De niña, una de mis lecturas preferidas eran tres libros de cartón duro que venían en una valijita del mismo material. Se titulaba “Pasito a paso“, y contenía un tramo de la obra infantil de María Elena Walsh.
Esos ejemplares eran el orgullo de mi pequeña biblioteca. Allí conocí textos como “El reino del revés”, “La canción del té” o “El twist del Mono liso”. Más tarde descubriría que eran canciones pertenecientes a la gran artista.
Así como marcó mi infancia, María Elena Walsh llegó a los corazones de miles de niñes argentines. Pero no solo estuvo presente en la vida de les más peques, sino que también atravesó a les adultes, a través de su obra literaria y musical.
Un 1 de febrero, pero de 1930, nació María Elena Walsh en la localidad bonaerense de Ramos Mejía. Con motivo de su natalicio, desde Nota al Pie repasamos la producción de esta poeta, compositora, cantante, dramaturga, guionista, narradora o “cupletista” (como se autodenominaba).
La primera María Elena
De niña, la artista vivía en un caserón, con una familia un poco menos conservadora de lo habitual para la educación de clase media de la época. Su papá era un ferroviario inglés que tocaba el piano, y su mamá tenía raíces andaluzas y amaba la naturaleza.
María Elena asistió a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se vivía un ambiente más abierto que en el resto de los colegios. Quizá eso la inspiraría años más tarde a expresar sus ideas, sin importar el contexto donde se moviese.
Desde siempre fue una gran lectora y escritora: publicó su primer poema en la revista “El Hogar”, perteneciente al diario La Nación, a sus 15 años. Luego siguió su primer libro, “Otoño Imperdonable”, que recibió el segundo premio Municipal de Poesía. En ese entonces, estaba a un año de finalizar la escuela secundaria.
Más tarde, viajó a Estados Unidos para trabajar en su escritura. Luego, en la década de 50, la vida la llevaría a París, donde formó el exitoso dúo folklórico “Leda y María” con Leda Valladares.
La María Elena feminista
Aunque hoy no se la nombre entre las principales referentes del movimiento, María Elena Walsh fue una figura pública en la lucha feminista de los años 70 y 80. Ya desde su juventud cultivó la mirada propia sobre la mujer, al leer autoras como Virginia Woolf, Doris Lessing y Victoria Ocampo.
Su faceta periodística fue donde más mostró sus posiciones feministas y políticas. Uno de sus escritos más recordados fue Oda doméstica (1965), donde reflexionó sobre el rol de la mujer en el hogar. “Mejor es ser sumisamente cuerpo afanado, manos eficaces para abrochar el delantal del mundo”, cita uno de sus versos.
Otro fue el artículo «Sobre la ideología de Victoria Ocampo. Feminismo y no violencia» (1973), cuya explicación de lo que se espera de una feminista puede aplicarse en la actualidad. “¿Y quién dijo que Victoria no era feminista? Es que una dama, tan culta, tan bella, académica, para colmo, no puede, mejor dicho no debe ser feminista”, afirmó. “La palabra feminista asusta a muchas personas. Sobre todo a las que temen al ridículo”.
“Sepa porqué usted es machista” se publicó en la revista Humor en 1980. Picante y cómico, explica en 24 puntos la génesis del machismo. “Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro”, “porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de difusión de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate cebado por un polaco”; o “porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia usted o hacia otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la bestia”, son algunas de las razones que esgrimió la artista.
Sus canciones, escritos y poemas que criticaban a los poderes dictatoriales de turno son muchos. Pero en el espíritu de recordar su obra al servicio de la liberación femenina, cabe nombrar al programa televisivo “La cigarra”.
El show se emitió por el viejo Canal 11 (hoy Telefé) en 1984, y sólo duró seis meses. Sus conductoras fueron María Elena Walsh, Susana Rinaldi y María Herminia Avellaneda. El show era sobre y para mujeres, pero que nada tenía que ver con el ámbito doméstico, sino que planteaba otro tipo de cuestiones.
María Elena Walsh, María Herminia Avellaneda y Susana Rinaldi conducen "La Cigarra". Es 1984 y las artistas responden con humor pero también con rigor a un testimonio en que se las tilda de mujeres "con tendencia comunista".#8M #8Marzo2022 #ArchivoPrisma pic.twitter.com/GtSwqQIfUn
— Archivo Prisma (@ArchivoPrisma) March 8, 2022
La María Elena infantil
No cabe duda que su obra dedicada a les niñes fue prolífica. Pero lo que importa no es solo la cantidad, sino la calidad. Sus canciones fueron tan divertidas, que las infancias de la actualidad las siguen cantando, aunque se hayan creado hace 60 años.
En 1962 publicó el álbum “Canciones para mirar”, con temas icónicos como “El Reino del Revés”. En 1963 lanzó “Doña Disparate y Bambuco”, con clásicos como “Manuelita la tortuga” y “El twist del Mono Liso”.
María Elena Walsh sostuvo un compromiso por la educación infantil. Junto a especialistas, estudiaron la pedagogía del psicoanálisis sobre cómo era la infancia de 1963 en nuestro país y qué necesidades había en ese área.
La autora siempre aclaró que sus temas para chiques estaban libres de “moralinas”. De hecho, en ellos introducía críticas a la realidad que tocaba vivir.
“Me dijeron que en el Reino del Revés, nadie baila con los pies. Que un ladrón es vigilante y otro es juez”, escribía en la famosa canción infantil. Por su parte, El Twist del Mono Liso fue prohibido durante la última dictadura militar argentina.
Otra lírica que demostró cómo se puede educar a les niñes con memoria fue “En el País del Nomeacuerdo”, que se incluyó en la película “La Historia Oficial”. “En el país de «no me acuerdo», doy tres pasitos y me pierdo. Un pasito para allí, no recuerdo si lo di. Un pasito para allá, ay, qué miedo que me da”, dice la canción.
María Elena Walsh falleció en 2011, en Buenos Aires, a los 80 años. Sin embargo, su obra continúa acompañando a niñes y adultes, y sirve también para hacer una interpretación de la coyuntura actual.