Este lunes, una zona del norte de Líbano sufrió un nuevo bombardeo israelí que causó 18 muertos en un edificio residencial. Cabe mencionar que en medio del ataque, responsables de las Naciones Unidas mantenían llamados a la contención y a negociar un cese del fuego.
La acción forma parte de la ofensiva militar que Israel intensificó en las últimas tres semanas contra la milicia chií libanesa Hezbolá, y que dejó unos 1500 fallecidos, centenares de heridos y 1,2 millones de personas desplazadas de sus hogares en Líbano, su país vecino de 5,5 millones de habitantes.
Hezbolá contra Israel
Durante un año, Hezbolá disparó cohetes sobre el norte de Israel de modo intermitente en solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza. Este territorio también es escenario de otra ofensiva militar israelí, en respuesta a los ataques que recibió de la milicia islamista palestina Hamás el 7 de octubre de 2023.
En ese ataque murieron cerca de 1200 personas, en la respuesta israelí sobre Gaza perecieron 42.000 y casi 100.000 resultaron heridas. A ello se le suma la destrucción material y los padecimientos de la población gazatí que adquirieron características de catástrofe.
En Líbano, el Ministerio de Salud informó que el año de bombardeos y hostilidades ya cobró más de 2300 vidas. La incursión israelí sobre este país originó, además, una situación de emergencia para la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (Fpnul), unos 10.000 “cascos azules” de medio centenar de países que desde 2006 actúan como fuerza de interposición y de apoyo a las tareas humanitarias de agencias de la ONU.
Cinco soldados de la Fpnul resultaron heridos en los últimos días por ataques de unidades israelíes, algunas de sus posiciones fueron violadas y dañadas, y sus desplazamientos fueron obstaculizados por el ejército de Israel.
En tanto, este lunes la milicia Hezbolá lanzó una nueva andanada de cohetes sobre la norteña ciudad israelí de Haifa, y sus portavoces reiteraron que mantienen la resistencia a las fuerzas de Israel.
La voz de los representantes de la ONU
Sobre esta última cuestión se manifestó el secretario general de la ONU, António Guterres, quien reiteró que “debe garantizarse la seguridad del personal y de los bienes de las Naciones Unidas, y debe respetarse en todo momento y sin reservas la inviolabilidad de sus instalaciones”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, propuso que la Fpnul sea retirada del sur del Líbano para evitar que sea blanco de la acción militar, y algunos de sus ministros sostienen que Hezbolá emplea a la Fpnul como escudo. Guterres dijo que “las fuerzas de paz permanecen en todas las posiciones y la bandera de la ONU sigue ondeando” donde permanecen los cascos azules.
En esa línea, el portavoz de la Fpnul, Andrea Tenenti, señaló: “Necesitamos estar allí, tener una fuerza imparcial en el sur del Líbano, que aún pueda informar al Consejo de Seguridad (de la ONU)”.
En cuanto al nuevo bombardeo, Filippo Grandi, encargado de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), aseguró que “un alto el fuego que esté respaldado por un proceso de paz significativo, por difícil que sea, es la única manera de romper el ciclo de violencia, de odio y de miseria”, en Líbano y en la palestina Franja de Gaza. “La incertidumbre y la ansiedad ensombrecen hoy la vida de los civiles del Líbano. Seguramente, si continúan los ataques aéreos, muchos más se verán desplazados y algunos también decidirán irse a otros países”, sostuvo.
En este marco crecen las dificultades para la población civil libanesa. “Las calles de Beirut -la capital- están llenas de personas que luchan por encontrar refugio. Las necesidades humanitarias están aumentando significativamente”, resumió Acnur en un mensaje en su cuenta de la red social X.