El gobierno de Javier Milei atraviesa una etapa de éxtasis. Luego de un largo y tortuoso camino, la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” está a un paso de ser sancionada.
A pesar de que el Presidente llegó al poder con un contundente discurso “anticasta”, tuvo que recurrir a la clase política para imponer la aprobación de su proyecto de ley principal. Tampoco tuvo reparo en tomar prestado las estrategias de la casta, como el intercambio de votos por cargos y beneficios.
Además, Milei ganó las elecciones con un fuerte apoyo popular, con una sociedad azotada por dos años de inflación sin respiro, que le cedía la tarea de lograr la estabilidad de precios.
Tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, sienten que cumplieron con ese cometido. Todos ellos festejan como un gol la desaceleración de la inflación, que fue de 4,2% en mayo (la más baja en más de dos años).
Pero esto no se traduce en una mejor calidad de vida para la población. De hecho, aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sea nominalmente bajo, continúa elevando el umbral de pobreza e indigencia, dejando a cada vez más personas por debajo.
Y es que a pesar de ese apoyo popular que se mantiene después de 6 meses de gestión, gobernar para el beneficio de las mayorías no está en los planes de Milei. En general, hay conciencia de que trabajadores y jubilades son quienes más sufrieron el ajuste, pero hay también una idea de atravesar un sacrificio necesario para alcanzar un futuro mejor.
Es tal como lo planteó el ex primer ministro de Reino Unido, Winston Churchill (uno de los ídolos de Milei) en su clásica frase “sangre, sudor y lágrimas”. Se refería a un paradigma en el que la clase trabajadora debía sacrificarse para lograr un desarrollo a futuro.
Pero ni en el presente ni en el futuro importan las condiciones de vida de las mayorías. Eso queda claro en la Ley Bases, donde se busca construir una Argentina para las minorías más poderosas.
Por eso el mercado financiero respondió con entusiasmo a la votación en el Senado: subieron las acciones argentinas en el extranjero y los dólares paralelos sufrieron una contracción.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también apremió las reformas del Gobierno, ahora acompañadas por el Poder Legislativo. El Directorio del Fondo otorgó a la Argentina un desembolso de 800 millones de dólares, destinado a “apoyar los esfuerzos de las autoridades por afianzar el proceso de desinflación”.
El Gobierno hasta consiguió el visto bueno de China, que aceptó prorrogar el vencimiento del swap por un año. Aunque este auxilio no llegó sólo, sino con la condición de que Milei visite a Xi Jinping, el próximo 4 de julio, lo que podría hacer ruido en Estados Unidos por la coincidencia con la conmemoración de su independencia.
Los puntos clave de la Ley Bases
La Ley implica una reforma tan contundente que es difícil explicar su contenido. La oposición denuncia que tiene el objetivo de vender la patria pero no logra comunicar a las mayorías populares que no tienen lugar en la Argentina que viene.
A grandes rasgos, el proyecto está destinado al individuo propietario de grandes capitales, reduciendo lo más posible la amenaza de entramados colectivos que intenten anteponer el bienestar general.
En este sentido, la reforma laboral bajo el típico disfraz de la “modernización” elimina sanciones contra el empleo informal, promueve la precariedad de las relaciones de trabajo con la figura de “colaboradores” y deja desprotegides a les trabajadores al eliminar la indemnización y restringiendo la protesta sindical.
A largo plazo, la Ley implica una renuncia a la concepción de desarrollo que beneficie a la población en su conjunto. Por eso, hace énfasis en los resultados deficitarios de las empresas del Estado para legitimar la venta, a pesar de su valor estratégico.
Por último, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) contempla un sistema de beneficios impositivos, aduaneros y cambiarios durante 30 años para inversiones extranjeras millonarias. Así, los capitales extranjeros podrán aprovechar nuestros recursos naturales en detrimento de la industria nacional.