En medio de una tensa disputa entre dirigentes políticos, las empresas petroleras Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Petronas comunicaron su decisión de ubicar la planta productora de Gas Natural Licuado (GNL) en Punta Colorada, en la provincia de Río Negro.
Se trata de un ambicioso proyecto que requiere una inversión de más de 30 mil millones de dólares y que promete convertir a la Argentina en un importante exportador de gas, recurso que proviene del yacimiento Vaca Muerta.
Aunque en un principio la ubicación ideal para la planta de licuefacción era la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, la rivalidad entre el presidente Javier Milei y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, terminó torciendo la decisión final.
GNL, entre necesidades técnicas y preferencias ideológicas
“El directorio de YPF aprobó por unanimidad esta decisión tras analizar toda la información presentada por los equipos técnicos sobre las alternativas para la locación de esta iniciativa”: así anunciaba la petrolera argentina la preferencia de Río Negro sobre Buenos Aires.
A pesar de que menciona las cuestiones técnicas como un factor de peso para la elección, lo cierto es que la provincia patagónica tenía algo que Buenos Aires no: una ley de adhesión al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), creado por Milei.
Sin embargo, Kicillof había ofrecido un régimen propio de exenciones impositivas, quedando en iguales condiciones a las ofrecidas por Río Negro, pero YPF sostiene que ésta última provincia muestra “mejores aspectos económicos para el proyecto”.
Al parecer, las petroleras apoyaron la idea de Milei de que la única vía posible para establecer inversiones extranjeras es el RIGI, con más beneficios para los actores foráneos que para el país.
Con el oficialismo presidiendo YPF y con el apoyo de los directores patagónicos dentro de la empresa, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck ganó la pulseada, mientras Buenos Aires pierde la oportunidad de afianzarse como fuente de más de la mitad de las exportaciones nacionales.
Kicillof lamentó la decisión final y manifestó que se trata de un “un capricho ideológico” del Presidente, que pone en riesgo un proyecto que se venía planeando en los últimos 10 años, con territorios apartados para ese fin y el puerto petroquímico puesto a disposición.
Cabe mencionar que el próximo paso es una visita a los principales países importadores de GNL, con la intención de conseguir financiamiento de bancos privados. Además del deseo de Milei de disciplinar a uno de los principales dirigentes de la oposición, este tema también se enmarca en la necesidad del Gobierno de atraer inversiones para sostener su plan económico.