Este miércoles 29 de septiembre se realizó un acto a 2 años desde que “El Campito” fue señalizado como sitio de Memoria. Es uno de los 4 Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) que funcionó durante el terrorismo de Estado en la guarnición militar de Campo de Mayo, San Miguel, provincia de Buenos Aires.
En diálogo con Nota al Pie, Iris Avellaneda quien fue sobreviviente del centro clandestino de detención “El Campito” y preside la Asociación Sobrevivientes, Familiares y Compañeros de Campo de Mayo; contó sobre el acto: “lo hacemos homenajeando a los compañeros que están enterrados ahí, los que pasaron por ahí, y los que fueron tirados por los vuelos de la muerte”.
“Además en marzo plantamos memoria plantando un árbol. Se puso con el nombre del Negrito y le colocamos la estructura con su nombre … Así que es doble el acto, con mucho amor y sentido”, agregó. También participó del acto la Liga Argentina por los Derechos Humanos.
Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio
“El Campito” es considerado uno de los mayores Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio que funcionó en nuestro país durante la última dictadura cívico militar eclesiástica; que usurpó el poder desde 1976 hasta 1983.
Según testimonios del Archivo Nacional de la Memoria y de causas judiciales, en “El Campito” estuvieron secuestrades alrededor de 5.000 hombres y mujeres perseguides por su militancia política, social y sindical.
Pereyra Avellaneda contó que en abril de 1976 fue secuestrada, junto a su hijo de 15 años, por el ejército argentino en el marco del genocidio a la clase obrera argentina.
“Luego de ser sometidos a torturas de todo tipo en la comisaría de Villa Martelli; y en el campo de concentración llamado El Campito en Campo de Mayo; fui trasladada a la cárcel de Olmos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN); y paseada por varias cárceles que la dictadura utilizaba para disciplinar a toda la sociedad. Mi hijo Floreal Edgardo Avellaneda no tuvo esa suerte. Quedó en El Campito y forma parte de los miles de desaparecidos que pasaron por esa guarnición militar. Desde 1985, testimonié en el juicio a las juntas militares y hasta la actualidad. He sido llamada a sede judicial a contar con detalles los padecimientos sufridos mientras estuvimos en calidad de detenidos desaparecidos; en ocho ocasiones ante los juzgados y tribunales que investigan el genocidio”, agregó.
Unas palabras dedicadas al “Negrito”
Iris Pereyra Avellaneda le dedicó unas palabras sentidas a su hijo: “Negrito todos sabemos cómo te asesinaron estas bestias genocidas. No lo diremos más. Sabés porqué nosotros te hacemos vivir en cada lucha, en cada acto, siempre estarás presente junto a los 30.000 Desaparecidos por el terrorismo de Estado y sabés que los pibes de ahora dicen que no es justa tu muerte. Vos eras un pibe como todos, que luchabas por un país mejor, nada más”, agregó.
“Yo su mamá, pido que sigan acompañando en esta lucha que estamos haciendo por un sitio de Memoria, que tanto necesitamos para hacer un centro cultural y trabajar por la memoria. Hacer cosas culturales y que no estén los milicos”, continuó.
También expresó: “seamos libres de opresión Militarizada, compañeros gracias por hacer este acto tan alegre ,y que la alegría sea nuestra lucha no perdonamos …no nos reconciliamos. Juicio y castigo a los Genocidas. Cárcel común y efectiva por los 30.000 compañeros desaparecidos ¡Ahora y siempre, Negrito Avellaneda!”
La causa Judicial
Sobre el estado de los juicios de lesa humanidad explicó que “la causa está encajonada desde el año 2013 . Cuando hicimos la apelación la encajonaron y hasta la fecha no ha habido mucho que decir… lo último, pasó a Casación y ahí está durmiendo”.
En este sentido la integrante de la asociación opinó que “cada uno de los que participaron del genocidio tiene su grado de responsabilidad. Los militares que ejecutaron la infamia contra sus propios conciudadanos; sus jefes que ordenaron los crímenes; y los más repulsivos cínicos que planificaron todas las acciones y sus consecuencias. Me estoy refiriendo a cada gerente de fábrica; nacional o trasnacional que incorporó antes de 1976 dentro de su empresa a militares para que hicieran inteligencia y detectaran a los trabajadores. Eran conscientes que reclamaban el cumplimiento de leyes laborales y luego fueron desaparecidos durante la dictadura. Esos gerentes no han sido sentados en el banquillo de los acusados”.
Asimismo detalló que “hace 45 años que ocurrieron los hechos y siguen impunes. En los juicios de lesa humanidad, después de derogar las aberrantes leyes de impunidad Punto Final y Obediencia Debida, en 2003, la corte suprema se tomó 2 añitos para declararlas inconstitucionales; y los juicios se retomaron en 2005. Desde entonces fueron imputadas 3.448 personas; se dictaron 250 sentencias; resultaron condenadas 1.013 personas solo 276 de ellas con un fallo firme; y absueltas 164. De ellos, 904 fallecieron durante los 14 años de sus procesos, y 692 antes de obtener sentencia, lo que significa que murieron impunes. Es bastante exigua la cantidad de procesados y condenados. Teniendo en cuenta que hubo más de 600 campos de concentración diseminados en todo el territorio”, sostuvo Pereyra Avellaneda.
Tres aspectos
Desde la Asociación de Sobrevivientes, Familiares, Compañeras y Compañeros de Campo de Mayo mediante un comunicado en referencia al acto afirmaron que “este hecho tendrá gran importancia desde tres aspectos fundamentales: el histórico para reafirmar nuestro compromiso con el Nunca Más; para continuar propiciando la memoria de los crímenes aberrantes cometidos desde el Estado; y porque es la primera señalización dentro de ésta unidad del ejército argentino desde donde (no sólo los militares sino también cámaras empresariales, centrales de inteligencias yanqui e israelí, y cúpula eclesiástica), planearon y ejecutaron todos los golpes de estado desde 1930 hasta el último de 1976”.
También “desde un aspecto amoroso porque es de una importancia fundamental acompañar en el dolor de las y los sobrevivientes de este Centro Clandestino de Detención y familiares de los miles de desaparecidos que han pasado por allí apuntalando e impulsando la continuidad de su lucha por Verdad y por Justicia”.
“Y desde un aspecto político e ideológico, la ineludible importancia de rescatar el compromiso militante y los métodos de lucha de todas y todos nuestros compañeros y compañeras que pasaron por ese sitio siniestro. Fueron militantes comprometidos y comprometidas con lograr un país y un mundo donde todos nuestros derechos estén garantizados”, concluyeron desde la Asociación.