En los últimos días, la actriz y cantante Lali Espósito fue víctima de violencia institucional por parte del propio presidente de la Nación, Javier Milei. Quizás ella no imaginó que twittear “Que peligroso. Que triste.” tras conocerse los resultados de las PASO, le iba a traer una horda de libertarios -con el presidente y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, incluides- acusándola de “vivir del Estado”. A ella, que empezó a trabajar en televisión desde que era una niña.
Sin embargo, el nuevo capítulo de este conflicto cobró mayor intensidad cuando el mandatario se refirió a la diva del pop argentino de manera despectiva durante una entrevista en La Nación+. Apodándola “Lali Depósito”, el libertario acusó a la artista de cobrar “la del Estado” tras el show que dio en la última edición del Cosquín Rock el fin de semana pasado.
Además, Milei insinuó que la autora de Disciplina habría obtenido “miles de dólares” de gobiernos provinciales y hasta le reclamó por aquellos shows que, financiados con fondos estatales, “le sacaban el alimento a los chicos pobres del Chaco”.
De esta manera, las declaraciones del libertario hicieron que su nombre y el de la actriz fueran el tema de conversación en todos lados. Mientras tanto, el Gobierno nacional disponía un aumento de hasta el 150% para la tarifa de luz en el AMBA y negaba la convocatoria a paritaria docente, poniendo en riesgo el inicio de las clases.
Talk, talk, talk pura mierda bebé
Además de aquél posteo que despertó su enojo, Milei también se ofendió por el mensaje que la artista dio en defensa de la cultura durante el show en Cosquín y hasta se adjudicó la dedicatoria que la artista hizo antes de interpretar su canción KO. Sin embargo, la ex Casi Ángeles no fue la única de la grilla que decidió expresar sus ideas y también hubo otros -si, en masculino- que fueron mucho más explícitos. Como Dillom, que le brindó unas sentidas palabras al ministro Luis “Toto” Caputo en su reversión de Sr. Cobranza. Entonces ¿por qué Milei se mete con ella?
La primera impresión en torno al tema se centra en lo que es evidente: Argentina hoy es conducida por un presidente abiertamente machista y que hizo de la violencia un modo de hacer política. También se trata de un presidente que desprecia a quienes no comparten las ideas de lo que él define como “liberalismo” y que se ensaña con toda persona que “reciba algo” por parte del Estado.
Pero Milei no se maneja sólo, ni adrede. En la era digital, donde las redes sociales tienen un lugar protagónico para el debate político, el líder de La Libertar Avanza (LLA) cuenta con un ejército de trolls preparado para atacar y tergiversar a sus “contrincantes”.
Bajo el anonimato, escondidos detrás de nombres y fotos ficticias, los trolls libertarios hostigan a quienes se meten con el presidente y repiten como mantra el mismo discurso que siempre acusa a otre de “delincuente”. El ataque virtual no cesa hasta instalar un concepto, crear sentido común y que la víctima piense dos veces antes de hablar.
Miente, miente que algo quedará
En la lógica “mileísta”, cualquiera que obtenga un subsidio, sea beneficiario de algún programa o reciba dinero por parte de algún organismo estatal, corre el riesgo de ser demonizado como un “parásito ”. Y este razonamiento, que sólo se sustenta en su propio juicio, es lo que llevó a Milei a poner en discusión cosas que son obvias pero que, en el juego de la posverdad, sirven para fomentar el descontento social. Ese mismo que, con su premisa “anti-casta”, lo colocó en la presidencia en noviembre pasado.
Pero el caso la cantante no repara exclusivamente en ella, sino que al mandatario también le sirvió como excusa para apuntar contra el gobernador cordobés, Martín Llaryora, uno de sus nuevos enemigos tras la caída de la Ley Ómnibus.
“Cuando Córdoba hace el Cosquín Rock, que es privado, le da mil millones de pesos en subsidios”, expresó el presidente. Sin embargo, a lo que se refería Milei -a pesar de saberlo- es a la exención impositiva del festival. Es decir, una medida que en Córdoba rige desde hace más de 20 años y por la que el Estado no le cobra impuestos a un evento que genera ingresos para la provincia.
De hecho, según datos de la organización, en esta edición el Cosquín Rock movilizó más de 21 millones de pesos y generó más de 5 mil puestos de trabajo directo. Además, a esta cifra se le debe sumar la cantidad de trabajadores indirectos dentro del festival, como también emprendedores y otros agentes ubicados por fuera del predio.
Un ataque sin fin
“Mi nombre es Mariana Espósito. Nací en Parque Patricios, en el sur de la ciudad de Buenos Aires. Tengo 32 años y trabajo hace 22”, dice al comienzo la carta pública que Lali Espósito decidió enviarle al presidente en medio del conflicto. Horas antes, el jefe de Estado había atacado nuevamente a la artista al declarar que “ella empezó” y compartir memes creados con inteligencia artificial.
A lo largo de su escrito, Mariana “Lali” Espósito le cuenta a Javier Milei todo lo que pudo lograr a tan corta edad: ser parte de tiras exitosas a partir de los 10 años, poder comprarle una casa a sus padres y la inversión que hizo en su proyecto musical.
“Es un privilegio haber crecido y progresado haciendo lo que amo. Trabajé incansable y honradamente para que así sea”, remarcó la artista que, para los años en que Milei se desenvolvía como panelista de tv, ella ya era una de las actrices más destacas de la industria nacional.
La respuesta del presidente, en tanto, llegó este viernes en un texto que publicó en su cuenta de X y al que tituló “Desarmando el Gramsci Kultural”. En el escrito, el economista partió de una interpretación -errónea- de Antonio Gramsci para insinuar que en el país existe un problema “moral”. En ese sentido, apuntó contra “aquellos que reciben los privilegios de los políticos”, como también a les funcionaries “que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política”.
“Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos. Bueno, nosotros venimos a terminar con eso”, expresó Milei. Sin embargo, el diputado Rogelio Iparraguirre le aclaró que el concepto que intentó plasmar no tenía origen en el socialismo, tal como indicó. Y que tampoco pertenece a Gramsci, sino a Louis Althusser.
Esto ya se ha visto antes…
A pesar de la gravedad de que un presidente ataque a una ciudadana, lo de Milei no es algo novedoso. Lo mismo sucedió en Estados Unidos con Donald Trump y Taylor Swift, cuando esta se pronunció en contra del expresidente republicano y despertó el ataque de sus seguidores. La receta es la misma: generar polémica con las ídolas juveniles para captar la atención, ser trending topic y dar la famosa “batalla cultural” que la derecha se propone.
Sin embargo, sería ingenuo creer que a Javier Milei sólo le molesta que Lali Espósito sea contratada para shows gratuitos, cuando es una de las artistas con menos participación en este tipo de eventos. Incluso, la pareja del mandatario, la humorista Fátima Flórez, agrupa numerosas contrataciones por municipios del interior para brindar espectáculos con entrada libre y gratuita.
Tanto en el caso estadounidense como en el argentino, las rivalidades seleccionadas no son inocentes. Más bien, coinciden en el ataque sistemático contra artistas que tienen un claro posicionamiento en lo que respecta, por ejemplo, a la defensa de los derechos de las mujeres y las disidencias.