El pasado 8 de mayo tuvo lugar el reestreno de la intrigante obra “La Misma Sangre”, iniciando con éxito su segunda temporada en cartelera. Esta comedia de humor negro, escrita por Leandro Azamor, desafía los lazos familiares con una desopilante trama que se desarrolla en una estancia, combinando en total equilibrio varios elementos de comicidad y tragedia.
A medida que el tiempo avanza, dos hermanos protagonistas, junto con una recién llegada, la misteriosa Paloma, experimentan un vínculo de atracción, repulsión, celos y deseo que cambiará sus vidas para siempre. Las funciones son los miércoles desde las 21 en el Teatro El Grito (Costa Rica 5459, CABA).
Bruno y Elsie, dos hermanos de clase alta, llevan una vida apacible hasta que Paloma, sobrina de Mamá Martina, la empleada que los crió, llega a vivir con ellos. Entre los tres se establece un vínculo complejo que altera su existencia.
La obra explora verdades, mentiras y omisiones, y el poder y los lazos familiares se entrelazan en una trama llena de suspenso y risa. Aunque no son famosos como los hermanos Carpenters, Bruno y Elsie tienen mucho dinero, lo que no les exime de conflictos y desafíos.
Esta joyita de Azamor es un viaje de matrioshka a los rincones más divertidos y turbios del alma humana. Con un humor más negro que la noche porteña, el autor arma una puesta colorida y desopilante de amores, odios y locuras familiares.
La trama de una hora y pocos minutos, es un vueltera de ñoquis con pocos condimentos nuevos, pero el salero del escritor la reinventa con un guiño cómplice al espectador.
Entre risotadas y nudos en la garganta, se va descubriendo que detrás de las mentiritas piadosas y las verdades a medias, se cuecen las grandes falsedades que reinan y que se exponen sobre lo qué es una familia de bien.
En otras palabras, se sirve como un plato fuerte que deja con la panza llena al espectador, pero que aún busca saborear un poco más, ya que presenta un final desconcertante como un postre picante en la boca.
A puro humor negro y en cómplices actuaciones
En «La Misma Sangre«, el multifacético Leo Azamor nos sumerge en un festín de emociones y risas a través de una dirección que armoniza el suspenso y el humor negro con gran destreza.
Ambientada en una pintoresca estancia, la obra nos lleva por un torbellino de escenas que se despliegan a un ritmo vertiginoso, sin dar respiro al espectador. Azamor orquesta esta puesta en escena con mano firme, logrando que cada giro inesperado y cada momento de comedia absurda se integren perfectamente en la narrativa.
El elenco, liderado por Tati Emede, Puli Demaria y el propio Azamor, brilla en sus interpretaciones. La triada actoral maneja a sus personajes con una habilidad asombrosa, y llevan al público de la risa a la melancolía con una naturalidad envidiable.
Las actuaciones son una montaña rusa de emociones, desde las escenas más tiernas y emotivas hasta los momentos de humor más disparatado. Destacan en particular escenas como cuando Paloma recuerda a los niños o la conmovedora confesión de Bruno sobre la pensión, capturando el corazón del público con su sinceridad y precisión.
La puesta en escena, sencilla pero exquisita, es el marco perfecto para que el talento de los actores y la intensidad del texto brillen con fuerza.
La escenografía, obra de Serena Lingeri, complementa a la perfección la visión de Azamor, creando un espacio íntimo y elegante que permite a los personajes conectar profundamente con la audiencia.
Esta tragicomedia, con sus claroscuros y su mezcla de lo profundo y lo trivial, nos enfrenta a las verdades y mentiras de la vida familiar, haciendo reír y reflexionar a partes iguales.
“Familia, suspenso, humor y sangre”, en resumen
“La Misma Sangre” es una comedia brillante que fusiona melodrama, suspenso y humor absurdo con notable maestría. Las actuaciones excepcionales, una dirección impecable y una puesta en escena deslumbrante convierten esta obra en una experiencia teatral atrapante y entretenida de principio a fin.
Con una dirección que invita a reflexionar sobre las relaciones humanas a través de giros narrativos característicos y un desenlace inesperado que permite a los actores mostrar toda su capacidad interpretativa.
La trama fascinante mantiene al espectador enganchado, haciendo de esta obra una opción perfecta para romper con la rutina semanal con teatro de alta calidad y mucho humor.