Alemania definió interrumpir el suministro de armas a Ucrania alegando motivos presupuestarios. El anuncio del gobierno coincide con la misma semana en que en un informe del Wall Street Journal (WSJ) haya ratificado la autoría intelectual de Kiev en la explosión del gasoducto Nord Stream con el cual el gigante europeo importaba gas desde Rusia. Nota al Pie analiza la definición político-militar de acuerdo a la relación geopolítica entre ambos países.
Cae el tercer exportador de armas a Ucrania
El Gobierno de Alemania está planeando reducir su ayuda directa a Ucrania en los próximos meses para empezar a recurrir a los activos rusos congelados producto de las sanciones internacionales. El Bundestag argumenta que es una medida de carácter estrictamente económica para preservar el equilibrio presupuestario. Según supo el diario alemán ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ (FAZ), entraría en vigor una moratoria para reducir a la mitad la asistencia futura a Kiev, alrededor de 4.000 millones de euros.
La iniciativa procede del Ministerio de Finanzas que conduce el liberal Christian Linder, quien sugirió que las nuevas partidas de financiación con destino a Ucrania no partan del presupuesto federal sino de los intereses de los activos rusos. El acuerdo entre la coalición que conforman socialdemócratas, “verdes” y liberales, contempla no comprometer la asistencia militar, aunque la responsabilidad formal le cabe al Ministerio de Defensa dirigido por uno de los referentes del SPD, Boris Pistorius.
En tanto, el embajador de Ucrania en Alemania, Oleksii Makeiev, pidió al gobierno teutón que no vacile en su respaldo a Kiev, en especial en el momento en que se profundiza la incursión en la región de Kursk. El funcionario ucraniano emparentó el liderazgo alemán para apoyar a Kiev con la seguridad de Europa, y expresó su esperanza de que el Bundestag logre conciliar sus necesidades financieras con el respaldo militar. Desde su cuenta de X, el Primer Ministro Olaf Scholz anunció el lanzamiento de un préstamos del G7 por 50 mil millones de euros.
Nord Stream: la piedra en el zapato
No obstante la misiva de Lindner enviada a sus homólogos de Defensa y de Asuntos Exteriores data del 6 de agosto, la información se conoció este fin de semana. El pasado miércoles, en un polémico informe del Wall Street Journal producido por su corresponsal de política europea, Bojan Pancevski expuso el grado de involucramiento ucraniano en el sabotaje a los gasoductos Nord Stream I y II en septiembre de 2022. Empresarios privados habrían financiado la operación, que fue supervisada por un general de alto rango; el Presidente Volodimir Zelensky aprobó el plan aunque posteriormente haya, sin éxito, desistido.
Luego de haber obtenido información detallada sobre un complot ucraniano para destruir una de las principales conexiones energéticas entre Rusia y Europa, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) advirtió a Kiev que renuncie al plan. Según Pancevski, el atentado costó alrededor de 300.000 dólares y fue supervisado por un general en funciones allegado al general Valerii Zaluzhniy, el por entonces jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
De acuerdo a la investigación de WSJ, uno de los reclutados para la operación fue Roman Chervinsky, un coronel condecorado que sirvió en el principal servicio de seguridad e inteligencia ucraniano. Además del informe del periódico estadounidense, el pasado miércoles se conocieron los resultados de una investigación paralela conducida por diversos medios de comunicación alemanes, a partir de la cual se identificó a un instructor de buceo como “Vladímir S.”, aunque la orden de captura es objeto de debate entre Polonia y Alemania.
Derivaciones de una relación contradictoria
Las repercusiones internacionales no tardaron en acumularse. En efecto, Rusia instó a Alemania a investigar a fondo el asunto con tal de identificar a los responsables políticos. Por otro lado, el ex Presidente del Consejo Europeo y actual Premier de Polonia, Donald Tusk, convocó “a todos los iniciadores y patrocinadores” del atentado a “disculparse y guardar silencio”. En efecto, mientras Alemania recibe presiones desde distintos frentes para que avance en la investigación, tanto la CIA como funcionarios políticos europeos se desligan del diseño del plan.
A dos años y medio del inicio de la Operación Militar Especial (SMO) que elevó la conflictividad entre Moscú y Kiev, el informe de uno de los tanques periodísticos más fenomenales de occidente se compadece del planteo de Putin sobre el atentado al Nord Stream I y II. Resulta un ejercicio desafiante no vincular la prioridad financiera de Alemania con la atribución a Ucrania del sabotaje a los gasoductos que abarataban los costos industriales de su estresada economía industrial.