La media sanción obtenida por la Ley de Bases en la Cámara de Diputados tendrá un impacto negativo en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). La posibilidad de su disolución, fusión o transferencia a otras provincias implicaría la modificación de todo el trabajo realizado hasta la fecha.
Esta situación afectaría directamente a las víctimas de la última dictadura militar que buscan conocer su identidad real. Desde Nota al Pie, analizamos los detalles del proyecto presentado en la Cámara de Diputados y destacamos la labor llevada a cabo por el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Ley de Bases
Expertos en la materia, como el reconocido genetista Víctor Penchaszadeh y el ex ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, advierten que la Ley de Bases podría desencadenar consecuencias irreparables. Esto afectaría principalmente a quienes fueron víctimas de la apropiación ilegal durante la última dictadura.
La actual gestión, encabezada por Javier Milei, a través del artículo 3, otorga al Poder Ejecutivo la facultad de «modificar o eliminar las competencias, funciones o responsabilidades» de los organismos públicos.
A esto se suma la “reorganización, modificación o transformación de su estructura jurídica, centralización, fusión, escisión, disolución total o parcial o transferencia a las provincias o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El oficialismo ha designado a varios organismos como intocables, entre ellos el Conicet, ANLIS-Malbrán, la ANMAT, el INPI, el INCAA, el ENACOM, la ARN, la CONAE, la CNA, la CONEAU, la CNV, el INCUCAI, la UIF y el INTA.
Ante la selecta enumeración que hizo el Gobierno de Milei, el Banco Nacional de Datos Genéticos fue notablemente omitido de esta lista. Ante esta exclusión, el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical expresó públicamente su descontento ante los diputados. Su reclamo fue recibido por el vocero presidencial, quien aseguró que dicho organismo no será modificado.
La opinión de especialistas sobre el BNDG
“No solo el Banco es pionero científico mundial de la genética aplicada a los derechos humanos, sino que a través de las recuperaciones de la identidad biológica de hasta ahora 133 personas que habían sido apropiadas por personeros de la pasada dictadura cívico-militar”, expresó Penchaszadeh.
Justamente, el Banco Nacional de Datos Genéticos fue la referencia para los bancos de ADN de criminalística y búsqueda de personas que comenzaron a surgir en todo el mundo en la década de los noventa.
En 1983, un grupo de abuelas viajó por 12 países buscando a los genetistas más importantes, entre ellos Penchaszabeh. Un par de años más tarde, su esfuerzo tuvo recompensa. El 1 de junio de 1987 se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos.
En 1984 surgió “índice de abuelidad” que se calcula no a partir de los genes propiamente dichos –como se haría después- sino de un producto de esos genes, como son los antígenos de histocompatibilidad.
Laura Logares, se convirtió en la primera nieta restituida. Su filiación se comprobó a través de estudios genéticos por el índice de abuelidad.
Ese Banco se creó por Ley 23511 de 1987, y en 2009 se sancionó una nueva norma que dispuso el pasaje del BNDG a la órbita del Ministerio de Ciencia, como un organismo autónomo y autárquico.