer, mรกs que su objetivo de llevar a los espectadores dentro de la mente atormentada de Diana en el contexto de un matrimonio sin amor, un inmenso escrutinio pรบblico y las demandas paralizantes del juego de roles real. Es el retrato de una mujer que pierde el control sobre su identidad y su cuerpo, bajo la despiadada autoridad de la monarquรญa britรกnica.
El guion de Knight no se molesta en unir puntos. Asume que los espectadores son muy conscientes del principio y el final de la historia, ya que procede a trazar solo el medio. Desde su secuencia de apertura, hace evidente que Diana es una inadaptada en la vida que encuentra como propia.
Los tres dรญas de celebraciรณn con la familia real estarรกn marcados por turbulencias domรฉsticas y alucinaciones. Una bulรญmica Diana caerรก en un espiral profundo hacia una crisis nerviosa, esa distancia con la familia real habrรก inevitablemente profundizado la grieta entre ambas partes. En muchos sentidos, Spencer argumenta que, para conocer a Diana, es crucial saber de la turbulencia en su mente en este fin de semana insoportable.
Hay presiones y humillaciones acumuladas en su contra en todos los sentidos: las apariencias que debe mantener, los atuendos elaborados elegidos para ella en cada comida y sesiรณn de fotos. Existe una exhibiciรณn abierta de infidelidad de su esposo y, sobre todo, estรก la vigilancia interminable que nubla cada minuto de su vida.
Rara vez se la deja sola o se le brinda un momento de paz; alguien llama a la puerta, incluso, cuando estรก vomitando y la intromisiรณn casi nunca es por preocupaciรณn. Su presencia nunca es solicitada, siempre exigida. Por su parte, Diana toma represalias de pequeรฑas maneras: llega tarde a una sesiรณn de fotos, se escapa a la mitad de la cena o no aparece en absoluto.
Sandringham House evoca al Hotel Overlook
De esta manera, Diana es retratada como vรญctima de un aislamiento y cautiverio implacables, al igual que Jack Torrance en el Hotel Overlook (The Shining, Kubrick, 1980). El aislamiento de ambos personajes se presenta como profundamente aterrador, con la desconcertante cinematografรญa de Spencer reflejando los largos travellings, a travรฉs de los pasillos del laberรญntico Overlook.
La comparaciรณn se hace aรบn mรกs explรญcita cuando el mayordomo rรญgido y distante, vestido de esmoquin, se enfrenta a Diana en una cรกmara frigorรญfica, o en las tomas aรฉreas que convierten el terreno del palacio en un laberinto.
La cรกmara itinerante de Claire Manthon examina a la Diana de Stewart sin aliento, acercรกndose a ella sin previo aviso y enmarcรกndola para registrar su creciente estado de aislamiento y soledad. Los รบnicos momentos de intimidad presentes en la pelรญcula, son escenas que involucran a Diana y sus dos hijos. Los dos chicos se mantienen tan dedicados a ella, como ella a afirmar su identidad frente a la represiรณn real.
La interacciรณn de la pelรญcula con la luz y la oscuridad refuerza su estado de รกnimo: cuando Diana sale con su รบnica amiga o conduce sola, la luz del sol la baรฑa. Pero cuando ella estรก dentro de la finca reducida a una existencia mecรกnica, la pantalla de repente se vuelve oscura y sombrรญa.
La direcciรณn de Larraรญn se desvรญa con frecuencia hacia el clichรฉ de autor. Sin embargo, la actuaciรณn de Stewart profundiza en la melancolรญa que la pelรญcula imagina que es el estado emocional principal de Diana.
La actuaciรณn de Kristen Stewart, su primera nominaciรณn a los Premios รscar
La marca distintiva del film es la propensiรณn a realzar el drama con su diรกlogo o metรกforas exageradas. Sin embargo, es el giro voluble de Stewart que oscila entre la vulnerabilidad y la inescrutabilidad lo que hace a la historia llevadera. Su acento britรกnico es imperfecto, pero compensa con la actuaciรณn. La actriz replica los gestos, el lenguaje corporal y la famosa inclinaciรณn de cabeza de la Princesa de Gales con intensidad.
Aรบn asรญ, es su rostro el que almacena toda una vida de preocupaciones y esperanzas lo que es efectivo y devastador. Es mรฉrito de Stewart que, incluso cuando la pelรญcula presenta a Diana como un objeto de lรกstima, su actuaciรณn estรก lo suficientemente fundamentada como para nunca convertirse en el tema de la misma. Ayudando a su interpretaciรณn en capas, estรก la partitura inquietante y melancรณlica de Johnny Greenwood que amplifica y presagia las tormentas que se avecinan.
Hay un meta momento hacia el final de la pelรญcula en el que Stewart, en el papel de Diana, reflexiona sobre cรณmo escribirรก el mundo sobre ella en el futuro. Diana no lo sabe, pero se ha convertido en un icono de la cultura pop. Su figura generรณ innumerables libros, artรญculos, pelรญculas, y documentales que buscan contar la tragedia de su vida o descubrir el misterio detrรกs de sus motivaciones.
Spencer se suma a esta tendencia de explotar la imagen de la royal, escribe sobre Diana, la mitifica y confronta sus insuficiencias. Pero, sobre todo, retrata la supervivencia en un mundo espantoso y anticuado, uno que cuestiona a aquellos que se comprometen con la corona o el paรญs.