La llamada. Un retrato es el último libro publicado por Leila Guerriero. Bajo el sello de Anagrama, la periodista argentina narra, a modo de perfil, la historia de Silvia Labayrú, secuestrada durante la dictadura. El libro desafía las concepciones sobre las víctimas, les sobrevivientes, el arrepentimiento, e incluso la memoria.
La narración es una crónica no solo de la vida de Labayru, sino también de la historia de Argentina, donde todo está marcado por la supervivencia y la culpa, la mirada propia y el peso de la ajena. “Tenemos que escuchar todo lo que digan los supervivientes”, aseguró la periodista en una entrevista con un medio español.
La historia de Silvia
Con trece años, Silvia Labayru, hija de una familia de militares, ingresó en el Colegio Nacional Buenos Aires. En dicha institución, reconocida por su prestigio, entró en contacto con agrupaciones estudiantiles de izquierda y se transformó en una militante. En marzo de 1976, cuando se produjo el golpe de Estado, Labayru integraba el sector de Inteligencia de la organización Montoneros. Tenía veinte años y estaba embarazada de cinco meses.
En diciembre de 1976 fue secuestrada por militares y trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionaba un centro de detención clandestino. En ese lugar se torturó y asesinó a miles de personas: pasaron unas 5.000 personas y solo 200 salieron con vida.
En la ESMA, Labayru tuvo a su hija, que, una semana más tarde, fue entregada a los abuelos paternos. Allí fue torturada, violada y forzada a representar el papel de hermana de Alfredo Astiz, un miembro de la Armada que se había infiltrado en la organización Madres de Plaza de Mayo. Este operativo terminó con tres madres y dos monjas francesas desaparecidas.
La liberaron en junio de 1978 y, cuando ella creía que era libre, comenzaba lo peor: el repudio de sus compañeres. Les argentines en el exilio la repudiaron, acusándola de traidora a raíz de la desaparición de las Madres.
Siguió con su vida en soledad en Europa, hasta que, en 2018, la contactó un amor de la adolescencia, del cual el golpe y la familia habían alejado. Una historia de amor que continúa hasta hoy. “Silvia intentó acudir a Hugo cuando salió de la ESMA con telegramas y cartas que nunca le llegaron, porque fueron destruidas por los padres de él, con lo cual era una especie de tragedia shakespereana un poco romántica”, contó Guerriero en una entrevista.
¿Y el título?
La llamada que da título al libro de Guerriero la recibió el 14 de marzo de 1977 un mayor de la Fuerza Aérea y piloto civil: el padre de Silvia. La joven llevaba casi tres meses desaparecida y, cuando su padre la daba por muerta, algo cambió.
La habían detenido embarazada de cinco meses y estaba ya de ocho cuando sonó aquel teléfono. La llevaron a la oficina de Jorge “Tigre” Acosta y él le dijo que iban a hablar con su padre. Allí descubrieron que el padre era uno de ellos.
Durante años, cada 14 de marzo, Silvia festejó con su padre, Jorge Labayru, el día en que se produjo la llamada que le salvó la vida.
El trabajo de Leila
La periodista Guerriero comenzó a entrevistar a Silvia en 2021, en plena pandemia, mientras se esperaba la sentencia del primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos contra mujeres secuestradas durante la dictadura, en el que Labayru era denunciante.
“Silvia no leyó el libro hasta diciembre del año pasado, cuando ya estaba en imprenta y no se podía cambiar nada”, aclaró la autora.
Con el fin de mantener la fidelidad, Guerriero se reunió durante dos años con Labayru y la acompañó a visitar la ESMA. A su vez, entrevistó a ex parejas, excompañeros del Nacional Buenos Aires, excompañeras de militancia, familiares y amigos. “Yo no sabía del estigma que pesaba en algunos sobrevivientes, para mí fue una sorpresa ese ‘algo habrá hecho’ para haber sobrevivido”, confesó Guerriero.
Leila Guerriero es periodista. Su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y España: La Nación, Rolling Stone, El País, Gatopardo, El Mercurio, entre otros. Publicó los libros Los suicidas del fin del mundo, Frutos extraños y, en Anagrama, Una historia sencilla, Zona de obras, Plano americano, Opus Gelber. Retrato de un pianista y La otra guerra. Sus libros han sido traducidos al inglés, el francés, el italiano, el alemán, el portugués, el sueco y el polaco.