Durante once días, les vecines del barrio porteño de Chacarita tuvieron a Diego Armando Maradona en sus calles. Con más precisión, pintado en la pared de la esquina de Santos Dumont y Guevara. Hasta la madrugada de hoy, viernes 12 de septiembre, cuando el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó tapar el mural artístico, según denunció la agrupación Nueva Comuna.
Los artistas plásticos Leonardo Olivera, Matías de Brasi y Sergio Condorí, más conocido como “Kondor Vuela”, pintaron la obra. La realizaron el 31 de octubre, un día después de que Maradona hubiera cumplido 61 años.
Plasmado en la pared, se veía al futbolista con la camiseta de la Selección Argentina, donde sobresalía el número 10. A su alrededor, trabajadores se movilizaban el 17 de octubre de 1945 a la Plaza de Mayo, para exigir la liberación de Juan Domingo Perón.
Vecines de la zona denunciaron que en la última noche, personal de la administración porteña con la compañía de la Policía de la Ciudad, cubrieron el mural con pintura gris.
Antes de la imagen de Diego, en el mismo lugar había otro mural deteriorado por el tiempo. Estaba dedicado a la película argentina «La Sonrisa de Mamá«, protagonizada por Palito Ortega y Libertad Lamarque.
La palabra de les creadores
Quien denunció el acto fue la agrupación Nueva Comuna, participante en la confección de la pintura. Dafne Strobio, integrante de la organización, declaró en un comunicado que en «los escasos 11 días que duró el mural fueron muchos los vecinos y vecinas que nos agradecían por la iniciativa”. Luis Cúneo, referente del mismo movimiento, acusó: “qué declaración de principios hay en destruir arte como un mural y tapar a un ídolo popular como Diego Maradona”.
Por su parte, los autores de la obra también expresaron su disgusto. “Anoche nos encontramos con la verdadera cara del gobierno de Larreta«, expresó Leonardo Olivera al medio Comunas Web. “Vende una ciudad moderna, que usa las intervenciones urbanas para hacer marketing, pero tapa las expresiones populares”.
Olivera explicó que junto a sus compañeros pensaron al mural como un regalo para el barrio. “Pudimos pintar durante una jornada hermosa en Chacarita, acompañados por los vecinos que pasaron a compartir ese momento”, completó el artista.
Dafne Strobino, de la agrupación Nueva Comuna, concluyó: “da mucha bronca que este tipo de cosas sucedan, que se tape al arte independiente”. Y finalizó “pareciera ser que para el gobierno porteño los únicos murales válidos son los que pagan a artistas famosos”.