Declarado por la Organización de las Naciones Unidas, cada 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra. Esta es una fecha para tomar conciencia sobre el daño que se está haciendo al planeta y que atenta contra la biodiversidad. En este marco, las huertas y plantaciones de frutales en espacios públicos y hogares, dan paso a la soberanía alimentaria y sustentable en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Nota al Pie se puso en contacto con el Colectivo El Reciclador Urbano de CABA para conocer cómo practicar la ecología en la capital del país. Agustín Reus, Licenciado en Economía Agraria, se unió a la agrupación por la emergencia alimentaria, la crisis climática, social y ambiental. Según comentó, ésta piensa otra forma de organizar el espacio urbano.
La misión del Colectivo
Desde El Reciclador desean que la ciudad sea productiva y genere trabajo genuino mediante huertas y compostaje. Es decir, que incluya a través de una organización socio-productivo-ambiental. El Colectivo está integrado por más de 100 huerteres urbanes y personas que desean aprender sobre la producción de alimentos, el reciclaje, la reutilización de materiales inorgánicos y de los orgánicos a través del compost. El trabajo en está dividido en 3 áreas:
- Acción huerta urbana: transforman las veredas y el espacio público en lugares que producen alimentos. Utilizan cubiertas en desuso, compost y semillas que obtienen a través del programa nacional ProHuerta.
- Club del compostaje: enseñan a compostar en hogares, reutilizando baldes y bidones.
- Frutas en la ciudad: plantan frutales como palta, níspero y moras en veredas. Además de producir alimentos sanos, dan sombra y oxígeno, mejoran la temperatura de la ciudad y benefician la biodiversidad.
Según contó Reus, estas iniciativas surgieron de la demanda de alimentos sanos, obtenidos de manera segura y soberana y que estén disponibles para les vecines. Como respuesta, aprovechando los espacios públicos como veredas, plazas, costados de la autopista o de los trenes, comenzaron a plantar frutales y a armar huertas públicas. Para protegerles, tanto les frentistas como les responsables definidos en los espacios abiertos, deben comprometerse a cuidar las plantaciones.
Proyecto de Ley de Huertas públicas agroecológicas
Además, Reus comentó que el año pasado presentaron en la Legislatura porteña el proyecto de Ley de huertas públicas agroecológicas, para reglamentar el uso del espacio público con ese fin. Sin embargo, no sólo no fue discutido sino que otro proyecto presentado por el diputado Roy Cortina (avalado por el oficialismo de la Ciudad) fue aprobado, sin debate en conjunto, el pasado 3 de diciembre. Esta ley no fue apoyada por InterHuertas dado que deja implícito el uso del espacio público con fines de lucro privados.
Aprendiendo a ser sustentable
En Solís 1286, pegado a la autopista 25 de Mayo, funciona la Escuela de agroecología urbana La Margarita, inaugurada recientemente. Allí enseñan a producir alimentos de manera segura en balcones y terrazas, además de en las veredas. El curso dura un cuatrimestre y se entrega certificación de El Reciclador.
“Con la pandemia hubo mucha demanda de que los espacios públicos se transformen en huertas, en lugares donde antes no había, con materiales reciclados, embelleciendo la ciudad y produciendo alimentos que beneficien a la población de esas zonas”, reflexionó Reus. Así, dejó en claro que se viven tiempos de cambio y que, al parecer, la agenda de lo sustentable llegó para quedarse.