Este lunes por la mañana, trabajadores de Garbarino realizaron una protesta en el acceso del Puente Pueyrredón. El descontento de los manifestantes se debe al accionar del dueño de la compañía, Carlos Rosales. Éstos no cobran sus sueldos desde hace nueve meses y hay personal que fue despedido sin recibir indemnización. La marcha fue organizada por trabajadores no alineados con el sindicalismo.
Frente a la protesta -ubicada en la avenida Mitre en la localidad de Avellaneda-, efectivos de la Policía Federal y de la Prefectura Naval Argentina (PNA) desplegaron un cordón para evitar que los manifestantes subieran al puente, lo que generó un caos vehicular.
«Esta protesta la hacemos porque hace nueve meses que no cobramos nuestro sueldos, acá somos cuatro mil trabajadores y no tenemos qué llevar a nuestra familias para subsistir», sostuvo Domingo Fernández, vocero de la marcha, en diálogo con Télam.
“Es un vaciamiento. El dueño dejó de pagar a proveedores y dejó de invertir en la marca, dejando de pagar a empleados por nueve meses. Estuvimos cobrando el (fondo) Reprovi, pero con 22 mil pesos nada podemos hacer, y ni siquiera cobramos el Repro. Se cortó todo tipo de negociación”, contó el damnificado a Data Conurbano.
Nicolás del Caño, diputado nacional por el Frente de Izquierda Unidad, manifestó en su cuenta de Twitter: ‘’Trabajadores autoconvocados de Garbarino cortaron el puente Pueyrredón ante el abandono total de la empresa y el Gobierno frente a los despidos. Esperaban que se cumpla la palabra del presidente que en octubre prometió que no quedarían desamparados. ¡Todo nuestro apoyo!’’.
Según el vocero, el pasado 13 de octubre mantuvieron una reunión con Alberto Fernández, presidente de la Nación, y Matías Kulfas, ministro de Producción de la Nación, en Casa Rosada. ‘’Se nos prometió buscar la forma de conservar la fuente de trabajo para todos, cosa que no ocurrió, porque mientras estábamos reunidos con él, y después, fueron llegando los telegramas de despido a la gente de Compumundo -del grupo Garbarino- y hubieron 600 despidos”, contó.
Un conflicto de larga duración
En noviembre, la firma anunció que no pagaría indemnizaciones por despido debido a una presunta quiebra. Sin embargo, Rosales pretendía lanzar una plataforma virtual de venta de productos de terceros al estilo Mercado Libre.
También, algunas sedes de Garbarino fueron vendidas, pero lo recaudado allí no fue destinado a pagar las deudas con el personal. La crisis de la compañía no sólo afectó a les trabajadores en Capital Federal. En Chaco, durante mayo de este año, se cerraron dos sucursales y más de 30 trabajadores perdieron sus puestos. Mientras tanto, la firma continuaba buscando inversores para afrontar las deudas acumuladas.