En las últimas horas, el empresario tecnológico Mark Zuckerberg se vio envuelto en una nueva polémica al anunciar que eliminará los verificadores de contenido de Meta. En su lugar, detalló, habrá notas comunitarias similares a las de X (ex Twitter) para disminuir los errores.
Zuckerberg explicó que este cambio es parte de un esfuerzo por “recuperar la libertad de expresión” y minimizar los errores en el proceso de moderación de contenidos.
Sin embargo, esta decisión implica un cambio en la dirección de Meta, que había fortalecido sus medidas de control tras las controversias públicas sobre la desinformación y los riesgos que los contenidos en línea pueden representar.
A pesar de ello, Zuckerberg argumentó que los sistemas demasiado complejos provocaron una censura desmedida y la eliminación de material que no viola las políticas y, en consecuencia, millones de usuarios se vieron afectados.
Cabe recordar que Meta fue criticado por permitir la propagación de información falsa y desinformación en la red social. Esto ocasionó el endurecimiento de la polarización política, como así también la propagación de teorías de conspiración y la incitación al odio.
Luego de esto, Meta intentó solucionar el problema con la implementación de diversas medidas. Entre ellas, la verificación de datos y la colaboración con organizaciones independientes.
Al respecto, Joel Kaplan, quien reemplaza a Nick Clegg en los asuntos globales de Meta, declaró que la confianza de la compañía en moderadores externos era “de buena fe”, pero que en muchos casos resultó en la censura de los usuarios.
En referencia a la nueva modificación, sostuvo que la iniciativa simplificará sus normativas sobre contenido y que se eliminarán las limitaciones en temas como la inmigración y el género.
Según Mark Zuckerberg, la reubicación de los equipos de moderación de contenido de Meta a Texas ayudará a disipar las preocupaciones sobre la censura excesiva. El CEO argumentó que este cambio reducirá el impacto de posibles sesgos en la revisión de publicaciones y noticias falsas.
En esa línea, afirmó: “Hemos llegado a un punto en el que hay demasiados errores y demasiada censura. Las recientes elecciones también parecen un punto de inflexión cultural que nos lleva a volver a priorizar la libertad de expresión”.
“Después de que Trump ganara las elecciones en 2016, los medios tradicionales escribieron sin parar cómo la desinformación era una amenaza contra la democracia. Tratamos en buena fe de acompañar esas preocupaciones sin convertirnos en los árbitros de la verdad, pero los fact-checkers han tenido demasiados sesgos y han destruido más confianza de la que crearon, sobre todo en Estados Unidos”, culminó en su discurso.