Un equipo del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM) en conjunto con la Universidad de La Plata, recientemente describió “los mecanismos fisiológicos por los cuales una variedad local conserva un 30 por ciento más de proteína que los arroces comerciales, y publicó sus conclusiones en la revista científica Plant Physiology and Biochemistry, según explicaron desde el Conicet.
En diálogo con Nota al Pie uno de les investigadores, Doctor en Biología Molecular y Biotecnología, Santiago Maiale, quien participó de la investigación, explicó los detalles de este logro.
¿Cómo inició y se llevó a cabo esta investigación?
Esta investigación forma parte del plan de doctorado de la Ing. Agr. María Lucrecia Puig, en el mismo se pretende desentrañar algunos mecanismos fisiológicos sobre el comportamiento de arroces de alta proteína. En el año 2004 la Universidad de La Plata (UNLP) patentó, patrocinado por el Ing. Vidal y el Ing. Bezus, un cultivar de arroz que producía entre 30 a 40 % más de proteína que los convencionales, ósea se pasaba de 6-8 % a 10-13 %.
Este gran logro de mejoramiento no fue acompañado por investigaciones de la ciencia básica referente a los mecanismos fisiológicos que hacen esto posible, por lo que nos pareció una buena idea utilizar este cultivar; en contraste con uno de contenido normal para describir los procesos que llevan a esta especie a acumular proteínas en los granos.
¿Cuál fue el avance principal en la investigación del arroz proteico? ¿Tiene que ver con la fertilización?
Lo que describimos fue que la velocidad de desarme de los fotosistemas en las hojas del arroz eran el proceso principal que distinguía al arroz proteico. Lo interesante es que el proceso se puede estudiar con métodos no destructivos por lo que abre la posibilidad de su uso por parte de los mejoradores, facilitando el proceso de selección, aunque para eso hay que realizar calibraciones con muchas líneas.
También que el arroz proteico aprovecha mejor el N (Nitrógeno), desde el punto de vista humano, o sea a igual cantidad de N absorbido, esta planta destina mayor porcentaje al grano y menos al rastrojo que las variedades convencionales. Nosotros teníamos como primera hipótesis que el arroz proteico absorbía más N pero después de hacer los ensayos resultó que eran iguales, así que nos enfocamos en la removilización que terminó siendo la clave.
¿Qué implicancias podría tener este avance a nivel nacional e internacional teniendo en cuenta el cultivo de arroz en los diferentes países?
La investigación en sí, es fisiología vegetal pura y dura y no es más que otro trabajo que coloca una pieza más en el rompecabezas sobre el conocimiento de las plantas. Ahora, este tipo de cultivares de alta proteína podría tener impacto en la alimentación si se siguen desarrollando, pero para que eso suceda primero debería cambiarse los requisitos de comercialización y pagarles a los productores por contenido de proteína en arroz, sino no hay incentivos para que los mejoradores le presten atención a este carácter.
Además, la proteína de arroz es de alta calidad y se podrían usar para obtener aislados proteicos como suplementos en la industria alimentaria. Esto se trabajó en el grupo de mejoramiento de la Universidad de La Plata (UNLP); en conjunto con el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), hay varias publicaciones.
¿Cómo continuará la investigación a partir de estos avances? o ¿ habrá futuras investigaciones relacionadas?
La idea es poner a punto una metodología no destructiva, como mediciones fluorométricas o espectrofotométricas; para que los mejoradores tengan una técnica que les permita estimar la capacidad de la planta de removilizar el N al grano y así facilitarles la tarea. También se podrían realizar estudios de asociación genética sobre los caracteres que observamos, más enfocados a los mecanismos. Porque ese tipo de estudios sobre contenido de proteína en grano hay varios ya realizados.
¿Hay algo más que quiera destacar o comentar?
Que hay que agradecer siempre el trabajo de los mejoradores; tanto vegetales como animales porque la producción de alimentos se sustenta en ellos, son los cimientos de la producción agropecuaria.