Con la dirección de Jorgelina Herrero Pons, “Herida Absurda” tendrá su estreno el jueves 18 de abril, en el club nocturno Torquato Tasso (Defensa 1575, CABA). Se trata de un cocktail musical de tinte almodovariano, que cuenta la historia de dos personas que se enamoran mientras se encuentran ensayando un homenaje a Carlos Gardel.
Nota al Pie entrevistó a Virginia Innocenti y Hernán Lucero, quienes se ponen en la piel de los personajes principales, para conocer el detrás de esta obra que busca presentar clásicos musicales de Argentina.
¿Cómo nace “Herida Absurda”?
V. I.: La frase “Herida Absurda” está tomada del tango “La última curda”, que dice: “¡Ya sé, no me digas! Tenés razón,/ la vida es una herida absurda/ y es todo todo tan fugaz”. De eso habla.
Contar la historia de estos dos cantantes de tango, que se entreveran en este romance pasional, nace del deseo de poner en escena, con cierta mirada crítica y una pizca de humor de tinte almodovariano, el tipo de vínculo “tóxico” -cómo se dice ahora- que propone el “amor romántico” del que todas y todos salimos -los y las que logran salir- mortal y absurdamente heridos.
Ese doloroso modo de vincularse, que la letra de los tangos clásicos narra tan bien, y del que nuestra historia está plagada. Por eso “otras cositas”. Es un “concierto intervenido”, un encuentro en donde los amantes se cantan su amor, su dolor, su bronca, sus reproches. Hay un diálogo, un duelo puesto en escena, para lo que convoqué a la directora Jorgelina Herrero Pons.
¿Cómo les dieron vida a sus personajes, dos amantes?
V. I.: Es un deleite absoluto, ideé esta historia justamente para darme el gusto de cantar junto a Hernán, para escucharlo cantar de ese modo exquisito. Siempre le digo que es nuestro Gardel, nuestro Hugo del Carril del siglo XXI.
H. L.: Muy divertido e inspirador. Sin intención de “spoilear” nada de lo que verán en el escenario del Tasso el 18 de abril, fue y es jugar a ser un ratito Gardel, o cualquiera de los grandes cantores de Tango, estrellas de nuestro amado cine argentino.
Fue meterse un poco en la historia de pasión y de épica de aquellos personajes, con sus tristezas, su glamour, sus frustraciones, sus amores, sus alegrías. Y tengo la sensación de que cada pequeña historia que contaremos esa noche y la noche de cada función, cada una de las canciones que cantaremos, cuenta la historia de cada uno de nosotros, los del escenario y los del público.
En definitiva, es así: ¿o acaso nuestro cine, nuestro teatro, nuestras canciones, no son también nuestra historia y nuestro devenir?
Hernán, ¿cómo fue trabajar con Virginia la parte actoral de la puesta?
H. L.: Fue un placer. Virginia es una de nuestras grandes actrices, una gran intérprete y cantora, todos lo sabemos; pero se me reveló en el trabajo, en lo cotidiano, en la convivencia, una compañera generosa y una gran maestra también.
Junto con nuestra directora, Jorgelina Herrero Pons, que hizo un trabajo extraordinario, lograron que se potenciara el cantor que el público conoce y que aparezca el actor que, ojalá -y creo que será así-, pueda sacarles una sonrisa y alguna emoción.
Virginia, ¿ya habías hecho un dúo con un cantante de tango? ¿Cómo te resultó?
V. I.: Es la primera vez que armo un espectáculo de música para compartir canto y escena. Me vivifica, me nutre y me llena de entusiasmo.
¿Qué expectativas tienen a pocos días del estreno?
V. I.: Para mí este es “un proyecto salvavidas”. En tiempos de tanta oscuridad, como los que estamos atravesando, “cantar es el antídoto para el alma rota”, una frase que escribí y me representa y que también dice mi personaje. Ojalá la gente se acerque a escuchar esto tan hermoso que tenemos para ofrecerles.
H. L.: Las mayores expectativas. Sabemos que tenemos un espectáculo muy bello, apasionado, romántico y divertido que compartiremos con el público después de mucho trabajo. Tanto la función del 18 de abril en el Tasso como las que haremos más adelante, en otras ciudades del país, serán una fiesta entre nosotros y el público.
¿Qué implica la frase que anuncia “Él insiste en su disfraz. Ella viene a despedirse para siempre”?
V. I.: Ante la posibilidad de la ruptura definitiva de la pareja él apelará a todos sus recursos para retenerla. Pero ella ya lo conoce, y necesita “la curda que, al final, termine la función corriéndole un telón al corazón” de esta historia de sufrimiento, para poder seguir viviendo, con la esperanza de encontrar un amor real.