La última jornada hábil del 2021 fue la fecha que el Gobierno nacional acreditó bandera verde para hacer estudios geológicos sobre parte de la cuenca marítima nacional. Estos servirán para que una asociación de empresas petroleras, como la empresa noruega Equinor, copartícipe con YPF y la colega anglo-holandesa Shell para analizar la denominada Cuenca Argentina Norte con vistas a una futura explotación de hidrocarburos.
Desde entonces, y ya a más de dos semanas de dicha noticia, continúan surgiendo opiniones encontradas entre especialistas ambientales, el Gobierno y la oposición. La Resolución 436/2021 se publicó en el Boletín Oficial, firmada por Juan Cabandié, actual Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
El proyecto aprobado lleva como nombre, Adquisición Sísmica 2D-3D-4D Off-Shore en bloque CAN 108 -CAN 114. Pero el primer paso de esta explotación de bienes comunes nacionales, no surgió en el gobierno actual de Alberto Fernández.
Fue en el 2018, que la Secretaría de Energía del gobierno de Mauricio Macri, llamó desde el Decreto 872, a concurso internacional para la entrega de concesiones de exploración de hidrocarburos en zonas off-shore con posible riqueza en el lecho marino argentino.
Nicolás Gandini, periodista económico especializado en energía, en una entrevista radial reciente en Radio cut expresó: “Las plataformas offshore existen desde hace 40 años en Argentina. No es una tecnología nueva en nuestro país, ya tiene una cultura operativa que conoce el proceso. La reciente resolución permite explorar la cuenca marina que se conoce como Cuenca Argentina, a 400 km desde las costas de Mar del Plata”. Y aclaró: No se conoce si existe petróleo en esa cuenca. El posible estudio ni siquiera contempla la perforación de un pozo, sino que realizar exploraciones sísmicas”.
La exploración sísmica y sus consecuencias
Según las empresas, estas operaciones sísmicas tienen una duración de 150 días. Y se realizan de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día, si lo permiten las condiciones meteorológicas. Como siempre estas explotaciones de bienes comunes nacionales que exprimen la naturaleza como una herramienta de hacer dinero. Fomentan la contaminación de tierras cercanas y su entorno hídrico.
Por más que se la justifique como un potencial de oportunidad o crecimiento de trabajo para la sociedad. No hay duda y existen pruebas de que siempre el desarrollo de la industria extractiva afecta de manera directa o indirecta la salud del territorio circundante. Degradando la calidad de las comunidades o poblaciones cercanas a dicha explotación.
La exploración sísmica es un método que se basa en generar ondas de frecuencia e intensidad controlada, análogas a las ondas sónicas. Esas vibraciones se emiten desde camiones especiales en tierra o por barcos con “cañones” de aire comprimido en el mar. Una agresión acústica al ambiente, que genera cada 4 o 5 segundos, burbujas de aire a 250 atmósferas de presión.
Con respecto a esto Gandini pondero: “Una exploración sísmica es enviar aire comprimido hacia el lecho marino, por medio de ondas sísmicas. Y en función de lo que interpreten los geólogos, se puede saber si allí hay vestigios de petróleo-gas. Y si vale la pena perforar un pozo exploratorio”.
Finalmente sumó: “Esto llevaría un año y medio aproximadamente. Pero la explotación comercial recién se daría en 7 años, dada la complejidad de operar en el mar. No por un riesgo o daño posible, sino por el diseño del proyecto, una organización y planificación que no es sencillo”.
Con respecto a la posición del gobierno opina: “La resolución fue pésimamente comunicada, al momento de tomar posición o tomar la iniciativa política. La Argentina necesita generar inversión, desarrollo y riqueza, y por eso es necesario explorar los recursos naturales que tiene el país. Por cuestiones de geopolítica sería interesante que existiera la explotación de hidrocarburos en toda la plataforma continental”. Y destacó: “Falto la necesidad de explicar porque es necesario sumar la exploración offshore a nuestro territorio”.