Este martes, estudiantes y universidades públicas de toda la Argentina se levantaron en defensa de la educación pública y de calidad. Las movilizaciones multitudinarias, que cuentan con la participación de alumnos, docentes y trabajadores del Estado en defensa de un pilar clave para el desarrollo nacional, se hicieron eco a lo largo y a lo ancho de todo el país bajo el núcleo de la Marcha Federal Universitaria.
Tomas Battaglino, secretario de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y responsable del Movimiento Sur, explicó que “la marcha reúne a quienes se oponen a las medidas de un Gobierno que propugna en teoría la libertad, pero atenta contra la posibilidad de estudiar”.
“Ayer el presidente nos pidió por cadena nacional que hiciéramos un ‘esfuerzo heróico’ y aceptemos el ajuste. Lo que no entiende Milei es que el esfuerzo heróico lo hacen los que garantizan que la educación pública y gratuita siga en pie”, agregó.
La situación crítica de las Universidades
Mientras el recorte presupuestario se torna cada vez más complejo, el Gobierno de Javier Milei hace promesas en vano y no libera los fondos necesarios para que las instituciones puedan garantizar su funcionamiento siquiera hasta fin de año.
Los recursos destinados al presupuesto 2023 es el más bajo desde 1997, lo cual impacta de manera directa en la vida de más de un millón de estudiantes, docentes y trabajadores del sector. A su vez, supone un ataque directo a toda persona que valora y defiende la enseñanza pública y gratuita.
En esta misma línea, Battaglino señaló que “Milei arremete contra la educación desde dos flancos: el económico y el ideológico”. Tras el ajuste, las universidades debieron reducir su oferta horaria y quitar recursos básicos como la luz y los ascensores.
Dichos elementos son esenciales para un correcto desarrollo de cada jornada educativa y forman parte de la necesidad cotidiana para garantizar la accesibilidad de estudiantes y personal con movilidad reducida.
Battaglino también resaltó la inviabilidad de arancelar la educación, proyecto neoliberal que no dio resultado y que fue eliminado hace más de 50 años. “Los estudiantes se ven afectados por acciones como la liberalización del mercado, la derogación de la Ley de Alquileres y el incremento considerable de los precios de servicios como el transporte”, dijo.
Un reclamo histórico marcha
Dentro de este panorama de ajustes continuos, el boleto estudiantil argentino no está exento y es un tema sensible para la sociedad, el cual forma parte de una lucha y conquista histórica que llega hasta la última dictadura cívico-militar. Hoy, el debate vuelve a reflotar.
“Durante la gestión de Milei lo que ocurre es un incremento considerable de los medios para ir a las universidades. Además, fueron eliminadas o congeladas las becas”, apuntó el referente al considerar las trabas que imponen desde el Gobierno en contra de la comunidad educativa.
Para Tomás, desde el Gobierno la bajada es clara: atacar desde lo discursivo y priorizar los intereses del mercado, lo cual va en contra de la excelencia académica. “Milei pasa horas en la red social X criticando a la comunidad universitaria, diciendo que hay adoctrinamiento”, agregó.
“Estamos frente a un Gobierno delirante que ataca todas las banderas de la educación y a la sociedad argentina. Pero hoy el pueblo argentino se expresó: Sin educación pública no hay futuro”, expresó.
El Movimiento Estudiantil SUR forma parte de una de las columnas que dice presente este 23 de abril en defensa de la educación y el derecho a acceder a ella. Una vez más en la historia de nuestro país, el ajuste destinado a la casta acabó en los bolsillos de la clase trabajadora.
“Tenemos en claro nuestras convicciones y el ejemplo de lucha histórica de nuestro pueblo. Por eso decimos: ¡¡La Patria no se vende, La Educación se defiende!!, dijo y concluyó: “No vamos a permitir que este gobierno siga desfinanciando la Educación, la Ciencia, la Cultura, la Salud. Solo para asegurarle sus ganancias a los grandes grupos económicos locales e internacionales”.