El pasado 4 de febrero el gobierno de Cuba denunció la vigencia del bloqueo económico estadounidense al país caribeño. La denuncia fue a través de una declaración emitida por su Ministerio de Relaciones Exteriores, al cumplirse 60 años de su implementación.
John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos en aquel momento, firmó la proclama 3447 en la que estableció un bloqueo comercial total sobre la isla. De esa manera, según indicó el gobierno, “se le confiere carácter oficial a las acciones económicas agresivas y unilaterales que se venían aplicando contra Cuba desde el triunfo revolucionario”.
En el marco de la denominada Guerra Fría, la administración estadounidense encontró su principal fundamento para el bloqueo en las relaciones entre Cuba y países comunistas. En ese sentido, en la propia proclama se sostiene que el alineamiento cubano con la URSS o China representaba un peligro no solo para la seguridad norteamericana sino para todo el hemisferio.
Según indicaron las autoridades cubanas, fue a partir de allí que “la política de cerco y asfixia económica se consolidó como eje central de la estrategia dirigida a coartar el derecho legítimo de los cubanos a defender su soberanía y forjar un proyecto emancipador, ajeno a la dominación imperialista”.
El bloqueo, que empezó a funcionar de manera práctica el 7 de febrero de 1962, representa una política de Estado para el país norteamericano. Durante 6 décadas, sin distinción partidaria, todos los presidentes lo mantuvieron.
Las implicancias del bloqueo
El gobierno cubano indicó que el bloqueo es, por cómo se ha endurecido a través de los años, “el acto de guerra económica más complejo, prolongado e inhumano cometido contra cualquier nación”. Las consecuencias, según describió en el comunicado, impactaron directamente en las posibilidades de desarrollo para la isla. Debido a que está diseñado para “impedir las relaciones comerciales con terceros países, obstaculizar al máximo las operaciones bancarias-financieras, frenar la inversión extranjera y cortar toda fuente de ingresos”.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores sostuvieron que “se trata de una política esencialmente extraterritorial violatoria del Derecho Internacional”. Debido a que pretende no solo aislar a la nación caribeña sino también castigar a cualquiera que establezca un vínculo comercial con ella.
Según un informe presentado ante la ONU, como consecuencia de la medida los daños económicos acumulados en los últimos 60 años alcanzan una cifra cercana a los 150 mil millones de dólares. En este sentido, las autoridades cubanas advirtieron que cualquier análisis sobre la realidad de Cuba no puede obviar las implicancias que tiene el bloqueo económico para la población.
En la declaración emitida ante el nuevo aniversario de su oficialización se afirmó que “el gobierno estadounidense se siente obligado a utilizar la mentira’’. Además, se aseveró que se “promueve una campaña financiada desde Washington, dirigida a sembrar la idea de que los efectos del bloqueo no son reales’’.
Un acto sin respaldo internacional
La solidaridad cubana tiene su correlato en el consenso internacional para pedir el fin del bloqueo estadounidense. “Esta política de cerco económico concita un rechazo prácticamente unánime y universal”, remarcó el gobierno cubano.
En este sentido, en la última Asamblea General de la ONU realizada en junio del 2021, se volvió a evidenciar en la resolución que pide el cese de la medida estadounidense. 184 naciones votaron a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y 3 se abstuvieron (Colombia, Brasil y Ucrania).
“Además del apoyo abrumador a la resolución que cada año aprueba la Asamblea General de las Naciones Unidas, son constantes los reclamos y las acciones de denuncia por parte de personas, organizaciones e instituciones de todo el mundo, incluso dentro de los Estados Unidos”, destacaron las autoridades de Cuba.