Quimio con Pelo Buenos Aires, es una iniciativa de Noel Sanchez y Veronica Garcia que tiene por objetivo ayudar a las personas que van a iniciar sus procesos de quimioterapias. Se trata de un método que permite transitar el tratamiento oncológico evitando la pérdida de pelo mediante el uso de un casco que genera frío en la cabeza. La baja temperatura causa que el folículo del pelo se cierre reduciendo así la medicación de la quimioterapia que le ingresa. Este bloqueo acota considerablemente la caída del cabello.
Noel Sanchez, coordinadora de la iniciativa, explicó para Nota al Pie que la idea de hacer estos cascos de modo casero “nació en el año 2009 por parte de Paula Estrada, quien fue diagnosticada con un cáncer de mama. Ella no estaba dispuesta a perder el pelo. Entonces investigó de qué manera podía evitar eso.Esto la llevó a armar un casco de modo artesanal con geles azules de los que se usan para tratar las lesiones corporales y que se pueden enfriar en un freezer”.
El origen de la innovación
La coordinadora relató que el invento original pertenece a la empresa Paxman de Estados Unidos. “Desarrollaron una máquina sofisticada que une una gorra ajustable que se coloca en la cabeza con un sistema de mangueras conectadas a un aparato que mantiene sumamente fría la gorra y por ende los folículos pilosos”, contó.
Si bien es un sistema muy innovador, Sanchez advirtió que “en Argentina es muy costoso, tal es así que se alquila y no está ofrecido en todos los centros oncológicos y en aquellos donde está disponible, no es cubierto por las obras sociales, lo cual lo torna inaccesible a buena parte de la población”.
Por este motivo Paula Estrada desarrolló una versión “casera” del sistema, que consiste en el armado artesanal de un casco compuesto por geles congelados a los que se los une con una cinta de embalar. Sanchez explicó que “estos geles enfrían a una temperatura de veinte grados bajo cero y si bien se congelan mantienen su maleabilidad lo que permite manipularlos para adaptarlos y crear un contorno para la cabeza”.
La coordinadora de Quimio con Pelo Buenos Aires, explicó que “cuando la persona se coloca el casco va perdiendo el frío porque se va descongelando, es por eso que se necesitan varias unidades preparadas para ir rotándolas” y especificó que “se requieren al menos seis cascos: dos para la hora anterior a la sesión, otros dos para el periodo de la sesión de quimio, y finalmente otros dos para la hora posterior al procedimiento”.
El uso del casco no es aplicable a todos los pacientes
Es importante destacar que “el enfriamiento capilar solo puede usarse en los casos de tumores sólidos, por lo cual no es viable su utilización en los casos de leucemias. Tampoco está recomendado para personas de edad muy avanzada o en la niñez porque el paciente tiene que aguantar mucho frío en su cabeza, y no es algo agradable”, explicó Sanchez.
«Es el oncólogo el que da la aprobación del uso del casco, el paciente tiene el deber de consultar con el médico y este determinará si es viable o no, puesto que algunas quimioterapias tienen como contraindicación la exposición con aquello que sea extremadamente frío”,dijo.
Una iniciativa inclusiva desde la solidaridad
Quimio con Pelo es una red de ayuda que ha creado un banco solidario de cascos en varias provincias, cuyo origen nació en Tucuman. Sanchez detalló que muchos geles los fueron recibiendo de donaciones al igual que algunas heladeras de camping para llevar los cascos a las sesiones de quimioterapia”.
La coordinadora de la iniciativa en Buenos Aires relató “nosotros lo que hacemos es prestarle los cascos a las personas que se contactan con Quimio con Pelo, les preguntamos cuál es su situación, si pueden o no comprar sus geles para armar sus cascos, y en base a eso decidimos si le prestamos la totalidad de los cascos o le prestamos la mitad y la otra mitad ellos la compran”.
La propia experiencia
«Fui paciente oncológica, usé el casco y gracias a él pude conservar mi pelo. Para mi fue sumamente importante, porque el pelo es algo que va mucho más allá de la cuestión estética. Cuando atravesamos una enfermedad como esta se suma a la quimioterapia todo lo demás, que incluye cirugías, cicatrices y mutilaciones porque a algunas personas se le quitan las mamas”, dijo Noel Sanchez y agregó “la pérdida del pelo es algo que te muestra todos los días en el espejo que estás enferma”.
La coordinadora explicó que la perdida de pelo tiene un impacto a nivel emocional. “Si me hubiera visto pelada en el espejo, tal vez no me hubiera sentido sana, sino enferma y ello podría haber afectado mi estado anímico” dijo.
“Gracias a mi oncólogo que me contó sobre este método mi proceso pudo ser muy bueno. Pude ir a trabajar sin el miedo de que todo el mundo se entere. Tuve la posibilidad de contarle sobre mi enfermedad solo a aquellas personas a quien yo sentía que tenía que hacerlo y eso es algo importante, al menos en mi caso particular”, finalizó.
Instagram: @quimioconpelobsasok