“Si quieren venir, que vengan”, fueron las palabras que agitó ante una plaza repleta el entonces presidente de facto, Leopoldo Fortunato Galtieri, apenas unos días después del inicio de la Guerra de Malvinas. A cuarenta años de aquel suceso, la histórica frase le puso nombre al primer episodio de “Las Pibas de Malvinas”, un podcast sobre mujeres que formaron parte del conflicto bélico.
Producido integralmente por la Cooperativa de Comunicación NOS, el trabajo narra el final de la guerra entre Argentina y el Reino Unido, a través de la historia de las instrumentadoras quirúrgicas que estuvieron en el Atlántico Sur.
El lanzamiento fue en 2023, cuando se cumplió un nuevo aniversario del mensaje que el 7 de junio de 1982 llegó al Hospital Militar en Buenos Aires pidiendo por las profesionales. Este será el primer 2 de abril que el podcast esté disponible para su escucha.
Conformado por diez episodios, Las Pibas de Malvinas relata el accionar de las seis mujeres que voluntariamente se inscribieron para colaborar con su país en el peor momento del enfrentamiento. Desde la convocatoria, hasta el regreso después de la rendición argentina, detalla cómo fue el día a día de las instrumentadoras que arribaron a las Islas dos semanas antes de que terminara la guerra. A lo largo del relato, también aparecerán otras voces, como la de Manuel Villegas, un exsoldado atendido por ellas y que, a pesar de los años, todavía agradece y recuerda la atención de estas mujeres.
De esta manera, el proyecto se centra en Silvia Barrera, Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Riccheri y María Angelica Sendes, las seis veteranas de guerra que se convirtieron en heroínas y de las que poco -y nada- se sabía hasta entonces.
Nota al Pie dialogó con Anabella Arrascaeta, integrante de NOS y encargada de la conducción del podcast.
Las Pibas de Malvinas
A la historia de las instrumentadoras quirúrgicas llegaron gracias a la madre de Arrascaeta, que ejerce esa misma profesión. Según detalló, el caso se conoce dentro del ámbito de la salud, pero no suele estar en el imaginario social cuando se retoma el conflicto Malvinas.
Por eso, desde la Cooperativa quisieron retomarlo para reivindicar el trabajo de estas seis mujeres -de un total de dieciséis- que prestaron servicio entre los más de 20 mil hombres. El objetivo fue conocer cómo había sido el aporte de sus saberes en aquel momento clave para el país.
“Lo que más nos movilizó durante el trabajo fue escuchar de la propia voz de Silvia Barrera y poder ponerle voz a lo que significó estar en la guerra”, expresó Anabella. Entre las historias que trae la propia Silvia, quien obra como la voz principal a lo largo del podcast, hay detalles sobre cómo fue instrumentar en el medio de los bombardeos, cómo era recibir a los pacientes heridos y todo lo que hicieron ellas para visibilizar sus tareas.
De hecho, las fotos que se conocen de las instrumentadoras en Malvinas fueron tomadas por Silvia, que llevó una cámara con rollos que su padre le entregó antes de partir con destino a las Islas.
Pero además de relatar las tareas como profesionales de la salud, Silva Barrera también menciona lo que implicó para ella ir a la guerra siendo mujer: la pelea con su novio, la decisión que tomó sobre su pelo largo y la escapada a comprar todas las cosas de perfumería e higiene personal que una joven de 23 años necesitaba para semejante aventura.
Veteranas, con “a”
Más allá del grosero error de cálculo que significó combatir contra una potencia militar como la de Reino Unido, hubo otras desconsideraciones por parte de los militares argentinos. Por ejemplo, la falta de equipamiento para el personal femenino, que debió alistarse con trajes de talles más grandes. También lo fue el hecho de que nadie las fuera a esperar cuando desembarcaron en Río Gallegos. Entre frío e incertidumbre, las jóvenes tuvieron que organizarse solas para sobrevivir en una guerra en el medio del Atlántico Sur.
“No hubo maltrato, pero no hubo el recibimiento que nosotras esperábamos”, expresa Silvia en uno de los capítulos de Las Pibas de Malvinas.
Según recordó, al buque hospital Almirante Irizar llegó un mensaje dando aviso del arribo de personal de sanidad del Ejército, pero sin decir que eran mujeres. Desde ahí en adelante, iniciaría el proceso de invisibilización al que las mujeres fueron sometidas y la narrativa pasaría a ser profundamente masculina.
Por eso es que la fotógrafa documental Ivy Perrando Schaller, en otro tramo del podcast, recuerda su insistencia ante la noticia de que existían veteranas de aquel conflicto bélico. “¿Veteranas con ‘a’?” preguntó. Si, veteranas con “a” le contestaron. Su militancia feminista hizo que se abrace a la causa y que profundice su búsqueda en base a las mujeres que estuvieron en la guerra y de las que se había hablado poco.
La importancia del ENACOM para este tipo de historias
Las Pibas de Malvinas se realizó luego de quedar seleccionado por el Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA), el programa del Ente Nacional De Comunicaciones (ENACOM) que busca fomentar a los medios comunitarios.
“Ser ganadores significó la posibilidad de poder contar esta historia”, sostuvo Anabella Arrascaeta, quien destacó que fue gracias al FOMECA que pudieron elaborar un producto de calidad. Pero, sobre todo, un producto que sea federal y que permita dar cuenta de relatos que no habían sido tenidos en cuenta a la hora de reordenar los sucesos más importantes de la historia argentina.
Sin embargo, la posibilidad de nuevos proyectos como este hoy se ve truncada tras la decisión que tomó el gobierno de Javier Milei de cerrar organismos públicos, como lo es el ENACOM.
Además de los cientos y cientos de despidos injustificados, la definición también representa un atentado contra la pluralidad de voces y la democratización del saber. En consecuencia, otras historias que también merecen ser contadas, aquellas que narren las vivencias de sectores excluidos, correrán el riesgo de volver a un cajón, a la oscuridad del silencio.