A poco más de dos meses de la aprobación de la Ley Bases en la Cámara de Senadores de la Nación, Santa Cruz debate la adhesión a uno de los puntos más controversiales del enorme paquete legal impulsado por Javier Milei.
De la mano del diputado radical Piero Boffi, con la negativa del bloque opositor Unión por la Patria, y algunos legisladores oficialistas que dejaron entrever su desacuerdo con la medida, hoy la provincia cuna del kirchnerismo se encuentra debatiendo su futuro a 30 años con dos posibles escenarios: consolidar el modelo extractivista imperante hace décadas o buscar nuevas alternativas sustentables para su desarrollo.
Santa Cruz, la provincia petrolera que eligió un sindicalista petrolero para terminar con los 30 años ininterrumpidos de gestión K, cuenta con su propia pluralidad de voces a la hora de debatir el modelo productivo que tomará la provincia.
Minería, petróleo y pesca, son algunos de los recursos que, históricamente, explotaron a lo largo y ancho del territorio santacruceño -hoy en crisis con la retirada de YPF y la pretendida privatización de los Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT)-, y que podrían resultar un enorme atractivo para estos grandes inversores que promete el RIGI.
A su vez, el Dr. Alejandro Schweitzer, investigador y administrador del CONICET en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) y militante de la Red Ecosocialista se manifestó en múltiples oportunidades sobre el tema, siendo uno de los oradores en la sesión donde Boffi presentó su propuesta de adhesión.
En diálogo con Nota al Pie, Schweitzer relató la historia reciente del movimiento ambientalista en la provincia, su perspectiva de lo que representaría el régimen para estos territorios y el contexto internacional que lo impulsa.
Un extenso debate
En lo que va de la semana, el breve proyecto de adhesión presentado por el diputado Boffi pasó por las comisiones de asuntos constitucionales, trabajo y legislación general. “Si vos querés poner un kiosco o un súper vas a cuatro comisiones. El RIGI, a tres. No pasó por economía, no pasó por hacienda, no pasó por ambiente” destacó Schweitzer al respecto.
Por su parte, el diputado oficialista menciona la generación de empleo como el principal beneficio del proyecto: “hay una cuestión económica, de dónde van a sacar los trabajadores los inversores?”, pregunta Boffi en diálogo con El Mediador.
A lo que Schweitzer explica: “acá tenés una ley que es el 70/30, que obliga a cualquier empresa grande a tener por lo menos un 70% de trabajadores locales y 30% que pueden venir de otra provincia”, y continúa “el RIGI es 20/80, 20 locales, 80 de afuera. Con un problema: si la empresa decide que ninguno de esos veinte tiene la formación necesaria dice ‘no me sirve ninguno de Santa Cruz, traigan cien de Alemania, de China o de donde fuera’.
En este contexto, Juan Martin Saavedra, presidente del Centro de Estudiantes de la UNPA y militante de la Juventud Socialista del MST, manifestó que «hay mucha libertad en un contexto donde no garantiza realmente los puestos de trabajo para los santacruceños”.
Además sostuvo que “lo que podría llegar a dejar a la población es, en términos de recursos, destrucción ambiental, y en términos de ingresos muy poco, con trabajadores que no está garantizado que sean de la provincia”.
“Hay tres cosas más” menciona el investigador de megaproyectos y acaparamiento de tierras, “una, que pagan menos ganancias que nosotros: ellos 25%, nosotros 35%. Después, que tienen posibilidad de importar hasta maquinaria vieja y usada -porque a veces lo hacen para amortizar-, y hay un problema más: si vos tenés una pyme y producís algo, y tenés que importar materia prima, vos tenés que pagar un impuesto a la importación, y ellos no pagan retenciones a la exportación” ejemplifica. “O sea, no hay control y no pagan” sentencia Schweitzer.
¿Por qué no pasa nada en Santa Cruz?
Trabajo y militancia son dos cuestiones que van de la mano para Alejandro Schweitzer, quien investiga megaproyectos y el acaparamiento de tierras en la provincia desde 2002.
