La imagen de las cámaras elevadas al cielo en señal de protesta y bronca tienen más de un cuarto de siglo en nuestro país. La imagen del fotógrafo José Luis Cabezas, asesinado el 25 de enero de 1997, es símbolo visible de la protesta contra el poder y las denuncias de sus atropellos antidemocráticos.
En ese entonces, eso fue expresado en el marco de la tarea profesional de haber sacado a la luz el rostro oculto de Alfredo Yabrán. En este 2024, las cámaras mostraron lo que se quiere ocultar: el violento accionar de la Policía Federal, de la Gendarmería, de la Prefectura y hasta de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que fueron sacadas a la calle para marcar cuál es y, evidentemente, cuál será la respuesta de Javier Milei y Patricia Bullrich ante las crecientes movilizaciones de protesta que generan sus políticas de ajuste.
Sebastián Andrés Vricella, es el presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), y aseguró que “esto es un ataque indiscriminado, violento desmedido y con saña”, en referencia a los más de 50 trabajadores que entre el miércoles y viernes pasado fueron objeto de las agresiones de las fuerzas de seguridad.
“No puede ser que en tres días hayamos tenido tantos compañeros gaseados, baleados, golpeados y detenidos. Esto se tiene que cortar, por eso le decimos no este Protocolo represor de otras épocas y que no ordena, al contrario, es el que genera el disturbio”.
Sebastián Vricella
Vricella analizó que esto es “obviamente para no mostrar lo que pasa. Nosotros estamos en la calle más allá de nuestra precarización laboral en todos los medios, no solo en los medios públicos, y nosotros lo que queremos mostrar es simplemente la realidad y estamos en la calle”.
Al mismo tiempo, dedicó un mensaje a los trabajadores de los medios públicos y recordó “que la unidad hace que esto lo saquemos adelante. Lo hemos vivido con Télam, hace algunos años atrás y tenemos que seguir luchando, no solo para que podamos trabajar con dignidad, que eso es lo que queremos, sino para que podamos ejercer nuestra profesión como trabajadores, tal como lo establece la Constitución Nacional, que ellos me parece que ni siquiera leyeron”.
El Camarazo, como muestra de la resistencia
En el comunicado de convocatoria de ARGRA, que llamaron a la actividad en conjunto con el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), se había expresado “queremos trabajar con la ‘libertad’ que paradójicamente pregonan».
Las consignas de “basta de balas de goma y gas pimienta” se complementaron con la de “nuestros ojos miran”. Justamente lo que buscan que suceda con los operativos represivos, que los ojos de los laburantes de los medios no puedan ver, para que el pueblo no se pueda enterar.
“Ya sabemos que el amedrentamiento es normal en este tipo de políticas, que son expulsivas y alejadas de nuestra realidad cotidiana y tener al otro como par, como compañero y como trabajador no sólo de Prensa, sino de trabajador en general”, afirmó Vricella.
Sobre el final dejó una imagen de cruda vigencia, justo en el día del tarifazo en los transportes: “hoy me tomé un colectivo que salió 607 pesos. Nunca vi gente llorando en un colectivo para ir a trabajar y me parece que no tiene ni idea de lo que están haciendo, o sí la tienen, pero las consecuencias de las medidas que están tomando no ayudan a construir un país más justo y más soberano”.