Este viernes, el Gobierno anunció el cierre del Hospital Nacional “Licenciada Laura Bonaparte”, un espacio de referencia en salud mental y consumos problemáticos. Si bien este martes dio marcha atrás la medida, el conflicto continúa y se da en un contexto donde los recortes en el área son cada vez más frecuentes.
El nosocomio especializado en salud mental no es el único que se encuentra en tensión con el gobierno nacional. Los trabajadores del Hospital Garrahan transitan un paro de 48 horas, luego de no obtener un aumento salarial y de que el titular de Salud, Mario Lugones, solicitara la renuncia de todos los integrantes del Consejo de Administración de la institución.
Las medidas se dan en un contexto en el que los aumentos en las prepagas incrementaron el pasaje de afiliados hacia el sistema de obras sociales y al sistema público de salud.
La salud pública no es la única que debe enfrentarse a la motosierra. Al reclamo de las universidades y el conflicto con aerolíneas, se le sumaron otras medidas del gobierno repudiadas por diferentes sectores. Además de los reclamos del personal de los hospitales (Garrahan y Bonaparte), se conoció que el gobierno cerrará la Casa de la Moneda y el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), encargado de generar cloacas y agua potable.
El conflicto con el Garrahan
La crisis que atraviesa el Hospital Garrahan a causa del desfinanciamiento provocó que se redujeran a la mitad los días en que se practican cirugías de alta complejidad. La situación se debe principalmente a la falta de insumos, lo cual además aumentó el tiempo de espera que tienen que atravesar los pacientes para acceder a las intervenciones que necesitan.
A la falta de insumos se le suman las malas condiciones salariales de los médicos. Desde este martes se encuentran en paro por 48 horas; además, realizaron una movilización desde el hospital hacia el Ministerio de Economía. La Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT) reclama un aumento y salarios iniciales que equivalgan al valor de la canasta familiar.
El paro y la crecida del conflicto ocurre una semana después de que el nuevo ministro de Salud, Mario Lugones, solicitara la renuncia de todo el Consejo de Administración del Hospital. La medida fue tomada, luego de que se le otorgara un bono al personal del nosocomio.
En este contexto, la secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), Norma Lezana, explicó que “el cobró es una conquista. Es por única vez y de manera extraordinaria, pero es un alivio por este mes al equipo de salud”.
La situación del Hospital Bonaparte
El Ministerio de Salud anunció el viernes 4 que el hospital podría cerrarse, sin brindar más información sobre los pasos a seguir. La decisión sería para “priorizar la asignación de los recursos en los pacientes que lo necesitan”. Según la Asociación de Trabajadores del Estado Nacional (ATE), en lo que va del año el hospital brindó atención a más de 25 mil personas.
Sin embargo, desde el gobierno justificaron la decisión en la “reducida cantidad de pacientes que se atienden en la institución”. Tras manifestaciones de les trabajadores y pacientes, este martes el gobierno dio marcha atrás a la medida y aseguró que no cerrará el centro de salud.
Tras conocerse la noticia, desde ATE expresaron: “Con un gobierno que prioriza el déficit cero por sobre el hambre de los niños y los jubilados y que quiere destruir el Estado, no tenemos que dialogar, tenemos que confrontarlo”. Además, convocaron a manifestarse el próximo jueves, día de la salud mental.
Esto no marcaría el final del conflicto. La viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, aseguró que el Hospital Laura Bonaparte ingresó a un “proceso de reestructuración” que estará en manos de “un equipo interdisciplinario” formado por trabajadores del hospital y de funcionarios del ministerio. “Así como está el hospital es inviable”, agregó.
Por su parte, la Asociación Argentina de Salud Pública (AASAP) se pronunció en contra. “Esta decisión afecta gravemente a uno de los pocos centros especializados que, a lo largo de su historia, ha ofrecido atención interdisciplinaria y comunitaria”, expresaron.
Menos salud y más casta
Las intenciones del gobierno de recortar en salud pública no son nuevas. Durante el tercer debate presidencial, en noviembre de 2023, el entonces candidato libertario Javier Milei, acusó de “campaña del miedo” a aquellos que aseguraban que su gestión atentaría contra lo público. “Una de las cosas que quiero aclarar es que la salud y la educación van a seguir siendo públicas”, aseguraba en dicho encuentro.
“Argentina es un país federal, por tanto no es una decisión del Poder Ejecutivo determinar si es pública”, argumentó en ese entonces. También en campaña hablaba de “descentralizar las derivaciones hospitalarias, arancelar todas las prestaciones” y crear un “seguro universal”, en el que usuarios y médicos pactan los honorarios a pagar.
Cabe mencionar que las medidas en relación con la salud pública se dan luego del cambio de ministro. Hace una semana, Mario Lugones asumió como ministro de Salud de la Nación tras la salida de Mario Russo, quien había asumido en diciembre de 2023. Lugones tiene una extensa trayectoria en el ámbito de la salud privada y la docencia: fue fundador y presidente de la Fundación Sanatorio Gûemes, entre otros. Sin embargo, no tiene experiencia en cargos públicos.