En la madrugada del 6 de mayo de este año, Justo Fernando Barrientos originó el incendio que acabó con la vida de Andrea Amarante, Roxana Figueroa y Pamela Cobbas. Fue en un hotel del barrio porteño de Barracas, donde también se encontraba Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente del ataque.
A medio año del triple lesbicidio, activistas del colectivo LGBTIQ+ realizaron un homenaje en el Hotel Canarias, lugar donde las tres mujeres encontraron la muerte. El pasado miércoles colocaron una placa conmemorativa junto a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y luego se dirigieron a Plaza Colombia.
Pero sobre todo, reclamaron que se haga justicia. Si bien Barrientos está preso e imputado por homicidio agravado con ensañamiento y alevosía, en la acusación quedaron afuera agravantes como femicidio y odio de género.
En tiempos de recrudecimiento de la violencia contra mujeres y diversidades, la unión es fundamental. Por eso, las organizaciones a las que pertenecían algunas de las víctimas fundaron Casa Andrea, una experiencia de vivienda colectiva para mujeres, niñeces y personas LGTBIQ+.
Justicia por el triple lesbicidio en Barracas
“En este edificio el 6 de mayo de 2024 Pamela Fabiana Cobas, Mercedes Roxana Figueroa y Andrea Amarante fueron masacradas por ser lesbianas, en un ataque infundido por el odio y la discriminación, hecho que nos aleja de una sociedad inclusiva, equitativa e igualitaria”, afirma la placa que se colocó en la entrada del Hotel Canarias, en Olavarría 1621.
“Fue lesbicidio. Justicia es que no suceda nunca más”, concluye la leyenda. El triple femicidio sucedió en un contexto de creciente desprecio contra mujeres y diversidades. De hecho, el perpetrador convivía con las víctimas, a las que insultaba y hostigaba por el simple hecho de ser pareja.
Por lanzar un explosivo al cuarto de las huéspedes del Hotel Canarias y generar el incendio que acabó con la vida de tres de ellas, Barrientos está detenido. Su imputación es por “homicidio agravado con ensañamiento y alevosía, agravado también por medio idóneo y peligro común” en el caso de Andrea, Pamela y Roxana. Su causa también incluye la carátula de “lesiones graves”, por el daño que infringió a Sofía.
Sin embargo, en el proceso judicial se ve la falta de perspectiva de género que muchas veces atañe a casos similares. La acusación no incluye agravantes fundamentales, como el de femicidio y lesbicidio.
El artículo 80 del Código Penal argentino expresa en su inciso 11 que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, al que matare (…) a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”. También incluye en el inciso 4 al odio “de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”.
La causa se encuentra en el juzgado Correccional 14, a cargo de Edmundo Rabbione, quien no tuvo en cuenta esos agravantes. Por eso, las organizaciones que piden justicia por el hecho reclaman el cambio de carátula. A su vez, solicita que se tome testimonio a les vecines de las mujeres, que en diálogo con diferentes medios de comunicación manifestaron tomar conocimiento del maltrato previo por parte de Barrientos.
Casa Andrea
A fines del mes de octubre, las organizaciones No tan Distintes y Yo No Fui inauguraron Casa Andrea. Se trata de una vivienda colectiva transfeminista, donde habitarán 8 integrantes de ambas agrupaciones. También tendrán espacio disponible para contener situaciones de emergencia.
Lo consideran clave en este contexto, “mientras todo explota, se cierra o se privatiza, y más de 8 mil personas viven en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires”. Cabe recordar que dos de las atacadas en Barracas, Sofía Castro Riglos y Andrea Amarante, se encontraban en situación de vulnerabilidad al momento del hecho.
A su vez, Sofía también forma parte de la organización Yo No Fui. “Decidimos llamarla Casa Andrea, porque hace al tejido de nuestra memoria transfeminista, que reclama recordar a nuestres compañeres”, expresaron en sus redes sociales.
El nombre es por Andrea la Chuky Zapata, “compañera de NTD que vivió en Casa Leonor hasta el fin de sus días”. También por Andrea Amarante, “víctima del lesbicidio de Barracas, cuya compañera Sofi, sobreviviente de la masacre y compañera de YoNoFui, vivirá en esta casa”.
Mientras Sofía espera que se haga justicia por sus compañeras, y se desfinancian las políticas de género, la lucha colectiva es la respuesta.