En un contexto donde la realidad supera la ficción, el musical “Piramidal” bajo la dirección general de Marcos Kripvocapich y Milva Leonardi, vuelve a irrumpir en la escena teatral argentina como un golpe de realidad.
La obra, que regresa el próximo 20 de agosto para su tercera temporada, no solo satiriza la estafa detrás de los negocios bajo la forma del telar de la abundancia, sino que también se convierte en un espejo de la realidad reciente. Las funciones son los martes a las 21 en El Galpón de Guevara (Guevara 326, CABA).
La trama del musical nos introduce al universo de Ludovico Sitorrazo, un coach ontológico que, bajo la apariencia de un modelo de negocios exitoso, esconde una trama de engaños y estafas. La obra, que se inspira en la saga de Generación Zoe, nos lleva de la mano por el itinerario de este personaje, desde su ascenso meteórico hasta su inevitable caída.
La producción hace un uso inteligente de la tecnología, para sumar en la original propuesta, elementos multimedia que reflejan nuestra era digital. La interacción con el público a través de sus dispositivos móviles no solo es un guiño a nuestra obsesión por las redes sociales, sino que también crea una experiencia inmersiva que difumina las líneas entre espectador y participante.
De tal manera que el resultado final trasciende el simple espectáculo para convertirse en un comentario agudo sobre nuestros tiempos, nuestras aspiraciones y nuestras vulnerabilidades.
Un paralelismo de la realidad “piramidal” y absurda
Bajo la batuta de Kripvocapich y Leonardi, diez artistas multifacéticos se sumergen en el universo de la estafa con una energía contagiosa. Un espectáculo de la compañía “Estudio Quien Paga” que fusiona elementos del documental con la comedia musical.
Donde con picardía y grandes cuotas de disparate se abordan temas complejos que de seguro resulta divertido pero con un trasfondo de verdades incómodas sobre la naturaleza de ciertos emprendimientos modernos, que más de uno sentado en la platea podría caer.
La trama, tejida por un equipo creativo que incluye a Donna Tefa y Teo López Puccio, entre otros, se construye sobre una base de investigación sólida, dotando a la sátira de un trasfondo veraz que potencia su impacto. El personaje de Beta, en su rol de narradora e inquisidora, sirve como hilo conductor, para demostrar las capas de engaño que envuelven a estos esquemas financieros.
El elenco, que mantiene su formación original, demuestra en la hora y cuarto que dura el show, una versatilidad impresionante. Javier Marra, Vero Geréz y Carolina Saade, por nombrar algunos, se deslizan entre múltiples roles con una fluidez que mantiene al espectador en constante estado de alerta y diversión.
Cada uno de ellos encarna a la perfección su personaje, aportando a la construcción de una trama que, a pesar de su tono satírico, no deja de ser cruda y real. La música, que juega un papel fundamental en la obra, es un elemento clave para la construcción de la atmósfera y la transmisión de las emociones.
En resumen
“Piramidal” es una obra que, más allá de su carácter satírico, invita al público a reflexionar sobre la fragilidad de los sistemas financieros y la facilidad con la que se pueden perpetrar estafas.
Al salir de verla, es probable que más de uno de la platea se vea tarareando las pegajosas melodías del show, pero también se cuestionara las estructuras que dan forma a nuestra vida cotidiana. Y quizás, solo quizás, mirando con un poco más de escepticismo el próximo «negocio infalible» que aparezca en su feed de redes sociales.