Lleva más de dos décadas siguiendo y siendo parte de los conflictos ambientales que atraviesan a Santa Cruz, por lo que puede responder cómodamente la pregunta que él mismo se hizo: ¿Por qué no pasa nada en Santa Cruz?
“Hay una cuestión que no sale en los censos: el nivel de miseria que están dejando en la provincia hace que la gente priorice primero comida, segundo trabajo. Olvidate el tema del agua, el tema de la vivienda, del ambiente, eso va para después.” explica el ambientalista y contextualiza: “en otros lados siguen luchando, ganen o pierdan -en general pierden- pero siguen luchando”.
Schweitzer relata que en 2007 hubo un conflicto muy importante en la provincia, encabezado por los docentes pero transversal a toda la sociedad, y que fue el quiebre para la organización de los movimientos ambientalistas santacruceños.
“Desarmaron los espacios más combativos, que son del oeste, con esta ley pro minera”, comenta, en referencia a la ley provincial 3.105, que establece la creación de Zonas de Interés Minero.
“De hecho la provincia tiene varios juicios porque hay muchas mineras que tenían lotes en zonas donde está prohibido”, menciona el investigador y agrega que “si la provincia adhiere al RIGI todas las leyes locales, si la empresa reclama, hay que bajarlas. Y van a avanzar hasta acá en Gallegos si quieren.”
Lo de dentro
Por los pasillos de la legislatura santacruceña se escucha decir que esta adhesión al RIGI estaría siendo impulsada por el gobernador Claudio Vidal, un peronista disidente del kirchnerismo cuyo pasado como sindicalista petrolero lo impulsó a llevar su principal eje de campaña -y hoy de gobierno- puesto en la productividad.
La generación de puestos de trabajo en la provincia es una prioridad, y la recién nacida oposición K le recuerda constantemente este compromiso asumido en diciembre.
Sin embargo, Por Santa Cruz, el frente que lo llevó a la gobernación, está compuesto por una pluralidad de voces pocas veces antes vista en la provincia: sectores del progresismo y las organizaciones sociales como Libres del Sur y el Movimiento Evita lograron conformar un frente en conjunto al radicalismo, de la mano de SER -Somos Energía para Renovar-, el espacio creado y liderado por Claudio Vidal desde su ruptura con el kirchnerismo.
Esta heterogeneidad nata del frente queda expuesta en temas de semejante complejidad como lo es el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones. En este sentido, la provincia de Santa Cruz se hizo eco ante las declaraciones de la diputada oficialista de Libres del Sur, Claudia Barrientos: “Este proyecto de adhesión al RIGI nacional no lo acompaño”, tituló El Caletense, en una nota donde argumentó que “no se puede hacer de cualquier modo y a cualquier costo”.
¿Y los santacruceños? En lo que respecta a la opinión pública y el consenso social, el panorama es desalentador. “No hay registro de que se esté dando la discusión,se está dando en términos muy institucionales de la provincia” comenta Juan Martín.
Y analiza que “si bien se le da una cierta difusión al tema, no hay realmente una discusión en donde la comunidad sea partícipe de qué es lo que se va a discutir y qué consecuencias tiene para la provincia”. En el mismo sentido, Schweitzer cree que no se sabe mucho y se lamenta: “que un diputado te diga que no la leyó, eso es lo peor”, en referencia a la ley nacional que establece el RIGI.
Lo de fuera
La Agenda 2030 de las Naciones Unidas marca muchas de las políticas ambientales que lleva adelante argentina. “Se habla mucho de transición o de los Objetivos de Desarrollo Sustentable. Nuestro país adhirió, la provincia adhirió, Alberto iba todos los años, Macri también” comenta el catedrático.
Y continúa “ahora se está cuestionando la transición. La transición global energética no existe. No hay fases, no es que ahora dejamos todos de consumir combustibles fósiles y pasamos todos a las renovables”.
Además explica que “lo que hay es una que se suma a la otra: para extraer hidrógeno verde se necesita electricidad ¿de dónde sale? de poner más térmicas, de poner hidroeléctricas, de poner otros molinos eólicos. Cada energía se suma a la anterior”.
