Expertas del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet) realizan una investigación sobre la relación entre factores socioambientales y la presencia de parásitos en el organismo humano. El estudio se desarrolla en diversas provincias como Buenos Aires, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Mendoza, Misiones y Salta.
En las provincias estudiadas se encontraron algunos parásitos patógenos o potencialmente patógenos, como Giardia lamblia y Blastocystis sp. Asimismo, hallaron especies que no requieren un tratamiento pero sí diagnóstico ya que pueden indicar que hay una contaminación fecal en el ambiente, como la Entamoeba coli y Endolimax nana.
Según informó Agencia de Noticias Científicas, las localidades que se analizaron para elaborar un primer informe para identificar las infecciones por parásitos intestinales y los factores socioambientales que favorecen su presencia y modos de transmisión fueron de Zona Sur; entre ellas, Villa Itatí y Santa Lucía (Quilmes).
Algunos de los factores analizados son la falta de agua de red, acceso limitado a cloacas, el hacinamiento en las viviendas, entre otros. En esa línea, la investigadora Lorena Zonta comentó que las condiciones biogeográficas de las áreas de estudio “juegan un rol importante en la distribución de las parasitosis intestinales”. “En Argentina esta distribución es heterogénea: hay mayor prevalencia de parásitos en el norte que en el sur, y lo mismo se observa de este a oeste”, afirmó.
Esta situación resulta crítica para la población ya que puede generar enfermedades infecciosas parasitarias gastrointestinales, como consecuencia de ambientes precarios y con altos niveles de contaminación.
La Doctora en Ciencias Naturales e investigadora del Cepave, Lorena Zonta, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM subrayó: “Desde hace más de dos décadas estamos estudiando la complejidad de esta problemática, porque, aunque los entornos geográficos pueden ser similares, la dinámica poblacional es distinta”.
“La mayoría de estas poblaciones no tiene conexión al servicio de agua y se ven obligadas a almacenar agua traída de otros lugares o se conectan informalmente a la red, lo cual resulta ser un factor de riesgo importante porque el agua es la principal vía de transmisión de las especies parásitas diagnosticadas”, agregó.
Con motivo de prevenir infecciones, los profesionales de la salud aconsejan mantener una higiene adecuada personal y del hogar. Además, es importante llevar una alimentación saludable y equilibrada ya que se debe consumir productos frescos y bien cocidos. Otras de las sugerencias es tener en cuenta la humedad y combatir moscas, cucarachas, entre otros insectos. Es fundamental lavarse reiteradas veces y correctamente las manos. En caso de tener animales domésticos, es fundamental desparasitarlos.
“Muchas veces no se tienen en cuenta las parasitosis en la sintomatología digestiva (dolor de panza, flatulencia, diarrea, materia fecal pastosa y maloliente), ni en la pérdida de peso y/o alteraciones en el crecimiento. Por eso, la OMS considera a las enteroparasitosis (parasitosis intestinal) como una de las enfermedades infecciosas desatendidas”, informó Zonta a Agencia CTyS-UNLaM.