De a poco el 2024 empieza a florecer y trae buenas noticias dentro del ámbito histórico para Argentina. En ese sentido, se ha logrado un avance en el proceso de restitución de los restos del cacique tehuelche Leimpichún Sakamata y se espera tenerlos este año. “Están dados todos los pasos previos para recibirlos en 2024” sostuvo a Télam el intendente de la localidad chubutense de Sarmiento, Sebastián Balochi.
“Seguramente a lo largo de este 2024, en una fecha a convenir, estarán llegando a nuestra tierra los restos del cacique Liempichún Sakamata”, agregó Balochi. Asimismo, indicó que “falta el protocolo de aceptación para recibir en la localidad a los restos del cacique tehuelche que firmamos hace unas semanas”. “Esto es una noticia muy buena para todos, principalmente para la comunidad Liempichún y para la werken Cristina, su descendiente, que vive aquí”, continuó.
El proceso de restitución de los restos de Sakamata fue solicitado por sus descendientes, mediante un trámite que involucró a la Cancillería y al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) del país. “Nosotros entramos en la última parte porque se necesitaba una firma de un museo y un organismo estatal para concretar la disposición final de los restos del cacique”, detalló Balochi. A lo que añadió que “nosotros como municipalidad nos ofrecimos como garantes en el último tramo de la restitución”.
Con un panorama positivo tras detallar que todos los pasos previos para la restitución están hechos, el intendente remarcó cómo se actuará una vez que llegue la estructura ósea. “Los restos llegarán a Sarmiento, pero la disposición final lo decidirá la comunidad Liempichún una vez que arriben a la ciudad donde vive Cristina Liempichún, que tiene una participación muy activa”, explicó.
“Este hecho será importante, y tiene mucho valor porque pone en epicentro histórico a Sarmiento con la llegada de los restos después de muchos años de gestiones”, concluyó. Cabe resaltar que, el esqueleto del cacique Sakamata fue saqueado en 1896 y en la actualidad forma parte de las colecciones del Museo del Hombre en París, Francia.
Un viaje con otras intenciones
Los restos del cacique tehuelche fueron robados por el aeronauta francés Henry de La Vaulx, quien ostentaba el título de Conde. El Ministerio de Educación de Francia le encargó a La Vaulx que visite Argentina con el propósito de buscar restos óseos de la Edad de Piedra. Sin embargo, el explorador eludió las excavaciones arqueológicas y se dedicó a la profanación de tumbas y recolección de objetos pertenecientes a las comunidades patagónicas.
El europeo profanó la tumba de Sakamata a finales del Siglo XIX y trasladó el esqueleto al Viejo Continente, donde estuvo expuesto hasta 2009 en el museo de la capital francesa. En esa exposición se aprecia que los cráneos que la conforman poseen rotuladas inscripciones que detallan cierta información personal.
Entre la misma puede visualizarse el lugar del cual se obtuvo o a veces a quiénes pertenecía; incluso, quiénes fueron los padres o tíos del fallecido. El mismo La Vaulx fue quien dio a conocer los detalles de su expedición “científica” con la publicación “Voyage en Petagonie”. El escrito está hecho por el propio explorador y fue utilizado como diario sobre sus viajes entre marzo de 1896 y mayo de 1897.
El francés se dedicaba a profanar tumbas de los recién difuntos con el objetivo de recolectar pruebas que demuestran que había vida después de la muerte. Dentro de sus conclusiones detalló lo que buscaba con cada profanación durante sus travesías: “Fijar de forma irrefutable las creencias de los indios en una vida material futura a la muerte”.
Sus resultados estiman que se llevó 96 cráneos y 10 esqueletos completos a Francia, como también diversos objetos que los Tehuelches enterraban junto a sus seres queridos. Dentro de su colección personal se encontraron desde estribos, monedas, joyas, anillos, pendientes, medallas y hasta vasijas que pertenecieron a la comunidad indígena.
Las maniobras detrás de la restitución
En 2022, Francia aceptó la exigencia argentina de restituir los restos del cacique Sakamata tras la reunión entre el Presidente Alberto Fernández y su colega francés, Emmanuel Macron. No obstante, recién en 2009 se descubrieron los restos del cacique gracias al historiador argentino Julio Esteban Vezub, investigador del Conicet. Su localización fue parte del trabajo que inició sobre la expedición del Conde en la Patagonia.
En tanto, en 2015 y mediante la Cancillería argentina, encabezada en aquel entonces por Héctor Timerman, se gestionó la petición de los descendientes. Los mismos abarcaban a los Sakamata, residentes de Puerto Madryn, y a los Liempichún de Alto Río Senguer, las dos comunidades ubicadas en Chubut. “Repatriar nos permitirá establecer el kume felen (equilibrio vital), en nuestros territorios”, resaltaron sus descendientes en aquel momento.
“Su restitución tiene importancia política, social, cultural y espiritual. Es una forma de reparación histórica hacia nosotros como pueblos originarios”, agregaron. Además, enfatizaron que “es reconocer que, como comunidad, estamos vivos y presentes en el territorio”. Por otro lado, Magdalena Odarda, Presidenta del INAI, también brindó sus sensaciones tras el acuerdo con el estado francés.
“Numerosas comunidades de la provincia fueron sumando su apoyo a lo largo del reclamo”, subrayó. “Recién a partir de esta nueva gestión, el INAI cuenta con un área que se dedica exclusivamente a atender los asuntos internacionales, lo cual potenció el reclamo de la comunidad”, añadió. Por su parte, también declaró que la restitución “es parte de una perspectiva de respeto y derecho hacia las tradiciones y valores culturales de cada comunidad”.
Bajo esa línea, Odarda explicó que “representa un profundo respeto por su espiritualidad porque estos ancestros marcan una presencia en el territorio, vinculándose y comunicándose con los seres vivos y el entorno”. “Las restituciones articulan y fortalecen las identidades indígenas, al mismo tiempo que se transforman en una reparación histórica”, concluyó.
Liempichún Sakamata, un cacique con peso propio
El cacique tehuelche Liempichún Sakamata, hijo del cacique Sakamata, fue un hombre que logró establecer su nombre en gran parte del sur argentino. Junto a su familia, dominó un extenso territorio entre el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz a fines del Siglo XIX. Hoy por hoy, existe una comunidad aborigen que lleva su nombre en su honor.
Por otro lado, su descendencia creció en número e importancia a lo largo de la Patagonia. Con un centenar de personas dentro de su linaje actual, son habitantes de las tierras en el Paraje Payagniyeo, a 15 kilómetros de la localidad chubutense de Alto Río Sanguer. A la espera de que lleguen los restos, el Programa Nacional de Restitución de Restos Humanos Indígenas de la Dirección de Afirmación de los Derechos Indígenas del INAI es el encargado de coordinar el viaje.