Aunque las encuestas muestran un descenso en la confianza en las vacunas, su percepción sigue siendo positiva. Así lo confirmó Lucio Criado, ex presidente de la Sociedad Argentina de Medicina, en el marco de un comunicado por la Semana de Vacunación en las Américas, impulsada por la Organización Panamericana de la Salud. Esta campaña, que culmina hoy, comenzó el 20 de abril con el objetivo de mostrar la importancia de la vacunación en la región.
Durante la última década, factores como la disminución de las coberturas y del financiamiento, así como las dudas y la desconfianza producidas por campañas de desinformación, provocaron una caída en las tasas de inmunización en el continente americano.
En consecuencia, hoy en día, existe un riesgo de rebrote de distintas enfermedades. Según el Dr. Criado, este riesgo alcanzó su nivel más alto en 30 años. No obstante, Argentina “se encuentra muy bien posicionada respecto de las vacunas que dispone en relación con otros lugares del mundo”, afirmó.
El Ministerio de Salud de la Nación señaló que la tasa de vacunación se redujo en promedio unos diez puntos entre 2009 y 2019 en todos los rangos etarios. La pandemia de Covid-19 en 2020 profundizó esta tendencia, con un descenso promedio equivalente al registrado en los últimos diez años juntos. Sin embargo, el Dr. Criado no considera que estemos ante una crisis, sino más bien “ante a una oportunidad de vacunación”.
La desconfianza hacia las vacunas
Durante la pandemia, el desarrollo de vacunas en tiempo récord incrementó la desconfianza sobre su efectividad. Según el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV), elaborado por la Fundación Bunge y Born, aún no se recuperaron los valores de confianza previos a la pandemia.
De todas formas, para el infectólogo infantil Enrique Casanueva, “la confianza en las vacunas todavía es alta. Lo que existe es reticencia hacia algunas de ellas. Las vacunas han demostrado tener gran impacto en la reducción de la mortalidad por enfermedades infecciosas. Por lo tanto, el camino para revertir la baja en su aplicación es el de informar, ya que cuando se deja de vacunar, éstas reaparecen”.
Además de depender de las limitaciones estructurales y financieras que afectan a los países, el éxito de un plan de inmunización se relaciona con la voluntad de la población de ir a vacunarse. “Debemos educar y concientizar para que cada persona reciba aquella vacuna que necesita. En ese sentido, las campañas de vacunación tienen una función cien por ciento educativa y constituyen una oportunidad única para poner el tema en agenda”, explicó Criado.
“Es importante vacunar a toda la población y, en especial, a tres grupos poblacionales: los niños, las embarazadas y, por supuesto, a los adultos, ya que con el paso de los años la capacidad de respuesta del cuerpo a las infecciones disminuye”, afirmó. “Las vacunas, junto con una buena alimentación y el ejercicio, cumplen un rol importante en una vida saludable”, añadió Casanueva.
El impacto positivo de la vacunación
“Las vacunas reducen la posibilidad de enfermar, tener complicaciones graves y de transmitir la enfermedad a los que nos rodean. Por lo tanto, son una herramienta segura y efectiva para proteger nuestra salud y la de la comunidad en todas las etapas de la vida”, sostuvo la pediatra e infectóloga Verónica Loggia.
Además de prevenir enfermedades, la vacunación tiene beneficios económicos. Para Casanueva, “es costo-efectiva en todas las edades y tiene efectos directos e indirectos. En el caso de los adultos, enfermarse no solo hace perder días de trabajo, sino que genera gastos en atención médica, traslados y medicamentos, entre otros”.
En cuanto a les niñes, “son más susceptibles a muchas infecciones porque cuando nacen cuentan con anticuerpos que les pasa la madre, pero que luego van perdiendo con el correr de los meses, lo que los deja expuestos a enfermedades mortales o con secuelas graves, como la meningitis y la neumonía”, afirmó Casanueva.
En este sentido, el especialista considera que brindar información adecuada sobre las consecuencias de no vacunarse permitirá que muchas personas reflexionen sobre la necesidad de hacerlo.
Según la pediatra Florencia Nocita, “Argentina tiene un calendario de vacunación muy completo, un modelo para muchos países. Pero hay un punto crucial en el que debemos seguir trabajando, y es en mejorar las coberturas de vacunación”.
Por ello, para concluir consideró: “Hay que seguir concientizando sobre la necesidad de cumplir con el calendario y completar los esquemas, porque para alcanzar los beneficios que nos da la vacunación, las vacunas deben aplicarse”.