“¡Feliz día del padre!”, es el mensaje que abunda en los grupos de WhatsApp y redes sociales, este domingo 16 de junio en Argentina. Se celebran las paternidades, las familias se reúnen y se regalan productos que, en ocasiones, todavía responden a los estereotipos de género.
Más allá de lo comercial, el Día del Padre es una oportunidad especial para reflexionar sobre las formas de crianza. ¿Cómo son las paternidades en América Latina?
En el 2021, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el marco de la Iniciativa Spotlight lanzó el informe “Paternidad activa: La participación de los hombres en la crianza y los cuidados”. Allí, hicieron hincapié no solo en las brechas de género entre les cuidadores de infancias, sino también en cómo afecta la situación de vulnerabilidad económica del continente.
¿Y en Argentina? Nuestro país otorga las licencias por paternidad más bajas de toda Sudamérica. El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), visibilizó que este fin de semana largo tiene más horas que las 48 que establece la Ley de Contrato de Trabajo (20.744) para los nuevos padres.
Distintos tipos de paternidades
Según el informe de UNFPA, una transformación relevante ha sido la creciente visibilización de los diferentes modelos de familia. Esto acarreó el desarrollo de una mayor diversidad de las paternidades.
Tomaron como ejemplo las familias no heterosexuales y el aumento de las monoparentales, encabezadas solo por el padre. “Cerca de una de cada diez familias en la región está a cargo del padre”, afirma el documento.
Son estos grupos los que presentan prácticas más implicadas y corresponsables, junto a las familias biparentales en que padre y madre trabajan remuneradamente. Allí existen acuerdos y repartos más igualitarios del trabajo del hogar y de cuidados no remunerados.
Asimismo, desde UNFPA registraron un aumento del ejercicio de paternidades adoptivas o desde la diversidad sexual. Sin embargo, para las últimas todavía persisten estereotipos sociales que cuestionan su capacidad parental y la estigmatizan. A veces, esto impide un adecuado reconocimiento jurídico de estas formas familiares.
Brecha de género en la crianza: un largo camino por recorrer
El informe de UNFPA deja algo en claro: los roles de género en América Latina y el Caribe aún están muy ligados al modelo de familia biparental tradicional. Este define a los hombres como proveedores y sostén económico de la familia, y a las mujeres como “dueñas de casa y cuidadoras”.
Más allá de eso, en las últimas décadas la región tuvo un importante avance en materia de derechos de las mujeres. Y si bien ellas se integraron de forma masiva al mercado de trabajo, son las que se ocupan en mayor medida del trabajo en el hogar y de los cuidados no remunerados.
Ni hablar de lo que sucede con las paternidades ausentes. Datos de América Latina y el Caribe revelan que cerca del 50% de las mujeres en edad laboral declaran no trabajar remuneradamente porque deben realizar tareas de cuidado. Mientras, solo un 3,2 % de los hombres se encuentran en dicha situación (CEPAL, 2014).
En este sentido también influye la vulnerabilidad económica de las personas en América Latina y el Caribe. A veces, la discriminación salarial hacia las mujeres hace que sea el hombre quien salga a trabajar, mientras ella asume los trabajos de cuidado.
“Una división más equitativa del trabajo de cuidado no remunerado suele mejorar el ingreso familiar, impulsar las economías y aumentar la productividad en el lugar de trabajo», concluye el informe.
Licencias de paternidad, un buen regalo para el Día del Padre
Si bien Argentina es un país con bastantes avances en materia de derechos en relación al género, la implementación por ley de licencias de paternidad con una duración adecuada es una gran deuda.
“Con sus tres días de descanso, los padres podrán dedicar más horas a las tareas de cuidado de sus hijos que las que obtienen por una licencia”, denuncia el CIPPEC. Se refiere a este fin de semana largo, en comparación con lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo (20.744).
Regula el empleo privado, y determina licencias por nacimiento de 90 días para la madre y de apenas 2 días para el padre. La ley data de 1974, no contempla a las familias adoptantes y otorga las licencias por paternidad más cortas de todo Sudamérica.
“Este dato es aún más grave si se considera que las licencias por paternidad de la región se encuentran rezagadas respecto a la tendencia global”, reafirma CIPPEC.
En una situación de precariedad laboral, cabe destacar lo que sucede con quienes no trabajan en relación de dependencia. ¿Qué licencia pueden tener monotributistas, independientes, changueros o trabajadores informales?
Más allá de todo, es importante resaltar que la paternidad activa es importante para les niñes y puede tener un impacto directo en su futuro. También, que ubicarse fuera del rol de la masculinidad proveedora mejora la salud mental de los padres y disminuye las brechas de género. Por eso, en este Día del Padre, autoregalate crianza activa.