En apenas dos días, funcionarios de la alta esfera del Partido Comunista Chino se reunieron en Beijing con homólogos de Ucrania y de Palestina para abordar procesos de paz en ambos casos. La unidad nacional palestina y la preparación ucraniana para negociar con Rusia se presentan como dos novedades promovidas por la intermediación china. Nota al Pie analiza el rol diplomático del gigante asiático en un mundo en crisis en el que las instituciones multilaterales fundadas en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial no dan respuestas.
Palestina y sus fracciones políticas unidas
China acogió a todas las fracciones políticas palestinas, incluyendo a Hamas y Fatah. Con el fin de revertir la división nacional, la Declaración de Beijing promueve la unificación de los esfuerzos para enfrentar la agresión y detener la guerra. Formalmente, la unidad integral encuadra al conjunto de las fuerzas dentro de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Se comprometieron a establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital, de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU), y a garantizar el derecho de retorno según la Resolución 194. Asimismo, afirmaron el derecho a resistir la ocupación según el derecho internacional consagrado por la Carta de la ONU.
Se formará un gobierno provisorio de unidad por decreto del presidente de la actual Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas. A partir de la unificación de las instituciones políticas trabajarán, en primera instancia, en la reconstrucción de Gaza garantizando la entrega de ayuda humanitaria y médica sin restricciones ni condiciones. En segundo lugar, se comprometieron a desarrollar un proceso de elección general supervisada por la Comisión Electoral Central. El flamante gobierno ejercerá sus funciones políticas sobre todos los territorios palestinos, integrando a Cisjordania, Al-Quds y la Franja de Gaza.
Al histórico acuerdo entre fracciones palestinas tradicionalmente enfrentadas le sucedió el paradigmático discurso en Washington del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Ante el pleno del Congreso de Estados Unidos, “Bibi” definió a la República Islámica de Irán como enemigo de Occidente, y compartió una hoja de ruta para Gaza que consta de la desmilitarización y desradicalización. A su vez, reconoció el modo en el que las naciones árabes auxiliaron a Israel cuando Irán atacó con misiles. Por último, a poco más de tres meses de las elecciones presidenciales, destacó la labor de Donald Trump con Israel durante su mandato.
Ucrania “está lista”
Por otro lado, el Ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, se reunió en la localidad sudasiática de Guangzhou con su par ucraniano, Dmitro Kuleba. El asunto principal que congregó a ambos hombres de Estado fue la situación político-militar en Europa del este. “Kiev está lista para el diálogo con Rusia en un momento dado si Moscú está preparada para negociar de buena fe”, le indicó Kuleba a su homólogo. La conversación, que duró más de tres horas, fue “muy profunda y concreta”, según consignó Reuters de una fuente de la delegación de Ucrania.
En tanto, Wang Yi le puso paños fríos. “Aunque las condiciones y el momento todavía no están maduros, apoyamos todos los esfuerzos que conduzcan a la paz y estamos dispuestos a seguir desempeñando un papel constructivo en el alto el fuego y la reanudación de las conversaciones de paz”, le sugirió a Kuleba, según supo la agencia oficial Xinhua. La búsqueda de Beijing por parte de Kiev representa un punto de quiebre dado que hasta la fecha el gobierno ucraniano había desistido sistemáticamente de un proceso de paz en el que participe Moscú.
La intención de terminar la contienda bélica lo más pronto posible también había sido ratificada por el propio Volodimir Zelenski ante el representante del Vaticano. La incapacidad ucraniana para contener el ritmo que la fuerza rusa le impuso en el plano operacional, reemplazar y rotar sus tropas de combate, y la reducción de suministros occidentales, son algunos puntos que explican el cambio de rumbo. No obstante, es la emergencia política en Estados Unidos de Trump, desinteresado en proyectar el enfrentamiento, el factor que funcionó como punto de inflexión.
China, el arquitecto de la paz en un mundo en crisis
Como en el histórico acuerdo entre Arabia Saudita e Irán suscrito en Beijing en 2023, la diplomacia china reafirma su rol estratégico en dos regiones inestables y signadas por profundas disputas. El creciente protagonismo diplomático del Dragón en las arenas internacionales dejan de manifiesto el reordenamiento del sistema mundial de poder. La crisis del sistema multilateral fundado en Bretton Woods y conducido por las potencias del Norte Global desde el inicio de la Guerra Fría encuentra en las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad un síntoma claro.
El declive del Unipolarismo Financiero, acentuado en el último lustro, expone la incapacidad anglosajona para definir conflictos a su favor en órganos institucionales. A su vez, la crisis de la élite política en Estados Unidos ha dejado terreno fértil para que abandone su rol de gendarme mundial en el plano militar. Aunque la estrategia multipolar no esté orientada al estallido ni el vaciamiento de espacios de poder multilaterales como las Naciones Unidas, China y su doctrina de Comunidad de Destino Compartido se impone en la formación de relaciones internacionales de nuevo tipo.