El domingo 4 de febrero, miles de integrantes de la comunidad africanista participaron, junto a vecines y turistas de la ciudad de Mar del Plata, en el homenaje a Iemanjá, la patrona de les pescadores, la familia y la fertilidad del culto yoruba.
Las deidades del pueblo yoruba se llaman orishas, y cada orisha tiene su leyenda y una función en el universo: son las divinidades del amor, de la pesca, de la justicia, de la guerra, de la sabiduría, de la fertilidad.
Iemanjá, muchas veces asimilada en el sincretismo religioso como Stella Maris, es la orisha (el espíritu) del agua salada, protectora de los pescadores y de las familias en general. Su culto llegó desde África en barco y se extendió sobre todo en América del Sur.
Al igual que en los últimos 25 años, en su edición número 40 la celebración se desarrolló en la Playa Popular II, en el centro de la localidad balnearia, que en esta temporada se enmarca además en los festejos por los 150 años de Mar del Plata. La temperatura agradable permitió que una multitud participara en las ofrendas, los rezos y las danzas características.
Iemanjá, la orisha del agua salada
La ceremonia se realizó como cada año el primer domingo de febrero, encabezada por el director del Centro de Estudios Africanistas Reino de Iemanjá Bomí, Hugo Watenberg. La edición de Mar del Plata es la segunda más convocante en el mundo después de la de Brasil.
Con la tradicional procesión de les fieles con sus barcas de material degradable repletas de ofrendas y pedidos, se dio inicio al homenaje a Iemanjá. La formación fue seguida por miles de personas, simpatizantes y turistas que se sumaron desde temprano en el playón lindante con el Hotel Provincial.
Una vez en la playa, comenzó uno de los hitos de este rito ancestral, la bendición de las aguas. Luego, se formó la tradicional “Roda”, y, alrededor del altar emplazado en la arena, presidido por la imagen de Ia mae Iemanjá, comenzó el toque de batuques, con rezos y danzas dirigidos a todos los orixás.
Con la colaboración del cuerpo de guardavidas local, se ofrendaron las barcas, y la ceremonia finalizó con la suelta de fuegos artificiales insonoros que iluminaron la noche marplatense, previos al paso bajo el manto blanco de Oxalá, orixá protector que simboliza el cuidado de todes les presentes.
Tras el cierre de la ceremonia, les fieles realizaron la limpieza de todo el sector de playa utilizado.