Este miércoles a partir de las 10, tuvo lugar la concentración de cocineras y coordinadores de comedores y merenderos de diferentes organizaciones sociales de barrios populares.
La nueva medida de lucha nacional fue denominada «Cocineras contra el hambre». Se trata de una protesta ante el congelamiento del envío de alimentos a cientos de comedores y merenderos del país.
La medida fue impulsada tras el desaire que realizó la ministra Sandra Pettovello el día martes a miles de empleados de comedores.
Los trabajadores comunitarios se acercaron al ex Ministerio de Capital Humano a raíz de las palabras de Pettovello, quien declaró el jueves pasado que recibiría a cada uno de los que tengan hambre.
En ese sentido, la convocatoria a la manifestación fue dada por la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA), Libres del Sur, el Movimiento Argentina Rebelde, el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), la Coordinadora por el Cambio Social; el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL); el FPDS-Corriente Plurinacional y el Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS).
Además, también estuvieron presentes los referentes del Movimiento 8 de Abril; FAR y Copa Marabunta; la Federación de Organizaciones de Base Autónoma (FOBA); la Organización Libre del Pueblo (OLP) Resistir y Luchar; el Movimiento Juana Azurduy; Arriba los que Luchan; el MTD Aníbal Verón y el MTR por la democracia directa, entre otros.
Comedores sin alimentos
El conflicto de la reducción de alimentos hacia los comedores comunitarios data desde hace varios meses en algunos casos. Sin embargo, con el inicio del gobierno libertario, la problemática se transformó en algo insostenible. Es así como varios comedores cerraron o redujeron su actividad en el mejor de los casos.
En esa sintonía, Nota al Pie dialogó con Joana, cocinera del comedor Niños Felices. «Somos de San Martín y hace más de tres meses que no recibimos alimentos, solo nos quedan garbanzos, polenta y dos paquetes de harina», comentó.
La trabajadora popular nos comentó que antes tenían la posibilidad de hacer olla popular recurriendo a poner plata de sus bolsillos pero a raíz de la inflación tuvieron que cortar con la actividad.
En la actualidad, redujeron la capacidad de ayudar a familias vulnerables. Ahora cuentan con un merendero que puede proveer de alimento tres veces por semana a 80 niños sin contar adultos.
Asimismo, Karina, parte del comedor del peligro en La Plata, nos comentó que asisten a 1500 familias.
«Tuvimos que reducir los días de asistencia porque ya no nos quedan alimentos. No damos abasto, es por eso que hoy venimos a reclamar», aseguró, cocinera del Frente de Organizaciones en Lucha.
Asimismo, afirmó: «Acá estamos pidiendo lo esencial, comida para nuestros niños y abuelos que no llegan a fin de mes con su jubilación».
En cuanto al convenio de Pettovello sobre el envío de alimentos a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera), Karina se manifestó en contra debido a la contradictoria actitud de la ministra.
Recordemos que el gobierno liderado por Javier Milei sostiene la idea de la eliminación de intermediarios entre el Estado y la población.
Por otra parte, dialogamos con Walter del comedor Mi Esperanza, ubicado en Virrey del Pino, La Matanza.
Walter, es un señor adulto mayor, quien nos relató su historia de presión para el cierre del comedor ante su denuncia por falta de envío de alimentos por parte del Estado.
Walter comentó que tuvo un entredicho con la dirigente Delia Juárez, que ahora es parte del Anses en la provincia.
«Cuando Juárez estaba en el consejo consultivo, yo denuncié que los presupuestos no alcanzaban. Por eso me hicieron la cruz. Me ven como un oponente, pero solo soy un ciudadano», declaró Walter, parte de Unión vecinal Mi Esperanza.