El sector nuclear se suma a los ámbitos golpeados por el ajuste de Javier Milei y la crisis alcanza a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tras la reducción presupuestaria y despidos.
Las decisiones del Gobierno terminaron por paralizar la construcción de los reactores CAREM 25 y RA-10, proyectos avanzados en más de un 70% que prometían un gran aporte al desarrollo estratégico de la Argentina.
Para ser un país en vías de desarrollo, Argentina tiene una capacidad científica destacable, lograda con inversión pública y colaboración del sector privado. Sin poner en valor esta situación, el gobierno libertario muestra una vez más su desprecio por el desarrollo de la ciencia y tecnología nacional.
“Quienes somos parte de la CNEA seguimos pensando que es posible desarrollar grandes proyectos como el CAREM y el RA-10. Por eso lamentamos que el recorte presupuestario atente contra el avance de estas obras”, denunció la presidenta del instituto, Adriana Serquis.
La importancia estratégica del sector nuclear
El sector nuclear es fundamental a nivel global, en medio de una disputa geopolítica por los avances tecnológicos, la transición energética y el encarecimiento de la energía por la guerra ruso-ucraniana.
Actualmente, existen más de 80 proyectos de reactores modulares pequeños en todo el mundo, cuyo potencial reside en la producción de energías limpias. Uno de los más avanzados es el argentino CAREM 25, en construcción en el complejo nuclear Atucha, en la provincia de Buenos Aires.
Diseñado y construido íntegramente en la Argentina, el CAREM 25 fue declarado “de interés nacional” porque permite el abastecimiento energético a poblaciones de 120 mil habitantes, ofrece prestaciones para diversos usos industriales. Además de sustituir importaciones, generaría exportaciones de alto valor agregado.
El otro proyecto que fue suspendido es el RA-10, un moderno reactor multipropósito construido en un 85%. Este dispositivo produce radioisótopos de uso médico para estudios funcionales.
¿Qué está pasando en la CNEA?
La Comisión Nacional de Energía Atómica está en crisis desde la asunción de Milei. Su presidenta, Adriana Serquis, presentó la renuncia el 10 de diciembre pasado, pero aún continúa en funciones. El oficialismo no cuenta con un funcionario de reemplazo, por lo que por razones de seguridad nuclear Serquis no tiene permitido abandonar el cargo.
Ahora, la institución denuncia una emergencia por congelamiento del presupuesto, ya que sólo cuentan con el prorrogado del año pasado. Esto genera la falta de recursos para garantizar el funcionamiento de las instalaciones y ejecutar los proyectos, incluidos los reactores nucleares.
En este marco, se vieron afectadas las empresas subcontratistas de NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina S.A), encargada de la obra civil del CAREM, las cuales decidieron avanzar en el despido de 160 trabajadores.
En respuesta, la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción), el gremio que los nuclea, realizó una denuncia a la Secretaría de Trabajo, que dictó la Conciliación Obligatoria. Aún no hubo respuesta de Nación.