Un informe presentado por UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) reveló que un millón de niños en Argentina no reciben la alimentación adecuada.
Estos datos fueron dados a conocer en el marco de la campaña «El hambre no tiene final feliz», en la cual también se destaca que más de siete millones de niños viven en condiciones de pobreza monetaria.
Rafael Ramírez Mesec, nuevo representante de UNICEF en Argentina, expresó: “El objetivo de esta campaña es sensibilizar a la población sobre la realidad que viven miles de chicos y chicas en el país”. A través de esta iniciativa, que contó con la colaboración de la agencia creativa VML, UNICEF convoca a la sociedad a sumarse con una donación mensual.
Una campaña que si sale bien, cambiaría muchas vidas
La campaña, difundida bajo el hashtag #CambiaElFinal, busca apoyar nutricionalmente a personas en situación de vulnerabilidad. Esto se desprende de la octava encuesta a hogares con niños y adolescentes, publicada por UNICEF Argentina este año, la cual revela una alarmante cifra de un millón y medio de menores afectados.
En cuanto a los adultos que viven en los mismos hogares, el número asciende a 4,5 millones, muchos de los cuales priorizan la alimentación de sus hijos e hijas.
Además, el estudio señala que cerca de 10 millones de chiques en Argentina están consumiendo menos carne y lácteos en comparación con el año pasado, debido a la falta de dinero. Esto se relaciona con los ingresos familiares, que no alcanzan para cubrir gastos básicos como alimentación, salud y educación.
Un país rico con una pobreza extrema
En 2023, se estimaba que para fin de año más de 7 millones de niñes serían pobres por ingresos (57,5% del total), y que 2,4 millones (19,4%) vivirían en hogares con ingresos menores a los necesarios para cubrir una canasta básica alimentaria.
Esto significa que un niñe que vive en un hogar con un nivel educativo bajo tiene seis veces más probabilidades de experimentar pobreza que uno que vive en un hogar con un nivel educativo alto.
Por otro lado, se observa que las privaciones relacionadas con derechos afectan a más del 40% de les niñe del país. Aunque este porcentaje ha disminuido a lo largo del tiempo, dicha mejora no se ha reflejado en la medida sintética de pobreza multidimensional (que analiza privaciones monetarias y no monetarias de manera conjunta), ya que se ha registrado un aumento considerable de la pobreza por ingresos.
Hay familias que no llegan a comprar medicamentos junto con los alimentos necesarios
En diálogo con Página 12, Sebastián Waisgrais, miembro del área de Inclusión Social y Monitoreo de Unicef, explicó: “Una de cada cuatro familias dejó de comprar medicamentos para sus hijos e hijas, y les redujo los controles médicos y odontológicos”. Incluso, “el 9 por ciento de las familias decidieron dar de baja a las prepagas”.
En relación a los adultos que se saltan alguna comida durante el día, el porcentaje es de 4,5 millones, una realidad que tuvo lugar en el último informe de Unicef y que Waisgrais describió: «Lo que observamos es que las restricciones de ingresos en los hogares están vinculadas a un contexto más amplio: en lo que va de 2024, el 15 por ciento (algún sostén) de las familias perdió el empleo, y el 65 por ciento de ellas se ubica en los sectores de mayor vulnerabilidad”.