El 27 de febrero del 2017, una joven, oriunda de la localidad correntina de Caá Catí, denunció a Lucas Almeida, Santiago Chávez y a Cristian Contín, por abuso sexual en grupo. El pasado lunes 20 de este año, finalmente, la justicia condenó a los dos primeros a nueve años de prisión. Y al tercero a siete años, además del resarcimiento económico por daños no materiales.
Después de un largo proceso judicial, se conoció la sentencia que encontró a los acusados culpables por el hecho. El tribunal estuvo conformado por el juez Juan José Cochia, y los vocales Ariel Azcona y Román Esquivel. Además, cabe mencionar, que más de un centenar de personas acompañó a la víctima y a sus familiares en el pedido de justicia.
Según trascendió, el 2 de febrero del año próximo se leerán los derechos fundamentales, y los condenados permanecerán en libertad hasta esa fecha. Mientras tanto, la parte denunciante apelará para que la condena sea mayor, ya que –como se manifestó a la prensa- “la condena no es suficiente, porque ellos me quitaron todo y arruinaron mi vida”, dijo la víctima.
En una entrevista brindada a Radio Sudamericana, la abogada defensora de la víctima, Evangelina Soto, dijo que “esperábamos más años, pero estamos conformes porque el testimonio de ella (de la víctima) fue valorado y se condenó a los tres imputados”.
Con respecto a la diferencia de años de condena entre los acusados, dijo que se deberá esperar a la lectura de los fundamentos para saber las consideraciones de los jueces por tal decisión. Y ante la consulta de cómo se encontró la sobreviviente después del fallo, aseguró que “ella está muy agotada, de todo, de la agonía del proceso. Porque fueron casi cinco años, y vamos a conversar para saber si se va a apelar”, dijo Soto.
La Causa
Durante todo el proceso judicial, se acusó a los tres implicados por abuso sexual durante una fiesta en una casa en la localidad de Caá Catí. La causa avanzó en la sede judicial de Corrientes capital en la que declararon varies testigues. Entre ellos, Facundo Meza, hijo de los propietarios de la casa donde se produjo el abuso.
Además, examigas de la víctima (de apellidos Encinas y Meza), mantuvieron una declaración en sede policial y en sede judicial, pero cambiaron su testimonio para las audiencias. Por ello, no se descartó la imputación de Encinas y Meza por falso testimonio, delito que conlleva una pena entre dos a tres años de prisión efectiva.
En su momento, la víctima se expresó a través de sus redes sociales afirmando que “estos tres individuos me sometieron la madrugada del 27 de febrero del 2017. Y aunque les supliqué y les rogué que me dejaran, lograron su cobarde objetivo”.
Vale recordar que los acusados estuvieron detenidos hasta marzo del 2019. Mientras tanto, la sobreviviente sufrió múltiples procesos de re victimización. Durante los primeros días de diciembre, Soto, su abogada, había manifestado en los medios locales que “su pueblo le dio la espalda”.
Aseguró que esta situación se desató a partir del tratamiento que tuvo el caso en los medios de la localidad de Caá Catí. Aseguró que “ella recién tuvo apoyo en Corrientes capital a partir de los grupos sociales y feministas”. A partir de entonces, una gran cantidad de personas se presentaron en cada audiencia con carteles de apoyo a la víctima y exigiendo, una vez más, justicia.
La palabra de la víctima
Días antes de que se conociera la sentencia, la víctima se expresó en sus redes sociales mediante un posteo que lleva el título de “sobrevivir”. Allí asegura que “hace cinco años que sobrevivo, y luchó, incluso conmigo misma para seguir. Hace cinco años que peregrinó por justicia”. Finalmente, la justicia la escuchó, escuchó a las personas que clamaron por ella, y actuó.
En su comunicado pidió que la acompañen durante la última audiencia. Y que “hoy es por mí, pero hay un antes y un después en estos casos aberrantes y yo puedo ser la voz de quienes no se animan o de las que ya no están”, continuó. La sobreviviente sufrió un hecho que la dejará marcada para siempre, pero, como ella misma afirma, nunca dejó de confiar en Dios, y aseguró tener mucha fe durante todo el procedimiento.
El proceso judicial fue largo y tendido. Muchas mujeres víctimas de violencia deben revivir una y otra vez episodios aberrantes durante todo el juicio. No fue la excepción en este caso: “me he convertido en el conejillo de indias de un sistema judicial retrógrado. En el que siempre es la víctima la que tiene que explicar y los victimarios son los que gozan plenamente de su presunción de inocencia. A pesar de tener una mochila de pruebas en su contra”, dijo la sobreviviente.
El caso tuvo trascendencia en los medios de comunicación y las distintas organizaciones, más toda una sociedad, nunca dejó de creerle a la víctima. A partir de ello, los apellidos de Almeida, Chávez y Contín, resonaron en cada manifestación y en cada inscripción de carteles que acampó frente al Tribunal Oral Penal 2.
“Hoy estoy segura de que mis gritos se oyeron, de que sintieron mi desesperación y que por un ápice de sus almas no me dejaron morir. Que la vida les devuelva ese gesto”, posteó la víctima en relación a los culpables. Finalmente, usó algunas palabras para agradecer a todes les profesiones que la acompañaron, la asistieron y le creyeron.
Concluyó diciendo “agradezco a las agrupaciones sociales por abrazarnos a mí, a mi madre y a mi familia entera. Por hacernos sentir como nunca antes: acompañadas”, finalizó.
Tres acusados… tres culpables
En la última jornada del juicio, el tribunal encontró culpables a Almeida, Chávez y Contín. En ella cada uno de los acusades hizo uso de la palabra y ratificaron su inocencia. Según lo detallado en Nuevamiradacorrientes.com, les acusades se quedaron sin sus defensas a media jornada, ya que Rubén Leiva, defensor de Almeida y Chávez se retiró minutos antes de las 10.
Mientras que el defensor de Contín no estuvo presente, y en su lugar estaba su secretario, quién también se retiró antes de que finalice la jornada. Para escuchar la sentencia, estuvo presente la víctima junto a sus padres y a su hermana. El veredicto se leyó pasada las 12 del mediodía.
En cuanto al resarcimiento económico, la suma responde al daño no material y en concepto de lucro cesante. Y se expuso que los condenados quedaron registrados en la nómina de delitos contra la Integridad sexual. Les manifestantes que se encontraban expectantes, acompañaron con aplausos, gritos y euforia, mientras se acercaban para abrazar a la sobreviviente y decirle una vez más, “no estás sola, yo te creo”.