Sin cultura no hay identidad. La cultura y el arte forman parte del “ser” de un país. Es testimonio e historia viva y, como cantó hace ya años el recordado Enrique Pinti, “pasan los gobiernos, quedan los artistas”. Hoy el arte se encuentra en peligro ante la denominada Ley Ómnibus, presentada por el gobierno nacional encabezado por Javier Milei.
Este proyecto que tendrá que tratarse en el Congreso de la Nación aborda, entre otros puntos, la cultura de la Argentina. Y la bandera roja del peligro se manifiesta ya que dicho manual apunta a un desfinanciamiento de las instituciones como el INCAA, el Instituto Nacional de la Música, y el cierre del Fondo Nacional de las Artes (FNA), entre otras medidas.
Nota al Pie entrevistó a la licenciada en Antropología de la Universidad de los Andes de Bogotá, Colombia y fundadora y directora de la agencia de promoción artística Culzi, Marti Soto, para analizar la importancia del Fondo Nacional de las Artes y los riesgos que puede suponer la promulgación de este paquete legal.
El Fondo Nacional de las Artes fue fundado en 1958. Sus objetivos tienen que ver con el desarrollo, la formación y la promoción de diversas formas de expresión artística, entre ellas las artes plásticas.
Al respecto, Soto explicó que el FNA “apoya la producción y las prácticas artísticas a través de diferentes formatos: becas, premios, préstamos y subsidios. El procedimiento se da a través de convocatoria y por un proceso de selección. Y se implementa con muestras, producciones, prácticas artísticas, talleres, instancias con la comunidad”.
No a la destrucción cultural
En sintonía, la docente de la Diplomatura en Gestión Cultural Política de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Provincial de Córdoba reflexionó sobre el rol que social que cumple el arte.
“Es importante conceptualizar y entender la producción artística como parte del desarrollo intelectual, artístico y cultural de un país. A veces tengo como la sensación que se ve el mundo del arte y la cultura, como una esfera aislada y me parece que no. Es importante entender a las prácticas artísticas como una parte súper importante del desarrollo”, reafirmó Soto.
De esta manera, la entrevistada analizó cómo el ámbito de la cultura también incide en el plano económico. Así hizo referencia a la creación de espacios y el trabajo que ello supone, la formación de profesionales para desempeñarse laboralmente dentro del mundo artístico, entre otros aspectos.
No obstante, la especialista hizo hincapié en la importancia de la cultura y el FNA para la educación. Así mencionó el caso de la incidencia en el hecho de “profundizar investigaciones artísticas que, muchas veces, tienen una génesis en instancias académicas y universitarias”.
“Me parece muy importante comprender la práctica de las artes visuales como parte de un entramado sociocultural. No es una esfera aislada o alejada de la realidad de un país”, enfatizó la entrevistada.
La lucha por el arte diverso
Si bien todavía falta que el proyecto de Ley Ómnibus se trate en el Congreso (lo cual se espera que se concrete a fines de este mes), desde diferentes espacios culturales ya repudiaron el vaciamiento y la destrucción que propone esta normativa.
El rechazo a la medida que quiere establecer el Gobierno se vio en organizaciones y artísticas de todo el país. En ese sentido, dichas instituciones manifestaron su repudio a través de comunicados en las redes sociales y, mientras tanto, continúan con la organización de planes de acción para definir cómo seguir hasta el tratamiento del proyecto.
De acuerdo a la información compartida por la entrevistada, las acciones que se planean se organizarán de forma colectiva desde el universo del arte y la cultura a partir de evaluar qué sucederá con el tratamiento de la Ley y sus implicancias.
No obstante, Soto señaló lo clave del FNA para la proliferación de todas las voces de la cultura y para la federalización de las artes y la construcción de la identidad cultural argentina. “La Argentina es un país diverso y esa diversidad trata de ser acompañada por Fondo Nacional de las Artes. Entonces, esa multiplicidad de voces y de prácticas artísticas es necesaria, enriquecedora y suma al desarrollo del país”, concluyó.