La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda que los kioscos escolares sólo ofrezcan productos alimenticios libres de sellos de advertencia nutricional. Esto se debe a que los que poseen etiquetas tienen exceso de azúcares, sodio, grasas o calorías. Además, la entidad destaca a la escuela como un lugar estratégico para mejorar los hábitos alimentarios y apela al compromiso de la comunidad educativa para que esto se cumpla.
En este sentido, animan a las familias para que, desde sus casas, envíen a los establecimientos educativos alimentos y bebidas caseras, frutas y agua en lugar de bebidas azucaradas.
De acuerdo a la Segunda Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENNyS 2), en Argentina, el 13,6% de los menores de 5 años presenta sobrepeso. A su vez, el estudio reveló que el 41,1% de les niñes y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso (20,7%) u obesidad (20,4%), con una mayor prevalencia en varones.
La Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Ley de Etiquetado Frontal, exige a la industria alimenticia y de bebidas a identificar con octógonos (sellos) negros cada exceso de los productos, ya sea en azúcares, sodio, grasas y calorías. Contar con esta información permite elegir lo que une consume.
Las consecuencias de la malnutrición
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término ‘malnutrición’ se refiere a las carencias, excesos y los desequilibrios entre lo que comemos y lo que nuestro organismo necesita para estar saludable. Atraviesa a todos los sectores socioeconómicos de la población, e involucra una alimentación de baja calidad nutricional. Ésta suele tener un exceso de grasas, carbohidratos y baja cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Si este tipo de dieta se prolonga en el tiempo, puede ocasionar enfermedades asociadas a la malnutrición por déficit y por exceso.
A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad continúan en aumento, siendo uno de los principales problemas de salud pública. En especial, afecta a niñes y adolescentes, alterando su salud psico-física inmediata, el nivel educativo que pueden alcanzar y su calidad de vida. Además, incrementa las probabilidades de desarrollar obesidad en edad adulta y presentar enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.
Según la SAP, se puede dividir a la malnutrición en tres grupos: desnutrición, déficit de micronutrientes, sobrepeso y obesidad. Mediante un comunicado, expresaron: “La pobreza se acompaña de un aumento en la obesidad, inclusive en poblaciones con manifestaciones de desnutrición donde se presentan simultáneamente baja talla y carencias de micronutrientes”.
En esa línea, aseguraron que “una de las grandes epidemias actuales es la obesidad y la Argentina forma parte de este escenario”. Por esta razón, destacan la importancia de la cantidad y calidad de los alimentos que deben llegar a los comedores escolares.
La obesidad infantil, una enfermedad en aumento
Para María Guinot, médica pediatra de la SAP, “en el aumento vertiginoso de la obesidad infantil mucho tienen que ver los cambios en los estilos de vida, la industria alimentaria y la publicidad”. Asimismo, comentó que hay chiques que desde temprana edad desarrollan hábitos alimentarios poco saludables. “Incluyen alimentos ultraprocesados, comidas de alta densidad energética y con grandes porciones, y bajo consumo de frutas y verduras. Mientras que disminuye la actividad física a causa del celular, los televisores y las computadoras”, detalló.
En este contexto, las escuelas son clave para la promoción de hábitos saludables. Respecto a la legislación antes mencionada, la pediatra Dra. María Julia Alberti sostuvo: “La Ley nacional 27.642 promueve la creación de un entorno escolar que educaría sobre la alimentación saludable, que se materializa fundamentalmente con los llamados ‘Kioscos Saludables’”.
Kioscos, cantinas y buffet saludables
Para ser saludables, estos espacios deben ofrecer mayor proporción de alimentos de alta calidad nutricional, incluidas frutas, verduras, bebidas naturales y snacks saludables. Además, deben disponer de una oferta variada de productos alimenticios y bebidas saludables. Los costos tienen que ser accesibles, garantizando que sean seguros, y estar exhibidos para generar mayor atracción.
Dentro de la alimentación en el hogar, les especialistas recomiendan optar por los mejores alimentos y bebidas que tengan a su alcance, y que la familia sea modelo de buenos hábitos. Agua segura disponible, jugos naturales, frutas frescas, desecadas o secas sin agregado de sal o azúcar, son algunos ejemplos.
Además, pueden ser alfajores simples de fécula de maíz o de frutas y sándwiches de elaboración en el día con ingredientes con moderado contenido de grasas, como verduras frescas y bien lavadas, quesos y carnes magras. Los yogures pueden ser solos, con cereales o con frutas, tanto enteros o descremados, sin edulcorantes artificiales y/o postres lácteos sin edulcorantes artificiales.
En el caso de ensaladas de vegetales o de frutas, deben provenir de industrias habilitadas y rotuladas. Asimismo, aconsejan que los bizcochuelos o magdalenas sean de preparación casera. Por último, y no menos importante, en todos los kioscos deben incluir productos libres de gluten y azúcar para personas con celiaquía o diabetes.