Manuela Schuppisser tiene 29 años y es de San Isidro. Empezó a militar en el Activismo Gordo en el 2016, a partir de una búsqueda propia de sanar distintas ataduras vinculadas al hostigamiento y al rechazo de les otres.
“A mí el activismo gordo me cambió la vida y me habilitó a vivir un montón de cosas que yo creí que no eran para mí”, declaró la activista. Y agregó: “Durante toda mi vida estuve encerrada en un mandato que no me permitía vivir mi vida en plena libertad”.
A través del activismo gorde, contó Schuppisser, pudo construir “otra cosa”. Aseguró que le hubiera gustado conocerlo 15 años atrás, cuando tenía 14 y no salía al recreo para no exponerse a que le hagan bullying. “Me vestía de negro porque quería pasar desapercibida o me ocultaba porque no quería que la gente se diera cuenta que soy gorda”.
“Ahora es todo lo contrario. Ahora es parte de mi identidad, parte de lo que soy”, comentó.
Tejiendo redes
Este año se comenzó a llevar adelante el Estudio Antropométrico del INTI, para analizar el cuerpo de les argentines y la plena implementación de la Ley de Talles. El INTI, en pos de promover el desarrollo del estudio, convocó a distintas activistas y referentes del activismo gorde en Argentina.
La entrevistada contó que junto a Lucía Portos, Sama Alonso, Brenda Mato, Laura, Cintia, Luz y Mechi de Anybody empezaron a pensar en la idea de armar algo. “En un primer momento no teníamos en claro qué, pero sí que queríamos empezar a juntarnos”, comentó.
En esos encuentros dijeron de hacer un encuentro, “una Gorda Palooza”, la llamaron. “Fuimos buscando fechas y tejiendo distintos lugares donde poder hacerlo. Hasta que surgió la posibilidad de usar la Mansión Seré, el espacio de Derechos Humanos de Morón”, explicó.
Manuela dijo que inicialmente también surgió la propuesta de cómo se querían llamar, si iban a tener un sello. Les pareció gracioso generar una parodia a la CGT y tener como una Central de Gordas Nacional nuclee a todas. “De Gordes, en realidad. Porque más allá de que nosotras somos mujeres, todas feminidades, queríamos que sea integral y contemplativo de otras identidades de género”, aseguró.
“Generamos las redes, empezamos a mover el sello y la consigna. Hicimos un formulario para medir si era posible. La respuesta estuvo buenísima,se sumó un montón de gente”, afirmó.
Llegó el Gorda Palooza
Por fin el encuentro se pudo programar para el sábado 27 de noviembre. “Fue hermoso. Vinieron casi 200 personas, en su mayoría mujeres y personas no binaries. Varones cis dos o tres, que vinieron con sus novias”, contó la entrevistada a Nota al Pie.
En un paréntesis sobre esto último, Manuela problematizó acerca de por qué los varones no se dan el lugar de la vulnerabilidad, ni el espacio para reflexionar sobre qué les pasa con sus corporalidades. “El sistema los oprime, también el hostigamiento, la exclusión”, aseveró.
La activista aseguró que la emoción enmarcó el evento y que algo “le flasheó la cabeza”: la organización de las pibas.
“Nos pareció importante ver cómo hacer para que quién tenía miedo o fiaca de ir hasta Morón, pueda ir igual”. Armaron una publicación en las redes diciendo “si no tenés con quien venir, comenta acá”. Las pibas en los comentarios de la publicación se empezaron a enlazar. “Era como el Tinder de amigas gordas. Armaron grupos de Whatsapp y acordaron donde encontrarse para ir todas juntas”, contó emocionada.
Y agregó: “Cuando estábamos en el espacio, empezaron a llegar todas agrupadas agitando, una columnita de gordas cantando contentas, felices. Fue un montón”.
Una respuesta política
El CGAA está conformado por mujeres de distintos lugares: del modelaje, de la actuación, del periodismo, de la política. “No está solamente pensada en levantar la banderita del “qué bueno que está ser gorde”. Sino descubrir cómo hago y aporto para que las cosas cambien sustancialmente a través de políticas públicas”, explicó.
Manuela aseguró que el desarrollo del Estudio Antropométrico por el INTI con plata del Estado, es una respuesta política a una demanda que existe como colectivo. Y que la regulación de la Secretaría de Comercio por sobre la Ley de Talles también es una respuesta del Estado. “Entonces, ¿cómo podemos empezar a canalizar nuestra demanda y transformarla en política y herramientas sustanciales?”, se preguntó.
Sobre los talleres del Encuentro
El sábado se dividieron en comisiones y vivieron una experiencia muy parecida de lo que suelen ser los Encuentros de Mujeres. Tomando esa demanda, ese dolor, esa bronca y viendo cómo transformarlo en una lucha y en una victoria.
Se habló de las opresiones en los ámbitos de pertenencia, el acceso y la posibilidad del deseo y el pleno desarrollo de la sexualidad, de la salud y de la cuestión de patologización del sistema médico. También del rol de los medios de comunicación, la responsabilidad del consumo en las redes sociales. Se debatió sobre la representatividad de los cuerpos gordos en los distintos ámbitos, en la política, en el entretenimiento.
Se tocó el tema de cuán difícil es ser gorde en comparación a un cuerpo masculino. Del acceso al empleo y al desarrollo en la arquitectura de la ciudad, de la salud mental, y de cómo se pone por sobre todo la salud física o por sobre lo que esté pasando en tu cabeza.
Plantearon un posible encuentro el año que viene. “Nosotrotres queremos que este Encuentro Plurinacional de Gordes siga existiendo y que en un futuro se pueda llevar a otras provincias para que participen otras personas”.
Finalizó reflexionando: “Queremos seguir sosteniendo determinadas luchas” y continuó: “El Body Positive está buenísimo, pero salgo a la calle y no entro en el tren, no me contratan para el laburo o no puedo vivir mis vínculos sexo afectivos con libertad”.
“Ahí viene la parte más política del activismo: dar una respuesta sustancial”, concluyó.