En este sentido, Schweitzer disputa el término: “la transición es ecológica, no es energética” y explica que “ecológica es también con agroecología, es otra forma de consumir, planificando democráticamente qué es lo que se va a producir y a consumir, de la forma más amigable con el ambiente”.
“En diez años no se podrán usar más autos que usen combustibles fósiles. No vamos a exportar combustible, nos vamos a quedar sin mercado” pronostica el ambientalista. Además, sostiene que por otro lado “se viene una ola de extractivismo de litio, manganeso, núcleos poliuretánicos, hay un montón de metales raros que son para la electromovilidad, para todo lo que es paneles solares, eólicos. Y esos minerales están acá”, en Argentina.
El RIGI se convierte, así, en la herramienta perfecta para la extracción de estos recursos por parte de los capitales extranjero, y, en palabras del representante estudiantil, “se da en un contexto en el que el proyecto del presidente de la nación es justamente garantizar las condiciones necesarias para que lleguen distintos grupos financieros para saquear el país”.
¿Y en el mundo? “Angola en el 81/82 aplicó un RIGI y sigue siendo un país pobre y especializado únicamente en petróleo. Debe tener algún monocultivo pero sobre todo petróleo” comenta Schweitzer y realiza un llamativo contraste: “tenés la muestra opuesta: Chile privatizó el cobre, cobra 40% de impuestos y no se va ninguna empresa”.
Sin embargo, Alejandro no deja pasar la oportunidad de mencionar un particular antecedente: “la Unión Europea tiene un programa para zonas de baja densidad poblacional, dicen que en los lugares con menos de seis habitantes por kilómetro cuadrado no hay mercado posible, que las empresas tendrían que ser estatales” y explica la situación local: “acá tenemos una persona por kilómetro cuadrado y siguen queriendo desarrollar mercado donde necesitan un Estado presente”.
La cruda realidad
A lo largo de los últimos meses, la Cámara de Diputados de Santa Cruz ha declarado por pedido del ejecutivo provincial la emergencia económica, administrativa, alimentaria, climática, educativa, sanitaria, hídrica y en seguridad vial. La desidia es transversal a todas las aristas de la vida de los santacruceños.
En este sentido, Saavedra lamenta que “teniendo tantos recursos es una conclusión lógica que abunden las arcas de la provincia” y que “más allá de que las arcas abunden o no, la realidad es que estamos en una situación crítica en el estado de los establecimientos educativos”.
Por su parte, Schweitzer menciona que “cada 10 años la provincia aumenta entre un 30% y un 40% la población” y en este sentido, declaró que “estamos en emergencia habitacional. En la provincia faltan viviendas, espacios públicos, educación, salud; tenés que aumentar un 40% la superficie y 40% más de trabajadores cada 10 años”, en referencia a la reciente emergencia habitacional declarada para la localidad de El Chaltén. “Es más trabajo y es permanente, más trabajo que cualquier megaproyecto” sentenció.
¿Qué alternativas existen? El investigador plantea que “en términos productivos, hay que hacer un diagnóstico y que se defina democráticamente qué conviene en cada lugar. A corto plazo se puede pensar en el cultivo de alimentos agroecológicos».
Y toma el modelo en la provincia: “Vidal armó una empresa de alimentos estatal, por ejemplo, habrá que ver de qué depende, de dónde entra la plata para financiarla”. Por su parte, el presidente del Centro de Estudiantes apuesta al desarrollo de viviendas populares, construcción de rutas, “y esto necesita una calificación de mano de obra que tranquilamente las instituciones educativas que hay en la provincia la pueden garantizar” afirma.
Mientras tanto, desde Libres del Sur, el espacio conducido por la diputada Barrientos, sostienen que “la creación de empleo en Santa Cruz debe centrarse en el fomento y apoyo a las PyMEs y el impulso de la economía popular, social y solidaria”.
La provincia patagónica de larga tradición extractivista definirá pronto su futuro a 30 años a través del voto de 24 diputados y diputadas. Tras un breve debate, con las organizaciones y sindicatos en contra, con el desconocimiento de la opinión pública, y con la única promesa de generar fuentes de trabajo -tan necesarias en esta época- para los santacruceños y santacruceñas. Una película que ya vimos antes.