Se realiza hoy la campaña nacional #Bastadevenenos, con el fin de concientizar sobre cómo afecta a la salud de la población el modelo de producción agropecuaria vigente. Cabe destacar que Argentina es uno de los países más fumigados del mundo.
“En los últimos 25 años, el uso de agrotóxicos se incrementó un 1200%, resultando en la tasa más alta del mundo (12 litros por habitante, por año). Todo esto produjo un cambio en la forma de enfermar y de morir de les argentines”, sostienen desde la organización de la campaña.
Los agrotóxicos se encuentran en el ambiente, en el aire, el agua y los productos de consumo. Video: Campaña Nacional Basta de venenos.
Se sumaron a la iniciativa personalidades como Leonardo Sbaraglia, Laura Azcurra, Francis Mallmann, Susy Shock, Nora Cortiñas, Hilda Lizarazu, Lalo Mir, Julia Mengolini y Alejandro Bercovich, entre otres. Nota al Pie dialogó con el biólogo e investigador del CONICET, Guillermo Folguera, sobre esta campaña. Además es filósofo, profesor, integrante del Grupo de Filosofía de la Biología y autor del libro “La Ciencia sin Freno”.
¿Cuáles son los efectos del consumo de agrotóxicos en nuestra salud que muestra la campaña?
Argentina se rige por las llamadas «buenas prácticas» agrícolas. Son una serie de protocolos que han mostrado una falta de funcionamiento total. A 25 años de implementado el modelo de los transgénicos, ya tenemos suficiente experiencia para poner en juego.
Esta campaña lo que hace es intentar mostrar que los agrotóxicos nos están llegando a través de diferentes formas. A las comunidades lindantes a los campos les llegan a través de las vías aéreas y de napas contaminadas con químicos. Prácticamente todos los pueblos que han hecho estudios en el agua han visto químicos presentes.
Algunes participantes analizaron muestras de su orina, en la que se encontró la presencia de glifosato. Video: Basta de venenos.
El caso quizás más paradigmático es el de Pergamino; pero se multiplican en este sentido. También mostrar que en la vida urbana de estas grandes ciudades, el 92% de la población argentina vivimos en grandes ciudades, no estamos exentos. Y una de las formas más claras de agrotóxicos en nuestro cuerpo es a través de la ingesta de alimentos. Los alimentos están siendo fumigados llegan a nuestros cuerpos a través de la alimentación.
¿Estos niveles de aplicación están prohibidos en otros países?
El modelo de Argentina es un modelo bastante excepcional a nivel mundial. Por supuesto que Europa no admite estos niveles de liberación de tóxicos y muchos de los tóxicos que están liberándose acá están prohibidos en gran parte del mundo. El modelo norteamericano tampoco tiene el nivel de bajo de control que tiene Argentina. Pero independientemente de estas referencias a nivel cuantitativo; es importante marcar hoy que estamos frente a un escenario absolutamente incontrolable.
A la politóloga Jimena Martinez, de Campana, le detectaron Glifosato en la orina. Es mamá y se encuentra amamantando a su bebé. Video: Basta de venenos.
¿Qué estudios se hicieron sobre este tema?
La bibliografía especializada encuentra una diversidad de estudios. Por ejemplo, yo hice estudios particulares en torno a insecticidas y fue muy claro que mientras Europa prohibía los insecticidas de tipo neonicotinoides; acá en Argentina, SENASA los aprobaba a través de los informes dados por las propias empresas involucradas.
En este sentido se reconoce que las instituciones involucradas están haciendo una cuestión absolutamente sesgada, eligiendo un conjunto de estudios que avalan y desconociendo la cantidad de estudios brutales que hay en torno a los efectos nocivos. Y junto con estos cabe mencionar la menor cantidad de estudios que hay y que son fundamentales para comprender lo que está pasando. Por ejemplo están los de la interacción entre químicos y también los efectos a mediano plazo y los efectos crónicos que no responden a los que sucede con los tóxicos una vez que entran al cuerpo, tales como los enormes efectos que se vieron recientemente en Presidencia Roca con la fumigación.
Sino que se tratan de qué significan pequeñas dosis, pequeñas en la cantidad que puede observarse, grande en cuanto a los efectos del cuerpo, sostenido en el tiempo. Esto genera efectos que tampoco están suficientemente documentados en nuestro país, a través de esta ausencia total o parcial de parte del Estado como efectos de cáncer.
Además destacás la cantidad…
La poca cantidad de estudios involucrados en torno a la interacción entre químicos, eso que en la bibliografía está poco presente. Por supuesto que SENASA se encarga de no considerar y cada vez que aparece en la bibliografía el efecto llamado sinérgico, muestra un brutal efecto. Quizás uno de los estudios más paradigmáticos recientemente, fue el realizado por Rafael Lajmanovich entorno al efecto entre glifosato y arsénico en el cual se ve un efecto sinérgico nocivo muy marcado.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Primero alterar la forma productiva. Sostener este paradigma químico significa un suicidio muy grande que, por supuesto, en primer lugar afecta a los sectores más desprotegidos. Pero la campaña intenta mostrar que están todos los sectores involucrados, estamos siendo víctimas de este modelo que nos afecta cotidianamente. Junto con otras formas productivas; parar esta liberación química masiva que tiene como supuesto, una «inocuidad» de nuestros cuerpos pero que muestra un efecto brutal en nuestros organismos.