En 1999 la autodefinida “Renombrada” editorial Pipa Bang Comics editó la primera de siete entregas de la historieta “4 Segundos”. A cargo de Alejo García Valdearena y Feliciano Garcia Zecchin, cuentan la historia de cuatro amigos bonaerenses en formato “sitcom”. Marcos, Terli, El Zurdo y Anibal copan las páginas para contar historias tanto anecdóticas como hilarantes.
Cada uno de los personajes representa un arquetipo de argentino, con sus rasgos de personalidad exagerados. De esta manera, al relacionarse, el guión trae situaciones completamente hilarantes. Además, el factor unificador de que todos fueron compañeros de escuela de niños.
¿De qué trata “4 Segundos”?
El nombre de la tira no surge en realidad de una marcación temporal, sino que representa un juego de palabras: “Cuatro amigos que llegaron demasiado tarde para ser primeros”. De esta forma, los autores dan la impronta de con qué se encontrará el lector.
El Zurdo, es el que se cree el más vivo del grupo. Trabaja en un videoclub, tiene una relación excelente con el dueño (más que nada por ser un adulador). Su compañera Marina tiene que soportar las tonterías que él hace. Será quien meta a sus amigos en los problemas más grandes.
Marcos, estudiante de odontología, un tipo tímido que trata de abrirse camino, pero de forma constante es arrastrado por el Zurdo. Si bien, a Marcos le gusta Marina, él no se anima a declararse, cosa que el Zurdo usará para manipularlo.
Anibal, es el más correcto, con una relación casi estable, su casa es la sede de las juntadas entre los cuatro. Es allí donde se juntan a ver las porno que saca de contrabando el Zurdo los fines de semana. Es el único personaje del cual conocemos parte de la familia.
Terli, es el alma libre, un muchacho sin prejuicios que se vuelve blanco constante de las bromas de sus amigos. Con una búsqueda en el desarrollo del arte, tiene la veta Hippie del grupo, aunque esto le traerá bastantes problemas.
Una sitcom secuencial
Estamos habituados a consumir sitcoms (comedia de situación) en TV, con clásicos como “La Niñera”, o “Alf”. Sin embargo, “4 Segundos” toma este formato y lo lleva a las viñetas con una calidad narrativa impecable. Toda situación en las que los personajes se verán envueltos es ejecutada a la perfección.
Cada elemento incluido por Valdearena, por más diminuto que sea, es rematado de forma casual, orgánica y prácticamente inesperada. Esta forma de escribir genera la efectividad del discurso cómico y le da dinámica a la obra. El arte de Zecchin acompaña a su colega con sutiles deformaciones que exacerban el relato.
Claro que los autores no se quedarán sin tratar diversas temáticas que el tabú de la época hacía que se conversen poco. Así, temas como la cosificación de la mujer, el bullying en la escuela y la homosexualidad son algunos de los puntos centrales de las historias. Si bien son temas tomados a la ligera, dan a entender que los personajes son afectados por estos.
Por lo tanto, “4 Segundos” no es solo una comedia, busca tocar un poco más profundo que eso. La homofobia y la xenofobia también toman lugar en estas páginas, y buscan reflexionar sobre estas problemáticas. Por lo que es importante poder leer sus varias capas.
Hoy en día se puede conseguir una compilación de los 7 números que conforman la colección completa en comiquerías. “4 Segundos” es una carta cómica de la realidad de fines de los años ‘90. Y quienes han vivido esa época en su adolescencia, podrán identificarse plenamente con estos muchachos.